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Me miro en el espejo, ya lista para el día de hoy, llevo mi precioso vestido y me siento guapísima.

Me arreglo algunos rizos que caen por los lados de mi rostro, la tía de Carolyn, Annie me ha hecho un precioso recogido lleno de rizos voluminosos recogidos con unas horquillas con piedras incrustadas semejándose a unos diamantes.

Me siento en la cama mientras Annie me coloca los zapatos de tacón y me ayuda a levantarme. Cuando la organizadora de bodas nos pide a gritos que salgamos para irnos, corro hacia la mesilla de noche y me pongo el collar que Harry me regaló.

A las 12:30 aparecemos en la Iglesia donde tendrá lugar la ceremonia de bodas, el fotógrafo nos echa uno a uno fotos cuando bajamos del coche y 10 minutos después me encuentro sentada en uno de los bancos de la iglesia junto a las chicas y familiares de los novios.

La música suena y todo el mundo se levanta para dar la bienvenida a la novia que va agarrada del brazo de su padre. Echo un rápido vistazo el novio, que espera en el altar mientras se ajusta la corbata nervioso. Se oyen algunos susurros, y cuando Carolyn llega al altar y el cura empieza a hablar, el silencio se hace en el lugar.

Me encuentro sentada en la mesa de los jóvenes junto a los novios, yo por mi parte me he puesto las botas comiendo, si no estuviera aquí y llevara pantalones no hubiera tardado en desabrocharme los botones y recostarme en la silla con el panzón lleno de comida al aire.

Y justo en ese momento, aparece un joven camarero que me deja un postre delante de mis ojos. Pese a lo llena que estoy, me lanzo a por el postre, porque siempre hay espacio para la maravillosa droga que es el chocolate.

Cuando todos hemos terminado de comer, la barra libre y la música hacen su aparición en la celebración, todo el mundo baile y la pista se llena de parejas, grupos de hombres, grupos de mujeres y las típicas señores y señoras con sus magníficos bailes, el primero que sale a la pista es el padre de Caro que me agarra del brazo y me saca a bailar una canción francesa muy conocida. Bailamos al ritmo de la música, no tengo ni idea de como bailar esto pero nos dedicamos a dar vueltas y saltos mientras no paramos de reír, conozco a Pierre desde que era una niña, siempre nos llevaba al parque de atracciones y pasábamos los días en casa de Carolyn jugando al Monopoly o al Pictionary.

Cuando acaba la canción, Pierre se despide y sale en busca de su mujer.

Me uno a Sasha y bailamos todas las canciones que el DJ pincha. Miro en la dirección de la barra libre y ahí está, Philip, aquel tío que me acosó en la despedida de soltera. Casi le hago una peineta cuando me guiña un ojo y sonríe antes de llevarse un vaso de cubata a la boca.


Me despierto a las 11:24, me siento en la cama y no sé cuanto tiempo me tiro sentada mirando a la nada hasta que levanto para ir directa a la ducha. Alguien llama a la puerta y rápidamente me pongo el albornoz que está colgado detrás de la puerta, sea quien sea, no lo voy a recibir en ropa interior, a no ser que sea....Harry.

Abro la puerta y me encuentro con una camarera con el nombre de Stacy escrito en la placa de su camisa.

Me echo hacia un lado para que entre y arrastra el carrito hasta el centro de la habitación.

- Votre petit-déjeuner , Madame Styles.

-Merci.- digo confusa en mi mejor acento francés. ¿Madame Styles? ¡Sí, quiero!

Se despide con un 'Bon appétit' y sale de la habitación.

Destapo los platos y me zampo casi todo lo que se encuentra en ellos. Soy un pozo sin fondo, no paro de comer nunca, ¿y qué pasa?

Hoy no tengo ni idea de que hacer, saldría con Caro pero ella ya se encuentra volando hacia Dubai para su luna de miel.

Intento llamar a algunas de las chicas, unas ni lo cogen y otras están con sus parejas, rechazo sus ofertas de ir a dar una vuelta con ellos, pero no voy a ser la sujeta-velas de nadie.

Me pongo mi ropa de deporte y salgo del hotel. Me pongo mis auriculares para escuchar mi playlist favorita. Hoy me siento con ganas de hacer algo de ejercicio, así que corro por las calles y plazas hasta que me canso. Ya he escuchado media playlist y me siento en el banco de un parque para respirar algo de aire puro.

Un hombre cargando un pequeña maleta se me acerca y abre la maleta para enseñarme bisutería hecha a mano.

- Belles boucles d'oreilles pour Miss.

-Non, je...je ne parle pas français.

El hombre sigue insistiendo y le niego con las manos, no sé que más decirle, no tengo ni idea, así que solo le digo que no, hasta que decide irse.

Agarro mi móvil y entro en Whatsapp, miro algunas fotos que las chicas han enviado por el grupo.

La pantalla se vuelve negra por un momento y una llamada aparece, Harry.

-Hola.-digo simpáticamente.

-Hola, ¿qué tal estas?

-Muy bien, gracias, ¿y tú?

-Un poco liado, he acudido a varias reuniones sobre la tienda, me tiene frito tener que encargarme de los problemas que no son míos.

-Pensaba que era tuya.

-Ah, no no, no es mía, es de mí padre pero el en estos momentos no puede hacerse a cargo de ella.

-Entiendo...

-¿Qué has hecho hoy?

-Absolutamente nada, estoy aburridísima, estar en un país en el que no entiendo nada de lo que me dicen no ayuda. He estado corriendo un rato y, ahora estoy sentada en un banco.

-Solo te falta el maíz para las palomas.-ríe, será capullo.

-Parezco una anciana. Es muy triste que tenga que comer sola, bueno, en realidad siempre como sola.

-Ya no, puedes comer conmigo cuando quieras. ¿Cuando vuelves a Londres?

-Mañana, tengo el billete para las 9:00.

-Así que llegarás sobre las... 1, iré a recogerte si puedo, te avisaré.

-De acuerdo, te dejo que sigas trabajando.

-Hasta mañana.

-Adiós.

Sonrío y guardo el móvil en el bolsillo.


Naughty (h.s) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora