Abro los ojos lentamente y saco los brazos de debajo de las sabanas, poco a poco me reincorporo en el colchón.
Me froto los ojos con las manos y me estiro un poco, alargo el brazo sobre la mesilla de noche cuando en ella veo una nota. La agarro y leo:
Siento no haberme podido quedar para avisarte cuando te despertaras, he recibido esta mañana una llamada en la que me reclamaban en Londres, debo volver para hacerme cargo de el negocio, ya te contaré el porque el próximo día que nos veamos, llámame por las noches y pásalo bien en la boda, dale felicitaciones a tu amiga. x
Sonrío aunque la idea de que Harry se haya ido no me gusta, me hubiera gustado que pasáramos el día de hoy juntos, pero como ya ha escrito, me contará el porqué cuando nos veamos.
Salgo de la cama y miro el reloj del móvil.
10:48, voy al baño, me ducho y me cambio para coger el ascensor hasta la planta donde Carolyn se encuentra, llamo a la puerta y espero hasta que esta es abierta.
-Buenos días, ¿eh?.-dice nada más verme. Abre la puerta y paso, toda la ropa para la boda está preparada para mañana.
Al ver que aparto algunas cosas de la cama y me siento sin decir nada, dice:
-¿Te ha comido la lengua el gato o ha sido...?
-Cállate, no.-río.
-Necesito que me ayudes con todo lo de mañana, tengo que recoger las flores, ir a por los zapatos e ir a ver como va la preparación de el salón.
-Claro, vamos.
20 minutos después nos encontramos en el mostrador de la floristería pidiendo docenas y docenas de centros de mesa los cuales van a ser enviados al salón de celebraciones y Carolyn está en las nubes mientras sujeta un pequeño ramo de tulipanes amarillos.
-No puedo esperar a mañana, hace días que no veo a mi futuro marido, marido...suena bien, ¿eh?
Asiento y la dependienta pide que Carolyn rellene el cheque con el cual pagará todas estas flores, algunos dependientes pasan por el local llevando centros de mesas repletos de preciosas flores hasta una furgoneta blanca con el logo de la esta donde están llenándola para enviarla a su destino, el salón de celebraciones.
Pasamos toda la mañana de aquí a allá y de allá a aquí, recogiendo las ultimas cosas y nos reunimos con Lauren Mourchois, organizadora de bodas.
Carolyn y Lauren hablan en francés mientras andamos por una calle llena de tiendas, yo solo miro a los escaparates y no presto atención a la conversación, ya que no entiendo ni papa de lo que dicen, aprendí inglés desde pequeñita pero el francés nunca ha sido un idioma que dominara, con mi idioma natal, el español, y el inglés con el que día a día vivo, tengo bastante.
A la hora de comer, nos sentamos en una mesa de un pequeño restaurante, con un decorado de lo más francés. Me como una quiche de jamón y queso con ojos golosos y levanto la vista para dar gracias al altísimo por el mejor quiche que he probado en mi vida.
Mi móvil suena e inmediatamente lo saco del bolsillo.
Un mensaje de Rachel.
Estás perdidaaaaaa. ¿Qué tal por tierras desconocidas? ¿Ha caído algún bombón francés? Cualquier cosa me llamas, ¡te echamos de menos!
Sonrío y le contesto:
Holaaa, muy bien, ahora mismo me encuentro en un precioso restaurante francés, no, por más que los busque no aparece ningún bombón francés por aquí. En cuanto llegue a Londres nos tomamos algo juntas. ¡Besos!