Capítulo treinta y tres.

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Ese día Seamus volvía a casa, a estas alturas Harry estaba tan cabreado y se había calentado a sí mismo de tal manera que lo que iba a hacer en cuanto su novio llegase iba a ser romper la relación con él y echarlo de su casa, se iría él pero es que esa casa había sido herencia de su padrino Sirius, la casa era suya y no tenía ningún otro sitio a donde vivir, Seamus si lo tenía.

Esperó en el sofá nervioso, con el corazón latiéndole a mil por hora pero con la adrenalina por los aires al haberse juntado el miedo que sentía con el enfado, sus piernas no paraban de temblar golpeando el suelo una y otra vez con sus talones. Necesitaba que las cosas saliesen bien, las cosas tenían que salirle bien. Tenía pensado volver a enamorar a Draco, que le volviese a amar y cuando lo hiciese, volver a tener una relación con él, porque a esas alturas Harry sabía que la única persona con la que quería estar era Draco. El rubio era el amor de su vida, su alma gemela, su otra mitad, la persona con la quería pasar el resto de su vida, quien le complementaba y le hacía ser alguien mejor. Con él Harry no se sentía tan mierda, tampoco sentía que valía tan poco, no era para decir que tenía autoestima ni que se veía bien a sí mismo, pero por lo menos no se veía tan mal ni se odiaba tanto. Harry sentía su vida vacía, sin esperanzas y el solo hecho de pensar que a lo mejor podría estar con Draco le hacía demasiado feliz, porque era lo que más deseaba en el mundo, su única esperanza de salir en ese hoyo oscuro en el que estaba metido, aunque de momento solo el hecho de alejarse de su novio le daba esperanzas. No más golpes, no más insultos, no más humillaciones, si todo salía bien todo iba a acabar muy pronto.

Escuchó la puerta abrirse y notó como todo su cuerpo temblaba, estaba aterrorizado, no lo iba a negar, pero después de esos dos días que había pasado con Draco sentía que sus fuerzas se habían recargado, porque ahora que lo recordaba sabía que el rubio era su fuente de energía y sus ganas de vivir, y todavía le costaba creer que hubiese pensado lo contrario. Seamus entró al salón con una sonrisa, y se acercó a Harry que estaba sentado en el sofá, se sentó a su lado y abrazó a Harry que no se lo correspondió, después atrapó sus labios en un intento de darle un apasionado beso que Harry rechazó apartándose y en ese mundo supo que Seamus se había dado cuenta de que algo iba mal.

- ¿Así es como vas a recibir a tu novio después de dos días sin verle? - Le espetó profundamente molesto. Harry no respondió, simplemente le echó una mirada fulminante que Seamus respondió pegándole un tortazo que se le cayeron las gafas.- ¡No te atrevas a tratarme así! ¿Qué es lo que te pasa?

Harry recogió sus gafas y se levantó del sofá quedando de pie enfrente suya.

- El que no te tienes que atrever a tocarme eres tu, y más después de lo que me has hecho.

- No sé de que me estas hablando.- Seamus se levantó amenazadoramente.- Pero sea lo que sea te lo mereces, puto desagradecido.

- ¿¡Y qué cojones se supone que te tengo que agradecer!? ¡Lo sé todo! Fui a San Mungo por el dolor de estómago y la fatiga, y adivina qué, era porque llevo hechizado dos putos años por ti. ¡Me alteraste los recuerdos con Draco! Me hiciste pensar que había tenido una relación de mierda con la persona que amaba y que tu eras quien me habías salvado, cuando lo único que has hecho ha sido hundirme más en la mierda, sabías que de otra forma jamás me hubieras gustado ni hubiera salido contigo. Draco era el amor de mi vida, Draco es el amor de mi vida y por mucho que me hubieras alterado los recuerdos seguía enamorado de él, siempre lo estuve y siempre lo estaré, para mí no eres nadie a su lado, ¡entérate! Y quiero que te vayas de mi casa ahora mismo, esta relación ha terminado en este instante, no voy a decirle nada a nadie de esto pero vete ahora mismo.

- ¡Lo hice por tu bien!- Le gritó Seamus que para ese entonces estaba totalmente fuera de si y Harry tuvo que caminar unos pasos hacia atrás algo temeroso.- ¡Todo lo que hago lo que hago por tu bien, porque te quiero, y así me lo agradeces!

Bring me to life. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora