capitulo 37

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—Mami. —El sonido de la voz susurrante de Moroha me despierta de un sueño profundo.
—¿Estás bien, Moroha bebé? —murmuro.
—Ajá. Pero ¿pol qué papi está dunmiendo en tu cama? Mis ojos se abren de golpe al ver a Inuyasha acostado boca abajo, profundamente dormido a mi lado, su fuerte brazo sobre mi estómago, inmovilizándome. El edredón está cubriendo, afortunadamente, lo que sé que es su trasero desnudo. Oh, mierda. Jodida mierda. Se quedó anoche después de que Moroha se fue a la cama. No hemos tenido mucho tiempo a solas desde que comenzó a entrenar para su pelea. ¿Me siento mejor sobre su próxima pelea? No. Pero estoy lidiando con eso. Más o menos. Cuando Inuyasha entrena, es intenso. Apenas se encuentra aquí en este momento, y cuando lo está, con razón pasa tiempo con Moroha. Lo que significa que el sexo ha sido escaso, de acuerdo, inexistente este último mes. Pero anoche él estaba muy juguetón, ¿y quién era yo para decir que no? Sobre todo cuando me tiró en la cama y se me echó encima, dándome el orgasmo vencedor de todos los orgasmos.
Luego, acabamos follando como animales durante la siguiente hora, y debimos quedarnos dormidos por el agotamiento porque él sigue aquí. Y Moroha nos ha visto juntos en la cama, y... Mierda... ¿yo también estoy desnuda? Mi mano se desliza desde su lugar en la cama, y me siento aliviada al sentir mi camisón, que ahora recuerdo haberme puesto antes de que Inuyasha me convenciera de acurrucarnos por unos minutos antes de que se vaya a nuestra casa, en la que está viviendo ahora, ya que se venció su contrato de alquiler en su apartamento.
—Él está, um... bueno, papi estaba cansado, y le dije que podía dormir aquí, así que...
—¿Pol qué papi no tiene ropa? Mierda, jodida mierda.
—Um... porque... porque...
—Porque tengo calor en la cama, Moroha bebé. —Él se acerca y la alza, tirándola sobre la cama entre nosotros, haciéndola reír y chillar
—. Y no estoy desnudo. Estoy usando pantalones cortos. ¿Ves? —Levanta la sábana y le muestra sus pantalones cortos para correr, que llevaba puestos anoche. Pero ahora me pregunto cuándo se los puso porque claramente recuerdo que estaba desnudo cuando nos acostamos aquí, abrazados, antes de quedarnos dormidos. Y ahora me pregunto si se durmió aquí a propósito, para que Moroha lo encontrara y supiera que estábamos juntos. No me ha pedido que le diga a Moroha que estamos juntos, pero recientemente ha estado haciendo ruidos definitivos en esa dirección.
Lo miro fijamente, con las cejas levantadas, pero él no me mira, así que le pincho el brazo con mi dedo. Me echa un vistazo, y yo le doy una mirada interrogante.
—¿Qué? —dice.
—¿Cuándo te los pusiste? —Asiento hacia sus pantalones cortos.
—No lo sé. Lo debo haber hecho dormido.
—Ajá. —Asiento—. Seguro que sí. Me da una mirada inocente, que no le creo.
—Entonces, ¿papi va a dolmir aquí todo el tiempo ahora?
—No —me apresuro a responder. Inuyasha me da una mirada menos que impresionada.
—Pero si lo hiciera —Mueve sus ojos hacia Moroha—, ¿cómo te sentirías al respecto?
—Bien, polque entonces estarías aquí todo el tiempo. Mi corazón se aprieta con fuerza, como si lo hubiera rodeado con su manito y lo hubiera apretado
—Entonces, si te dijera que ahora papá y yo estamos juntos, ¿te parecería bien? —pregunto. —¿Juntos? —Sus ojos y su linda naricita se fruncen debido a la confusión.
—Como Rapunzel y Flynn Ryder —explico—. Una pareja.
—Oh, ¿cómo los novios y las novias? —Sonríe.
—Sí, como un novio y una novia.

—Cleo que eso sería genial. —Se detiene, mirando entre Inuyasha y yo, con la nariz arrugada otra vez—. Pero no van a besarse todo el tiempo, ¿cielto? Inuyasha suelta una carcajada, y me pongo roja como la remolacha.
—¡No! Por supuesto que no. ¿De dónde diablos sacaste eso? —le pregunto.
—De la TV. —Se encoge de hombros.
—¿A qué te refieres? —pregunto. —Las películas, mami. —Me lanza una mirada que dice que esto debería ser perfectamente obvio—. Los hombres y las mujeres siemple se están besando en las películas. Comienza a hacer sonidos de besos, y Inuyasha se ríe de nuevo, más fuerte esta vez.
—Y no hay más películas para ti. —Me acerco y le hago cosquillas en el costado, haciéndola retorcerse y reír. Parece que voy a tener que monitorear más de cerca exactamente lo que está viendo en la televisión.
—¿Papi?
—¿Sí, Moroha?
—¿Esto significa que tú y mami van a casalse?
—¡No! —digo exactamente al mismo tiempo que Inuyasha dice—: Sí, algún día. Mis ojos se vuelven hacia Inuyasha, que me está mirando fijamente, con un surco frunciendo el ceño. Muevo mis ojos de él a Gigi.
—No nos casaremos pronto —digo a Moroha.
—Vale. —Suspira. Otra pausa y luego—: Pero, cuando se casen, seré dama de honor, ¿veldad? Una sonrisa aparece en mi cara. Echo un vistazo a Inuyasha para ver que también está sonriendo. Presiono un beso en su cabello suave y digo:
—Si mami y papi alguna vez se casan, serás la única dama de honor, Moroha bebé.
—¿Lo plometes?
—Lo prometo. Se queda en silencio de nuevo. Acabo cerrando los ojos y estoy dormitando, amando simplemente estar aquí con mi pequeña familia, cuando su vocecita rompe el silencio.
—¿Mami?
—¿Sí, nena?
—¿Podemos levantarnos y ver la televisión juntos?
—¿Qué quieres ver? —pregunta Inuyasha con un bostezo.
—Enledados, claro. Suspiro

Ruin (Adaptada) (InuKag)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora