Capítulo trece.

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La semana pasó bastante lenta para Harry, estaban ya empezando los exámenes y los dos que habían tenido no le habían salido demasiado bien, aunque no quería preocuparse demasiado por eso. La noticia de que Harry y Ginny habían terminado se extendió por todo Hogwarts y las chicas estaban especialmente pesadas e insoportables, Harry las trataba de la mejor manera que podía y trataba de tener paciencia, pero tener cada dos pasos a una chica guiñándole un ojo, invitándolo a una cita y haciéndole algún cumplido, algunos no demasiado inocentes, al igual que insinuaciones, le estaba poniendo demasiado nervioso. Draco también estaba que se subía por las paredes y Harry lo notaba, más de una vez había sido Draco quien había apartado a las chicas de su camino, y Harry pensó que Draco volvía a estar teniendo respeto, porque las chicas le miraban asustadas y se iban. Draco imponía, siempre lo había hecho, y ahora que estaba sacando su carácter en ciertos momentos, nadie le estaba replicando.

Aunque continuaban molestándole y Draco continuaba sin defenderse, Harry se encontró a Draco amedrentado en varias ocasiones por los pasillos y se vio en la obligación de decírselo a la directora, aunque en realidad era un placer ver como les castigaba. Si hubieran estado fuera de Hogwarts, Harry se habría encargado personalmente de todas las personas que molestaban a su amigo. Harry se preguntaba porque Draco solo sacaba su carácter para defenderle a él de sus perseguidoras, y aunque varias veces se lo preguntó, la única respuesta que recibía era que no quería que ninguna chica de su club de fans le violase.

Estaban en el comedor, Harry tenía planeado esa tarde pasar con Draco... y con Hermione. Había hablado con los dos chicos y habían aceptado, lo agradecía mucho porque sabía que no se aguantaban y aún así lo iban a hacer por él. Todavía no se había reconciliado con Ron, aunque varias veces le había pillado mirándole y otras veces era Ron quien le había pillado a él.

Por otra parte Draco ya comía una cantidad de comida normal, le había terminado de subir la cantidad durante esta semana y aunque el rubio se mostraba muy nervioso y tenía que tranquilizarle durante bastante rato después, le valía la pena. Harry no sabía como Draco se iba a curar, pero por ahora lo importante era que estuviese en un peso donde su vida no corriera peligro.

Harry se giró un momento ante una voz que le había llamado solo para encontrarse a una chica, bastante atractiva para el parecer de Harry, de Ravenclaw guiñándole un ojo y saludándole. No le dio tiempo a responder cuando notó los brazos de Draco girándole de nuevo a la mesa, Harry hizo pucherito.

- Esta era muy guapa.- Draco paró de comer y le miró con una ceja alzada.

- ¿Qué me estás queriendo decir?

- Que era muy guapa y que... Merlín a lo mejor podría acostarme con ella, solo sexo, no quiero nada serio. Pero no estaría mal.- Harry se mordió el labio volviendo a mirar a la chica que le saludó emocionada, Harry le guiñó el ojo y volvió a mirar al frente.

- Haz lo que te de la gana.- Draco miraba al frente muy serio y volvió a continuar almorzando, Harry hizo lo mismo, aunque en algunos momentos volvía su cabeza a la Ravenclaw, que también le observaba atentamente.

- Llevo tanto tiempo sin sexo... lo necesito.- Rompió el silencio entre ellos dos después de un rato.

Draco no respondió, al menos no en el momento.

- No hace ni una semana que rompiste con tu novia.

- Ya pero con ella con toda la tensión llevaba tiempo sin hacer nada.

- ¿Sabes que no me importa tu vida sexual, verdad?

- Que borde eres.

- Borde no, sincero. Yo no te cuento la mía.

Bring me to life. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora