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Tarde.

No pensó en nada más, sus pasos lo llevaron al estacionamiento mucho antes de razonar sobre su actuar. Pero tenía una sensación agria en la boca, una ansiedad en el corazón, debía darse prisa ¿Pero por qué? No lo entendía. Solo sabía que debía ir. Manejó sin cuidado alguno, rápido, mientras averiguaba dónde se encontraba el menor de los chinos. Y es que debía hacer algo, salvarlo.

"Salvarlo". Kun se rió de él mismo, era patético, si había que salvar a Chenle de alguien, probablemente fuese de él. No entendía que ocurría con él, es decir, siempre tuvo especial debilidad por Chenle. Cuando lo conoció sintió que debía protegerlo de todos, conservar su sonrisa cueste lo que cueste. Y no, no lo hizo porque el menor fuese millonario y estar bien relacionado con la familia Zhong era un beneficio en su natal país - como algunos sí lo hicieron - , simplemente en él nació hacerlo. Desde viajar a cuidarlo cuando se enfermaba, a ayudarlo con su vocal, con su pronunciación, cada cosa que Chenle quisiera, él se la daría sin importar nada. Y ese fue su error.

Si aquel día hubiese sido firme, encendido la luz, si hubiese rechazado el beso, dicho algo para hacerlo entrar en razón, nada de esto estaría pasando ¿Realmente quería consolarlo? Muchas noches de desvelo se lo ha cuestionado. Porque de solo pensar en él y Lucas. Frenó de golpe, por las bocinas de otros autos. Agradeció que el cristal del auto fuese oscuro y no revelara su identidad. Pero Lucas simplemente no merecía a Chenle, ni tampoco Hrvy. Ni él. Nadie lo hacía. Chenle era...

Llegó al acuario, el abrigo cubría sus boca y el gorro su cabeza, el COEX tenía una sección privada, donde acostumbraban a ir idols y personas adineradas, donde se aseguraba que no dejarían entrar periodistas, así que no le costó trabajo ingresar una vez pasó su identificación. El pasillo jamás se le hizo tan largo como entonces, corrió a toda prisa, buscando al niño tonto que le había quitado el sueño. Pero lo vio tarde. Hrvy ya había ganado la partida.

Fue en ese momento que se descubrió estúpido ¿Qué esperaba hacer? Chenle era un adolescente, besando a otro, más de su edad, no como él. Él debía comportarse como un hyung, un ge ¡Ni siquiera sabía lo que sentía! Todo esto era tan enfermo.

Cuando notó a Chenle devolviendo la mirada, aún con todos los metros que lo distanciaba, solo pudo correr por donde mismo había llegado.

Llegó al estacionamiento una vez más, se metió al automóvil con rapidez, observó la pared de concreto y frustrado dio un golpe al volante, hundiendo la cabeza allí. Esperaba que Chenle no lo hubiese reconocido del todo, no tenía idea sobre qué explicación dar.

Pero entonces la puerta del copiloto se abrió, dejando entrar al chico de cabello rubio.

— Creo que debemos hablar, Ge. Como adultos.

— No tenemos nada sobre que hablar.

— Claro que si, de partida, estás aquí ¿Cómo explicas eso?

— Quedé con alguien.

— ¡Deja de mentir! Necesitamos... Oh diablos... Pon a andar el auto ahora.

Kun siguió la dirección de la mirada de Chenle, Hrvy parecía buscar en el estacionamiento al menor, por suerte, era difícil ver al interior del auto, aún así, Chenle se escondió en el asiento y Kun echó a andar el auto, justo en que el móvil del menor comenzaba a sonar con una llamada entrante del ingles. 

SickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora