Capítulo cinco.

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Habían pasado varios días desde el incidente en el baño y Harry ignoraba totalmente a Malfoy, se continuaba sentando con él en las clases para que Mcgonagall no le dijese nada, pero ni siquiera le miraba, y en el comedor, se ponía en el lado contrario a la mesa de Slytherin para no mirarle ni darle a Malfoy la oportunidad de hacerlo. No le había contado nada a la directora, igual que como había podido observar, Malfoy tampoco había cumplido su amenaza. Eso lo alivió, pero aún continuaba enfadado. En ese momento tocaba Defensa contra las artes oscuras, y una vez más, Harry se sentó con el Slytherin ignorando totalmente su presencia. Sus amigos no entendían lo que estaba haciendo, pero él no tenía ganas de explicárselos.

La clase transcurrió bastante lenta, Harry intentó optar por el método Hermione de tomar anotaciones para enterarse mejor y prestar más atención, además así no le tendría que pedir los apuntes a su mejor amiga. Aunque Malfoy no paraba de golpear la mesa con el dedo, que aunque era un sonido a penas perceptible, le estaba poniendo de los nervios.

- Puedes parar de hacer eso.- Se giró a él enfadado hablándole por primera vez en varios días, Malfoy levantó la mirada sorprendido y Harry pudo observar que además de que sus ojeras habían aumentado, tenía los labios de un tono morado. El enfado se le disipó un poco y se convirtió en preocupación, aunque continuó con la misma expresión.

- No.- Y dicho eso, golpeó la mesa con mas fuerza y más rápido.

Harry notó su rabia incrementar.

- Eres un gilipollas.

- Y tu un insufrible.

- Tu un insolente.

- Tu un egocéntrico.

- Tiene gracia que lo digas precisamente tú.- Le espetó Harry con rabia.

Malfoy alzó una ceja.

- Al menos yo lo reconozco y no voy por ahí propagando ni haciéndole creer a la gente que soy don perfecto.

- Yo no hago eso.- Harry apretó los puños.

- Claro.- Ironizó el rubio.- Déjame en paz.

- Pues para de hacer eso.

- No voy a hacer lo que tu quieras.

Harry se giró más hacía el y Malfoy hizo lo mismo.

- ¿Hay algún problema, chicos?- Preguntó la profesora Fernsby de repente provocando que los dos chicos dejasen de mirarse y dirigieran la mirada a la profesora.

- No.- Respondió Harry muy serio.

- Pues dejen de hablar, se escucha un murmullo muy molesto que le impide a vuestros compañeros y a mi concentrarnos en la clase. Si ustedes no quieren atender, peor para ustedes, pero no fastidien a los demás.

- Lo siento profesora.- Volvió a hablar Harry. Se fijó en que toda la clase miraba con rabia a su compañero de mesa, igual habían notado que habían estado discutiendo y era lo que les faltaba para odiar más al Slytherin. Harry no quería sentir ningún cargo de conciencia por ello pero no pudo evitarlo, se dijo a sí mismo que lo merecía.

Al final de la clase la profesora les mandó otro trabajo en parejas, aunque les especificó que debían juntarse para realizarlo y que si no lo hacían ella lo iba a saber y les iba a poner un cero en la asignatura. Harry se sentía fastidiado, tendría que encontrarse con Malfoy, tendría que tener relación con él. No le aparecía nada. Cuando finalizó se acercó a sus amigos y salieron del aula.

- Todavía no entiendo por qué te sientas con él.- Le dijo Ron fastidiado.- Os vais a matar.

- Te han dicho que te sientes con él, ¿verdad?- Hermione era demasiado lista.

Bring me to life. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora