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Bajó su brazo, colocando la copa encima de la mesa.

-Mira Christina, te conozco de menos de un día, pero sé que eres una buena chica, yo no soy nadie para decirte eso pero, si ese hombre no te hace feliz, no debes de seguir con él. No si te esconde algo.

Reflexiono sus palabras, tiene razón, no puedo ser tan tonta, no puedo seguir llegando a casa y sonriendo a Steve como si nada pasara, no, esto ya ha terminado o tiene una buena explicación o adiós muy buenas.

-Tienes razón.- le digo.- Yo, mira, Harry, lo he pasado muy mal, he tenido problemas en la adolescencia y pensaba que Steve iba a ser la persona que hiciera que me olvidara de todos aquellos, pero solo me ha hecho sentir peor.

El asiente con la cabeza.

-Christina, eres una mujer guapa, atractiva, simpática, no te mereces a un hombre que no te quiera y que no te trate como se debe.

Lo miro fijamente, sus gestos se han suavizado.

Bajo mi mirada y cruzo mis dedos.

-Mírame.- pide, automáticamente, levanto mi cabeza, volviendo a perder en sus ojos verdes.- No lo necesitas a el, puede que ni siquiera le haya visto, pero es un completo capullo, créeme.

Me levanto de el sillón, dispuesta a poner las cartas sobre la mesa con Steve.

-Harry, lo siento, voy a irme, necesito hablar con Steve, ya estoy harta de esto, ¿no te importará?

-No, claro que no...-para de hablar.- Pero me debes una salida.- sonríe.

Le sonrío.

-¿Quieres que te lleve a casa?

-Mejor a la tienda, tengo mi coche ahí.

-Vale. se levanta de el sofá y se ajusta su camisa.

Se acerca al perchero y agarra su chaqueta, poniéndosela.

Caminamos hasta la entrada, abre la puerta, salgo delante suya y el cierra detrás de el.

Caminamos por el camino de baldosas hasta el pequeño aparcamiento.

Harry presiona el botón de su mano y las luces del coche parpadean.

Ya empieza a estar oscuro, en Londres anochece antes.

Nos montamos en el coche y Harry conduce hasta mi trabajo.

Tras el trayecto, sin intercambiar una palabra, llegamos enfrente de la tienda.

Harry aparca en doble fila, se baja del coche y antes de que pueda cojer mi bolso y salir el me abre la puerta.

-Cuéntame mañana como ha ido, ¿vale?.- dice.

-Vale, gracias por...hablar conmigo.- le sonrío.

El se acerca más a mí, lleva una de sus manos hasta mi mejilla y la acaricia.

Acerca su rostro al mío, noto su respiración en mi mejilla, acerca su boca hasta el costado de mis labios y me da un beso en la mejilla.

-Hasta mañana.- dice cerca de mi boca.

Sonríe y vuelve a montarse en el coche.

Cojo aire profundamente, ¿que hago? ¿Como puedo competir contra esto? Este hombre simplemente me nubla por completo.

Camino hasta mi coche, pensando en lo que le voy a soltar a Steve en cuanto llege a casa.

Me monto en el coche, no enciendo la radio, no quiero empezar a cantar y que se me pase el cabreo.

Naughty (h.s) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora