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— Ey~ Bebé ¿Si vamos a cenar esta noche?


— Xuxi... Es que Yuta irá a casa, ensayaremos las armonías un poco más.


— Pero...


— Mañana sí, lo prometo. — Pronunció Chenle con ese modo amable, Lucas aún de mala gana se inclinó a besar al menor. Los chicos carraspearon o hicieron un par de bromas, algunas más pesadas que otras, como las de Jungwoo que no se resignaba y es que Lucas insistía en demostrarle a todos que el menor le pertenecía solamente a él.


Cuando el ensayo acabó, Lucas estaba en el vestidor junto a algunos de los chicos.


— ¡Estamos juntos hace dos semanas y casi no pasa tiempo conmigo!


— Pareces un niño reclamando, Xuxi. — Dijo Ten que terminaba de secar su cabello.


— Pero es cierto, Ge, siempre está quedando con Doyoung, Taeil y Yuta, detesto cuando Yuta está cerca de Lele, no deja de abrazarlo en ningún momento.


— Pero Xuxi, sabes como es Yuta, es así con todos.


— Por eso todos terminan durmiendo con él. — Añadió Jungwoo burlonamente revisando su imagen en el espejo una vez y luego simplemente salió, dejando a Lucas completamente celoso.


Los días pasaron, el viernes era su día libre, pero habían quedado en juntarse en el departamento de WayV para conversar sobre el álbum y beber un poco. Pero finalmente bebieron mucho más de lo que hablaron. Jungwoo, astuto, había llenado el vaso de Lucas cada vez que este bajaba, hasta que llegó un momento en que propuso jugar a la botella.


— ¡Somos chicos! — Dijo Haechan segundos antes de largarse a reír con ganas y es que no era la primera vez que jugaban.


— Ahora Chenle y Jisung pueden participar. — Propuso Jungwoo.


— ¡Estás loco! Claro que Chenle no tiene permiso.


— ¿Entonces Chenle consiguió un segundo padre que le ordene que hacer? — Contradijo Jungwoo. — ¿Es así, Lele? ¿Yukhei Daddy te permite qué hacer y que no hacer?


— Chenle sabe decidir por su propia cuenta, hyung, no seas desagradable. — Saltó Jisung, sentándose en las piernas del mencionado, aunque más bien de forma protectora. No le gustaba ni un poco esa posesividad del mayor con su mejor amigo, lo hacía ver como un mandoneado ante el resto.


— Es solo un juego, Lucas, relájate, además nadie dice que le tocará o quizás hasta les toca juntos.


Al final, 22 de los 23 chicos estaban jugando. Kun simplemente no levantó la mirada de su móvil e ignoró el juego de ese montón de chicos hormonales.


— ¡Yo la giro, yo la giro! — Saltó Haechan, pero en cuanto los nombres que salieron no tenían nada que ver con él, esbozó un mohín.

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