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Esta noche hemos salido a un pub cerca del centro, nos hemos pedido unas copas y sentado en una mesa un poco apartada de la multitud. Hemos hablado mucho sobre cosas que nunca habíamos hablado antes, como gustos, intereses e inquietudes. Hemos conocido a una pareja de franceses, Olivia y Fabien, hemos tenido la suerte de que hablen Inglés. Los invitamos a que se sienten con nosotros a tomar una copa y charlar. Hemos hecho muy buenas migas y nos proponen vernos otro día. Le pido a Harry que salga a bailar conmigo, pero se niega, dice que el no baila. Yo lo acepto y me voy sola a bailar.

A veces le miro de reojo y lo veo allí, sentado en el taburete, con la espalda reposada en la pared, una mano posada en su muslo y el codo apoyado en la mesa mientras sostiene su copa contra sus labios, da pequeños tragos pero sigue manteniendo el vaso contra ellos. De alguna manera u otra me gusta que me mirase,  siento su mirada clavada en mí, un peso encima que solo se quitaría si dejase de mirar. Un chico se acerca para intentar sacarme a bailar, lo ignoro, solo miro a mi hombre, solo tengo ojos para él y él ojos para mí.

Cuando nos cansamos, salimos del lugar y nos montamos en el coche. Estoy borracha, me he tomado 3 copas y un chupito. 

Cuando llegamos al hotel, me dice que ha reservado una habitación unas cuantas plantas más arriba de la mía.

Las puertas del ascensor se abren y entramos, me apoyo en la pared ganando un poco de estabilidad. Vuelvo a cerrar los ojos, de repente, noto su mano en mi mejilla y no me molesto en abrir los ojos. No puedo, la luz del ascensor me ciega. 

-¿Estás bien?.- dice en voz baja.

Asiento y  un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Abro los ojos un poco y mis ojos finalmente enfocan su rostro, tan cerca tan... 

Una sonrisa aparece en su boca, y se ríe, casi en una risa muda.

-¿Qué te hace tanta gracia?.- pregunto con un tono entre la embriaguez y la risa.

-Me hace gracia haberte visto en el coche agarrada a la puerta.- los ojos se le cierran cuando ríe.

-Normalmente no me monto en coches con gente que está borracha, ¿o no lo estás?

-Estoy borracho como una cuba.- sigue riendo, primer signo de que está más borracho que el de las fiestas de mi pueblo.

Levanto mi mano y me aparto el pelo de la cara, antes de poder bajarla, el la agarra y la baja lentamente, hasta dejarla a un lado de mi cuerpo, junto la suya.

Simplemente el contacto de su piel y la mía me pone húmeda.

-Pero la diferencia es que yo se perfectamente lo que hago.- acerca su boca, lentamente hasta dejarla a centímetros de la mía, notando su aliento caliente, dejándome impaciente, muevo mi cabeza hacia delante buscando ese pequeño contacto, solo un roce.

Y cuando ese roce surge, automáticamente su lengua sale para lamer mi labio inferior y yo abro mi boca para recibirla. Mi parte íntima se contrae y cuando me quite las bragas posiblemente estén empapadas.

Nuestras lenguas se rozan, su saliva y la mía se mezclan, sus labios se ciernan sobre los míos y sus dientes muerden mi labio inferior para luego pasar su lengua por el para suavizar el pequeño mordisco. Llevo mi mano hasta su nuca y le agarro profundizando el beso, su cuerpo se junta con el mío, su altura por encima de la mía y sus caderas presionan mi estómago.

Introduce la tarjeta y la puerta se abre. Dándose la vuelta, vuelve a besarme, cogiéndome de la cintura y llevándome junto a el. Sus manos acarician mi cintura, bajando por mi trasero y agarrándome con las dos manos por el, levantándome, subiéndome encima y llevándonos hasta la cama, donde se sienta dejándome sobre él.

Naughty (h.s) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora