Meto las últimas prendas en la maleta y cierro la maleta a base de empujones y casi sentándome encima de ella para poder cerrar la cremallera, por poco no la parto en dos.
Cuando consigo cerrarla, suspiro agotada y voy hacia el baño para el último vistazo, pelo bien, maquillaje bien, ropa bien; unos jeans ajustados negros, una camiseta de tirantes rosa con el bajo un poco corto y algo de vuelo.
Ni me molesto en ponerme unos tacones, ¿tan loca estaría para llevar tacones a el aeropuerto? Me apaño con unas sandalias cruzadas, cojo el bolso y vuelvo a la habitación para coger la maleta.
No puedo evitar reír cuando al ponerme al lado de la maleta me llega hasta la cadera, es la maleta más grande que he encontrado en las tiendas y tengo que llevar muchas cosas.
Casi me tiro por la ventana cuando al agarrar el asa de la maleta e intento tirar de ella, no se mueve en absoluto de su lugar.
Lo tienes jodido, Christina, me digo a mí misma, me cuelgo el bolso al hombro y cogiendo aire y sacando todas mis fuerzas, arrastro la maleta por la habitación hasta la puerta.
Pongo los ojos en blanco cuando me aproximo a las escaleras, me quedo parada frente a ellas, no tengo opción, dejo la maleta en el suelo acostada y empujando con el píe, la tiro hacia las escaleras.
Me tapo los oídos cuando la maleta baja a toda velocidad y el sonido de el plástico resuena por todo el lugar.
Bajo rápidamente tras la maleta y cuando llega a el suelo de el salón, la cojo y reviso que no se haya podido romper por algún lado, como haya algo roto dentro me pego un tiro.
Me doy una vuelta rápidamente por la casa, viendo si todo está en su sitio y no me olvido de nada, saco mi móvil del bolso y le escribo un mensaje a Carolyn:
"Salgo ahora mismo a el aeropuerto, te llamaré cuando haya llegado, tengo muchas ganas de verte."
Vuelvo a guardar el móvil en el bolso y agarro la maleta, abro la puerta y me giro a echarle un último vistazo a mi casa para después salir y cerrar la puerta.
El taxi que había llamado antes de meter en las cosas en la maleta ya está en la puerta, camino hasta el asfalto arrastrando la maleta, casi jadeando.
El taxista se baja rápidamente de el taxi y se acerca a mí.
-Permítame, señorita.- dice y le entrego la maleta.
Toda tuya, majo
El taxista hace su camino hasta la parte de atrás del coche y mete la maleta dentro de el maletero mientras yo abro la puerta de el asiento trasero y me siento.
Cuando vuelve a su asiento y se sienta de golpe, colocándose bien con dificultad, ay amigo, la edad y esa barriga cervezera pasa factura, se gira hacia mí.
-¿A donde la llevo?.-se coloca las gafas de sol y enciende el motor de el taxi.
-A el aeropuerto por favor, si puede darse prisa mejor, no me gustaría perder mí vuelo.- le sonrío, ya que he sido exigente lo acabo con una dulce sonrisa y ale.
Asiente con la cabeza y nos ponemos en camino, cuando llegamos a el aeropuerto le pago, madre mía con el viajecito, me ha costado casi un riñón.
Me bajo de el taxi y cojo mi maleta, la cual el taxista ya ha dejado enfrente mía. Camino rápidamente arrastrando mi maleta hasta adentrarme en el aeropuerto.
Me paro enfrente de una ventanilla de información, saco mi tarjeta de embarcación y miro todos los datos.
-Perdone, ¿podría decirme donde tengo que ir para mi vuelo?.-pregunto a la chica que hay tras la ventanilla, levanto la mirada de el papel.
