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 — ¡Gané! Debes invitarme a comer dumplings, Ge.

— Yo siempre cumplo mis apuestas ¿Quieres ir ahora, Lele?

— Junnie... Es que Kun vendrá más tarde.

— Otra vez Kun. — RenJun frunció la nariz, su atención antes había sido del menor, pero ahora volvía a mirar la pantalla, prácticamente ignorándolo.

— Ge... Tú sabes que él y yo.

—¿Él y tú qué, Lele? ¿Están saliendo? Porque hasta donde yo tengo entendido, él sigue saliendo con la heredera de los Hui.

— Es que no entiendes, Lele, cuando notes lo que tienes con él tu mundo se vendrá abajo.

— No lo es, esto no es serio, Ge. No dejaré que me afecte, es solo... un juego de niños, es físico.

— ¿Lo es, Lele?

— Claro que sí, yo aún tengo sentimientos por Lucas.

— Si tú lo dices...

— Es solo que Kun.

— Ya, Chenle, no me gusta hablar de ese tema. Es un juego de niños, solo me quiero quedar con eso. Sigamos jugando para ganar la próxima ronda.

Cuando RenJun se fue, Chenle tomó una ducha y se alistó para ver al mayor. Cuando se secaba el cabello, el recuerdo de la conversación de la tarde con su amigo volvió a su mente. Se sentía mal con él mismo, con todos, mentir apestabas... ¿A quién engañaba? No era un juego de niños. Kun... Kun era jodidamente todo en este momento, si pudiera respirarlo como aire lo haría. Cuando llegaron las nueve de las noche, comenzó a impacientarse, Kun debería haber llegado hace una hora al menos.

Llamó, pero el tono no parecía disponible ni sus mensajes se marcaban como entregados. Entonces llamó a Sicheng, pero su respuesta cortante lo dejó más preocupado, no lo había visto ni nada. Pensó en Lucas, pero al marcar tampoco llegó. Entonces unos golpes en la puerta lo hicieron correr hasta allí animado.

— ¡Kun! Al fin, pensé que... Oh... Lucas.

— ¿Sorpresa? — La expresión de Lucas era una mezcla entre enfado y tristeza ante la desilusión en el rostro del menor.

— Lo siento, Xuxi, se supone que Kun llegaría hace dos horas, pero...

— Lo sé.

— Pero no aparece y ¡¿Cómo lo sabes?!

— Por eso estoy aquí, Lele. Kun no podrá venir, no sé el motivo, pero le avisó a tu madre, como se supone que él se quedaría contigo, ella me llamó a mi pidiendo te cuidara para que no pasaras la noche solo ¡Pero no pongas esa cara! Traje dumplings.

— No soy un niño, puedo quedarme solo de vez en cuando.

— ¿Estás diciendo qué quieres qué me vaya? — Y Lucas hizo un mohín con sus labios, se veía como un lindo cachorrito.

— ¡Por supuesto que no! Eres mi Ge favorito.

— Que suerte, ya pensaba que Kun me había quitado ese lugar. — Replicó, con la voz un tono más infantil que de costumbre, mientras entraba a la casa del menor y acomodaba la comida que había traído.

Si bien jugar con Lucas siempre era divertido y cada cosa que él hacía, Chenle lo celebraba, no podía dejar de mirar la pantalla del celular en todo el momento, esperaba a que Kun le contestara en algún momento sus mensajes.

— Chenle, te propongo un trato.

— ¿Un trato?

— Compro un par de botellas de soju y lo bebemos entre los dos, a cambio de que tú dejes de mirar el celular en lo que queda de noche.

— Mamá dice que no tengo buena tolerancia al licor, me ha dado en las cenas familiares.

— Por eso mismo, tienes que beber para ir generando resistencia ¿No quieres?

— Si quiero. Es un trato.

— Perfecto, yo guardaré esto hasta mañana. — Y tomando el celular de las manos del menor, lo escondió en su bolsillo, marcando luego a un sitio para conseguir algo suave para beber.


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NA: ¿Qué creen qué ocurra? ¿Dónde está Kun? 

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