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Chenle despierta, tiene la cara dormida, la siente pegajosa y descubre que ha vuelto a babear la almohada. Eso no es todo, apesta. Cuando se incorpora, siente como un hacha le parte la cabeza por la mitad.


— No te levantes tan rápido. — La voz en su habitación lo hace sobresaltar. Busca con la mirada al dueño y Lucas lo observa con una sonrisa radiante.


— ¿Dormiste en el suelo?


— ¿Querías qué durmiera contigo, Lele? — El mencionado se sonroja con violencia, está algo atontado aún y la lengua rápida que siempre tiene una respuesta, ahora mismo esta dormida y solo reacciona a lanzarle un cojín por la cabeza.


— ¡Diooos! Me siento fatal. — Exclama, volviendo a acostarse, aún se siente mareado, demasiado. — ¿Cuánto bebí?


— Todas las botellas.


— Diablos.


— La señora Zhong...


— ¡ ¿QUÉ? ¿LLEGÓ?


— No te levantes tan rápido...


— ¡Ahhhh! Mi cabeza. En serio.


—No ha llegado, llegará mañana, estás salvado, estamos. Dudo que me deje cuidarte otra vez si se entera que embriago a su hijo mientras no está.


— Al menos sabes que todo esto es tu culpa.


— ¿Entonces no te divertiste con todo lo qué hicimos? 


— ¿Qué hicimos?


— Vamos Chenle... Tú y yo, anoche... — Chenle se volvió a incorporar con demasiada velocidad y los ojos abiertos como plato. — ¡Que te levantes lento!


Lucas, en un acto rápido, dejó la colchoneta que ocupó para dormir y empujó al menor sobre la cama. Sus manos sujetaron sus muñecas y su cara estaba demasiado cerca. Tanto como para que el rojo se apoderará de la palida piel del menor.


— ¿Qué, qué estás haciendo, Xuxi?


— Cuidando de qué no te levantes de golpe otra vez cuando te cuente lo que hicimos ¿Te ayudo a recordar? — Preguntó con una sonrisa burlona, Chenle no tenía donde esconderse y su corazón latía cada vez más rápido en lo que Lucas parecía acortar la distancia entre ellos.


—Xu..Xuxi. — Lucas se largó a reír ante el nerviosismo evidente del menor ¿Realmente no recordaba nada? Sí, Lele era un niño mimado y bastante descarado, pero estaba seguro que de recordar alguna cosa, ahora mismo no estaría actuando así... Lo que significaba que tampoco recordaba el beso que le dio... Ni sentido el beso que robó de él cuando lo acomodó en la cama. Detuvo su risa, sus ojos recorrieron el rostro del menor. Chenle recién despertaba, tenía el cabello desordenado, la mejilla con rastros de saliva y su aliento apestaba a alcohol. Pero aún así Lucas no pudo evitar desear besarlo, anhelaba conocer como era un beso de Chenle estando en sus cinco sentidos. Además, no dejaba de verse precioso a sus ojos.



— Estoy jugando, Lele. Solo nos reímos de estupideces y poca tolerancia al alcohol. — Chenle suspiró aliviado. — Y de tu beso con él...


— ¿C-con quién? — Tartamudeó, otra vez alterado.


— Hrvy. — Dijo Lucas largándose a reír, pero cuando Chenle bajó la mirada y no rio con él, entendió que había sacado verdad por mentira. Diablos, hasta el niñito ingles conocía el sabor de la boca de Chenle. — ¿Entonces si fue verdad?


— Uhm... él me besó, pero no pude corresponder sus sentimientos.


— ¿Fue tu primer beso? — Chenle estaba nervioso, parecía un animal acorralado. Lucas entendió... El bastardo de Kun le había hasta robado la oportunidad de tomar el primer beso de Lele... ¿Cuántas cosas más le había robado Kun sin saberlo?


— ¿No... no te sorprende que haya besado a un chico? — La voz insegura del menor sonó bajita en la habitación.


— ¿Por qué me sorprendería, Lele?


— Porque... bueno, ya sabes, no es lo normal. — Murmuró, aún esquivando la mirada. — Los chicos prefieren a las chicas bonitas y delicadas. — La imagen mental de Chenle llorando la noche anterior cuando habló de la novia de Kun le rompieron el corazón a Lucas. Él no quería ver más lágrimas en los ojos de su pequeño Chenle.


— Creo que es normal amar, a quién sea, solo tienes que amar y no importarte nada más. — Respondió Lucas, corriendo el cabello de la frente del menor, posó sus labios en la frente calida, pero no lo notó hasta hacerlo. Entonces se sintió nervioso por la reacción de él. Y se apartó para mirarlo con seriedad. — ¿Sabes qué si me sorprende? ¡Tu aliento! ¡En cualquier momento vas a fermentar! A ducharse, Lele.


Cuando Chenle salió de la bañera, ya más compuesto que antes, Lucas había preparado un caldo de algas para él. Lo tomó todo, hasta que finalmente se animó a preguntar.


— Lucas... Kun... ¿Te ha llamado? ¿Sabes si alguien en tu edificio sabe de él? Mis mensajes no han entrado al buzón, no ha dicho nada y nunca está más de una hora sin... — El menor de los chinos bajó la mirada, observando la pantalla del celular que estaba entre sus manos, sus ojos se humedecieron, porque no entendía el silencio repentino por parte del mayor. Lucas apretó la mandíbula, tuvo un momento para pensar su respuesta, no quería más a su ge cerca del menor.


— Kun se fue a China, Chenle. A organizar unos asuntos sobre su fiesta de compromiso.  


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¡Dije que vendría antes con una actu! ¿Qué pasará? ¿Será verdad o mentira? 



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