maratón 1/5
Trabajar horas extras con pocas horas de sueño no es bueno. Me siento como un zombi. Se me olvidó cuán difícil era ir a trabajar habiendo dormido poco. Ha pasado un tiempo desde que lo tuve que hacer, porque moroha empezó a dormir toda la noche como la increíble niña que es cuando cumplió un año. Nada se entromete entre mi hija y su sueño. Desafortunadamente para mí, muchas cosas sí se entrometían con mi sueño. Bueno, solo una cosa. inuyasha. Cada vez que cerraba mis ojos podía sentir el fantasma de sus labios en los míos y el calor de su cuerpo contra el mío... y el dolor en sus ojos cuando lo rechacé. Arruiné épicamente las cosas anoche.
Debí haberlo rechazado. Pero fui débil y le permití besarme. Diablos, prácticamente ataqué su boca al segundo que me besó. No he hablado con él desde anoche. Me envió un mensaje indiferente hace un rato, diciendo que había recogido a moroha de la escuela y estaban en su casa. Podía sentir el frío emanando de mi teléfono. Me sentí enferma al leerlo. Me sentí enferma, horrible y triste. Besar a inuyasha anoche solo sirvió para recordar lo buenas que habían sido las cosas entre nosotros. Cuán excitados solíamos estar uno por el otro. Lo increíble que siempre me hizo sentir. Lo fácil que eran las cosas entre nosotros cuando éramos más jóvenes y estábamos enamorados. Ahora nada es fácil entre nosotros. Sé que necesitamos hablar de lo de anoche, aclarar las cosas.
Pero la cobarde en mí lo quiere evitar. Pero no puede ser. Va a pasar a dejar a Gigi más tarde. Así que simplemente voy a tener que ponerme mis bragas de niña grande, hacerme responsable y hablar como una persona adulta. Lo puedo hacer. Creo. Ugh. Solo necesito café y la cosa desabrida que hace la máquina de la estación no va a servir. Empujo hacia atrás la silla de mi escritorio y cierro mi portátil. Voy a hacer un viaje rápido a la cafetería. Me toca un descanso, de todas formas. Tomo mi bolso y salgo de la estación.
—kag —llama una voz familiar. Me giro para ver a koga. Está vestido con unos jeans y una polera, y lleva un bolso deportivo sobre el hombro. Debe haber recién acabado su turno.
—Hola. —Sonrío, viendo cómo baja corriendo los escalones de la estación, viniendo hacia mí.
—Oye, extraña —dice cuando me alcanza. No lo he visto desde nuestra salida fallida. No porque lo haya estado evitando, simplemente no nos hemos cruzado en el trabajo. Nos hemos mensajeado un par de veces. Bueno, él me ha mensajeado para preguntarme cómo estoy y yo le he respondido, pero nada más que eso. Está respetando el hecho de que tengo muchas cosas en mi vida ahora mismo y lo aprecio más de lo que podría imaginarse. —¿Te vas? —pregunta.
—No. —Sacudo la cabeza—. Dije que trabajaría unas horas extras para ponerme al día con el trabajo atrasado que tenemos, pero necesito café y el de la máquina de la estación es terrible.
—Sabes que el capitán lo planeó así para que confiesen más rápido, ¿verdad? Haz que el café sea como la mierda y dáselo a los culpables. Un trago de eso y están rogando decir la verdad para que no les demos más. Sonríe y me río.
—Entonces por eso tenemos un índice tan alto de confesiones — bromeo con él, golpeándome la frente con mi mano.
—Pero no le puedes decir a nadie. —Baja su voz—. Es nuestro secreto.
—Cuenta con ello. —Finjo cerrar ms labios con llave y se ríe.
—Diablos, te he echado de menos, kag. "Joder, te he echado de menos, Paloma." La voz de inuyasha suena en mi cabeza. Mi corazón reacciona al recuerdo y no a las palabras que koga acaba de decir.
—Bueno, es fácil echarme de menos. —Levanto mis hombros, bromeando, desesperada por ignorar mi incomodidad. Vuelve a sonreír y se pasa la mano por su cabello.
—Debería irme. —Señalo hacia atrás con el pulgar sobre mi hombro—. No me puedo demorar mucho.
—Te acompaño. Me podría servir un café después del largo turno que acabo de tener. Caminamos uno al lado del otro, charlando sobre cualquier cosa, mientras nos dirigimos a la cafetería. Llegamos a la puerta y koga la está abriendo justo cuando escucho:
—¡Mami! Levanto mis ojos y veo a moroha y inuyasha caminando hacia nosotros. Está sentada en sus hombros, comiendo un helado de agua. Mis ojos van hacia los de inuyasha y la mirada en ellos hace que quiera encogerme y desaparecer.
—Hola, moroha bebé. —Sonrío, a pesar de que los ojos de inuyasha me están quemando—. ¿Qué hacen aquí?
—Quería una burguesa. Una burguesa es una hamburguesa. moroha siempre las ha llamado así. La primera vez que lo dijo fue tan adorable que las hemos llamado burguesas desde entonces. —Y papi no tenía ninguna en su efigerador, así que me trajo a compral una. Hola, koga. —Lo saluda con la mano antes de volver a meterse el helado en la boca. Me siento tan desbalanceada ante inuyasha que ni siquiera comento el hecho de que está comiendo helado antes de comer una burguesa.
—Hola, moroha —dice koga—. ¿Cómo estás?
—Bien. ¿Quieres un poco de mi helado? —Lo acerca a él.
—No, estoy bien, pero gracias. inuyasha, es bueno volver a verte.
—Pensé que estabas trabajando. —Ese es inuyasha hablándome. Ni siquiera se molesta en reconocer la presencia de koga, lo que es muy grosero. Dirijo mis ojos entrecerrados hacia él y digo:
—Así es. Solo salí a comprar un café y me encontré con koga.
—Qué conveniente. Disfruten su café —dice mecánicamente—. Despídete de tu mamá, moroha.
—Adiós, mami.
—Adiós, bebé. —Me despido con mi mano, pero inuyasha ya empezó a irse y está dando zancadas por la vereda, alejándose de mí. Me quedó viéndolos. ¿Conveniente? ¿Qué mierda se supone que significa? ¿Conveniente que estuviera aquí con koga?
—¿kag? —koga interrumpe mis pensamientos.
—¿Mmm?
—¿Todavía quieres un café? —pregunta. Cuando miro hacia arriba, está manteniendo la puerta abierta.
—Seguro —digo. Dirijo una última mirada hacia inuyasha y moroha. Mi corazón se aprieta dolorosamente y entro a la cafetería
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feliz dia del amor y la amistad
se que nunca escibo nada per por favor perdónenme no soy muy buena expresandome por escrito pero aprecio a las personas
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Ruin (Adaptada) (InuKag)
FanfictionY el nuevo campeón mundial de los pesos pesados es... Esas son las palabras que Inuyasha Taisho ha estado esperando escuchar desde que se puso por primera vez un par de guantes de boxeo. Simplemente no pensó que vendrían con una tragedia que cambiar...