Bring me to life.

Capítulo catorce.

No encontró a Draco en ningún momento, así que cuando llegó la hora de irse con Hermione, que habían quedado junto al lago. Se tuvo que ir solo. La chica le miró confundida cuando le vio acercarse, Harry no sabía si esa expresión era porque se encontraba solo o porque tendría que tener un mal aspecto increíble, se sentó a su lado y miró hacia abajo comenzando a jugar con sus manos. Su amiga soltó el libro a un lado y le miró.

- ¿Qué te ocurre?

- Que soy imbécil, eso me ocurre. ¿No me vas a preguntar donde está Draco?

- ¿Por qué? ¿Habéis discutido?

Esta vez Harry si la miró, ella lo miraba con preocupación y le sostuvo las manos.

- Más o menos.

- ¿Qué te ha hecho?

- He sido yo, el tontopollas he sido yo.- Harry suspiró.- A ver, tu sabes como es él, tiene una personalidad muy característica, y yo lo aguanto ¿sabes? Así me empezó a caer bien, y obviamente también más cosas. Hermione él es increíble, de verdad, si es verdad que es bastante borde pero es tan carismático que si estás cerca de él no te molesta y no lo hace con maldad, lo hace como forma de protegerse, incluso a veces lo hace de broma para hacerme reír y para liberar tensiones, pero a mi me gusta así, me gusta también con sus bordearías, sus malas caras y sus comentarios desagradables. Porque cuando sonríe... Merlín cuando sonríe el mundo entero se ilumina, todo vale la pena. Cuando te mira a los ojos es como si tuviera el universo entero ahí metido y se te para el corazón porque te das cuenta de que tienes ante ti los ojos mas bonitos de la historia. Parece una persona dura, pero es muy sensible Hermione y aunque la gente se piensa que nunca siente nada el realmente lo hace, y no es difícil hacerle daño por eso, ha pasado por mucho y merece ser feliz, yo quiero hacerle feliz, de verdad, quiero hacerle feliz más que ninguna otra cosa en este maldito mundo, quiero que sonría hasta que le duela la cara, quiero que se ría hasta que le duela el estómago y quiero que sienta esa calidez en su pecho que te demuestra que eres feliz. Y yo soy un imbécil, hoy me enfadé mucho con él porque me soltó una bordería, eso nunca me enfada, y él lo sabe, por lo menos no ahora, pero yo me enfadé mucho, aunque no me enfadé por eso fue por otra cosa y lo justifiqué con eso. Le dije un comentario muy hiriente y él salió corriendo y no lo he logrado encontrar.

- ¿Por qué te enfadaste en realidad?

- Por Theodore Nott.

- ¿Nott? ¿Qué tiene que ver él?

- Salió con Draco.- Explicó Harry y Hermione le miró con una pequeña sonrisa que no fue capaz de entender.- Lo que paso fue que...- Harry se quedó en silencio, de ninguna forma podía contarle lo que había ocurrido con Draco, no sabía como explicarlo sin añadir eso pues era bastante importante, de hecho era esencial.- Nada, déjalo. Tan solo ocurrió algo, y yo pensé que...- Merlín, cualquier cosa que dijese iba a delatarlo. Y conocía a Hermione, ella no se iba a quedar conforme sabiendo que había ocurrido algo que claramente Harry no le iba a contar.

- ¿Y tú pensaste qué? ¿Qué pensaste?

- Nada, olvídalo.- Intento cambiar de tema.- ¿Qué tal te esta yendo el día?

- Harry James Potter no me vas a cambiar de tema.- Harry no sabía ni por qué lo había intentado.- Cuéntamelo ya.

- Mira de verdad, yo te lo contaría con mucho gusto.- Harry comenzó a levantarse.- Pero de verdad que llego tardísimo me tengo que ir.- Se terminó de levantar y miró hacia todos lados.- Merlín, que tarde, me van a matar. Bueno Hermio...

- ¡De ninguna manera!- Hermione le hizo volver a sentarse enfadada.- De aquí no te mueves hasta que no me lo cuentes.

Harry se tapó el rostro con las manos e intentó ganar tiempo mirando hacia todos lados cuando alejó sus manos. Comenzó a arrancar la hierba con el corazón latiéndole a mil por hora. Hermione le miraba paciente, y él simplemente deseaba que la tierra le tragase. Enfrentarse a Voldemort había sido más fácil que ese momento. Pasaron bastante minutos, quizás hasta media hora hasta que Harry se animó a hablar, sabiendo que no tenía otra opción.