capitulo 14

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Me pongo de pie, apartando mi mano de la de koga, y camino rápidamente hacia inuyasha. Lo primero que pienso es en moroha.
—¿moroha está bien? —pregunto mientras me acerco.
—Está bien. Exhalo en alivio. —Está en casa, con kaede —agrega—. La dejé ahí hace una media hora.
—Entonces, ¿por qué estás aquí? —suelto. Sus cejas se juntan.
—Vine a ver la última parte del partido — Asiente en dirección a la televisión que cuelga de la pared en un extremo del bar, la cual muestra un partido de fútbol—. No sabía que estarías aquí, si eso piensas.
—No lo pensaba. —Sí lo hacía.
—Si eso dices.
—Sí. —Cruzo los brazos sobre mi pecho— ¿Por qué pensaría que viniste aquí por mí?
—No lo sé, Paloma. Tú dime. Me está mirando y empiezo a ponerme nerviosa y confundida con la dirección en la que está yendo esta conversación, la cual es... no tengo idea.
—De verdad necesitas dejar de decirme así —digo, cambiando de táctica.
—¿Paloma? Nunca tuviste un problema con que te llamara así. Te gustaba especialmente que lo hiciera cuando...
—No —advierto, sabiendo exactamente a dónde va con eso. El fuego se enciende en sus ojos. 

—¿No, qué? ¿Que no te recuerde cuánto te encantaba que te llamara así mientras te follaba profundo y duro?

Resisto el temblor que intenta recorrer mi cuerpo. Mis ojos revisan el área para asegurarme de que nadie haya escuchado lo que acaba de decir.
—Estás siendo inapropiado. Se ríe, pero su risa es vacía y falsa.
—Ni siquiera he empezado.
—¿Qué mierda te pasa? —siseo. Aprieta su mandíbula. Sus ojos me atraviesan.
—Nada, kagome. — Hace énfasis en mi nombre—. No me pasa ni una puta cosa. —Señala hacia koga con su mentón—. Comisario imbécil te espera. Giro mi cabeza para ver a koga. Le muestro una sonrisa que es más forzada que real. Cuando me vuelvo para ver a inuyasha, ya no está ahí. Mis ojos viajan por el lugar, buscándolo, para hallarlo caminando hacia el bar. ¡El imbécil! ¡Acaba de alejarse de mí! Bueno, eso sí que me enfurece. Quiero ir hacia allá y decirle... ¿Qué, kag? ¿Qué quieres decir? ¿Y por qué te importa tanto que se haya ido? No me importa. Solo es... grosero. Y estoy teniendo una discusión interna conmigo misma. Genial. Solo necesito hablar con él sobre moroha y que le contemos la verdad mañana. 

No podemos discutirlo aquí, pero debería saber que tenemos que hablar... mejor pronto que tarde. Mis ojos viajan por el bar y veo que la gente está empezando a notar que él está aquí. Es cuestión de tiempo antes de que comiencen a acercarse y luego no voy a tener una oportunidad. Por eso le hago una seña a koga de que voy a volver en un minuto y camino hacia donde inuyasha está ahora sentado en un taburete en el bar, esperando a que lo atiendan. Golpeo su hombro con mi mano y esos ojos azules se vuelven para mirarme.
—¿Entraste en razón y te deshiciste del comisario imbécil? 

—No me he deshecho de él, solo necesito hablar contigo.
—¿Sobre qué?
—Ahora no. Mañana. ¿Todavía vas a llevar a moroha a ballet? —le compruebo.
—Sí.

—¿Te importaría llegar quince minutos antes para que podamos conversar sobre algo?
—Por supuesto.
—Genial. Gracias. Un silencio incómodo se asienta entre nosotros. inuyasha me está mirando y me comienzo a sentir nerviosa por dentro. Aléjate, kagome.
—Val, entonces —Doy un paso hacia atrás— te veré mañana. Me da un pequeño asentimiento antes de volver su atención al bar. Cuando el barman se acerca, inuyasha le dice su orden: café. ¿Vino al bar a tomar café? No, vino a ver el partido, kagome acosadora. Me giro y me voy, como una grupie a la que acaban de despachar. Llego a nuestra mesa y me deslizo en mi asiento. koga, cuyos ojos estaban en su celular, alza la vista hacia mí, guardando su teléfono en el bolsillo de su pantalón.
—¿Todo bien? — chequea.
—Sí, bien. —Sonrío demasiado amplio como para que sea sincero. Presiono mis labios e intento relajar mi cara—. Solo le preguntaba a inuyasha si podía llegar un poco temprano mañana, para discutir sobre la gran charla.
—Eso es bueno —asiente.
—Sí —coincido, luego tomo mi cerveza a medio beber y le doy un gran sorbo. koga echa un vistazo sobre su hombro, hacia el bar.
—Oye, ese es el hermano de inuyasha, ¿verdad?
—¿Dónde? —Giro mi cabeza, medio esperando ver a otro taisho en el bar.
—En la televisión, jugando para los Giants. Levanto mis ojos para ver el perfil de sesshumaru en la pantalla antes de que vuelva a jugar. Ver su cara me hace sonreír. Siempre me agradó sesshumaru. inuyasha me contó que aún no le ha dicho a sus hermanos y a su padre sobre moroha. Quería pasar tiempo conociéndola primero y decirles luego de que se lo contáramos a moroha. Eso será mañana, porque no puedo imaginar que inuyasha no quiera contarle.
—Probablemente tenga un asiento en el palco —dice koga—. Me pregunto por qué está aquí viendo el partido en vez de allí.

Ruin (Adaptada) (InuKag)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora