Hogar, dulce hogar, el avión acaba de aterrizar en Londres, aún tengo las manos heladas por el miedo, tengo un miedo tremendo a los aviones.
Harry me mandó un mensaje antes de subirme en el avión diciendo que no podría venir a recogerme, tenía que reunirse con una persona en la oficina de la tienda.
Cuando todo está en orden, cojo mi maleta y me monto en un taxi de los tantos que hay en las puertas del aeropuerto, pongo rumbo hacia Harry, en su mensaje ponía que fuera allí en cuanto llegara a Londres.
Pago al taxista, me bajo del taxi y me entrega mi maleta. Miro hacia la tienda, me pongo mis gafas de sol y me coloco bien el vestido ajustado básico de color negro. El pelo simplemente lo he rizado un poco y después peinado para que se quede más tipo "beach waves" como se dice aquí. Tiro de mi maleta y entro a la tienda, encuentro a la misma chica que me atendió la otra vez para encontrar mi vestido.
-¡Hola! ¿Qué tal la celebración?
Frunzo el ceño un momento con sorpresa, ¿se acuerda de mí?
-Muy bien, gracias. ¿Sabes dónde está Harry?
-Sí, claro, está en su despacho. -señala una puerta que se encuentra en la planta de arriba, es la única habitación que se encuentra arriba y solo se puede acceder a través de un ascensor.
-El código es 8712.
Le doy las gracias y me encamino hasta el ascensor, tecleo 8712 y las puertas se abren, presiono el uno y el ascensor se pone en marcha.
Llamo a la puerta del despacho.
-Adelante.- dice su voz.
Abro la puerta, y entro tirando de mi maleta, me quedo quieta en el umbral de la puerta cuando veo a Harry sentado en su sillón tras el escritorio y otro hombre sentado al otro lado del escritorio, las dos miradas vuelan hacia mí.
Me fijo en los tatuajes del otro hombre, que suben por su cuello hasta llegar a su garganta, a pesar de llevar la camisa perfectamente abrochada, se pueden ver rastros de tinta por su garganta.
Harry se levanta de su sillón y nuestras miradas se mantienen fijas mirándonos el uno al otro.
-Hablaremos otro día.- dice el hombre mientras se levanta y agarra su móvil. -No olvides que operan a papá el jueves que viene.
¿Es su hermano?
-No lo haré.- vuelve a mirarme.- Christina, este es mi hermano Kyle.
Kyle viene hacia mi, me ofrece la mano y yo se la aprieto con una sonrisa.
Tiene la cabeza perfectamente afeitada, o es calvo, si es así a Harry le ha tocado la mejor parte, una gran cabellera.
Es bastante guapo, ojos claros y rasgos muy marcados, a pesar de llevar la cabeza afeitada (o calva) sigue siendo atractivo.
-Encantado, Christina. -sonríe y le devuelvo otra sonrisa.- Nos vemos pronto Harry.- se gira hacia su hermano y se despiden con la mano.
La puerta se cierra y me encuentro sola con Harry.
Viene hacia mí y yo solo soy capaz de dar un pequeño paso hacia delante. Cuando está lo bastante cerca como para nublarme la mente, agarra el tirante del vestido y lo acaricia contra mi hombro.
Cierra el pestillo. Miro sus dedos, que pasan de tocar mi tirante a acariciar mi cuello.
Su cabeza desciende hasta mí, sus labios casi rozando los míos y solo ese contacto ya me hace tener un cosquilleo en el estómago. No me quedo quieta, porque quiero esto tanto como el y inclino mis labios hasta los suyos, posando sobre sus labios y abriendo mi boca lentamente, dando entrada a su lengua que me recorre el labio inferior hasta encontrar su destino. Muevo mi lengua y al primer contacto de su lengua, húmeda y caliente, siento que ya estoy mojando mi ropa interior.