moroha está dormida sobre los hombros de inuyasha antes de salir de la calle principal. Steve y Donovan nos acompañan de vuelta al hotel y luego a nuestra suite. Mientras inuyasha lleva a moroha a la cama, yo cierro. Llevo la bolsa con las compras nocturnas de moroha a la sala de estar. Esa chica está siendo malcriada aquí, pero si no puedes malcriar a tu hija en Disney, ¿dónde si no? Luego, entro en la pequeña cocina y tomo dos botellas de cerveza del mini refrigerador. Les quito las tapas.
Tomo un trago muy necesario de mi botella antes de llevarlas a la sala de estar. No soy una gran bebedora, y inuyasha rara vez bebe debido a su entrenamiento, pero me imagino que nos lo merecemos después de un largo día de diversión. Y no lo trato de emborrachar para poder tener mis perversidades con él. Sé que no necesito eso para atrapar a inuyasha. Ha dejado más que claro que me desea. No, esto es coraje holandés para mí. Y no quiero beber sola. Pongo mi botella junto a la de inuyasha y me paro en la ventana, mirando hacia el parque. Oigo el clic de la puerta de la habitación de moroha cerrándose. Me doy vuelta y lo veo entrando en la sala de estar.
—¿Está bien?
—Fuera de combate —dice, caminando hacia mí.
—Te traje una cerveza. —Le indico a su botella en la mesa de café. No reconoce lo que acabo de decir. Pasa al lado de la cerveza y se dirige hacia mí. Ahí es cuando reconozco la mirada en sus ojos. Lo vi muchas veces a lo largo de los años que estuvimos juntos. Su mirada de cazador.Mis piernas empiezan a temblar. Mi estómago da saltos mortales. Y, a pesar de que quiero esto... a él, me encuentro retrocediendo, deslizándome hacia la ventana. Me alcanza, el pecho a ras contra el mío. Sus grandes manos se deslizan por mis muslos, enrollándose alrededor de sus dorsos, y me levanta del suelo, obligándome a envolver mis piernas alrededor de su cintura y mis brazos alrededor de su cuello. —¿Qué estás haciendo? —susurro, mi voz temblando en silencio. Pregunta estúpida. Porque sé exactamente lo que está haciendo. Lo que he querido que hiciera desde que llegamos aquí. Lo que le dije con mis acciones antes. Él acerca su cara a la mía.
—Sabes exactamente lo que hago. Te doy lo que ambos queremos. —Luego, me besa. Inmediatamente me abro para él. Su boca es caliente contra la mía. Su lengua se desliza en mi boca, haciéndome gemir. Me acerco más. Profundiza el beso. La barba de un día me rasca la piel, me pone más cachonda, me recuerda cómo se solía sentir contra la piel tierna de la cara interna de mis muslos. El pensamiento me hace apretar más los muslos a su alrededor. Estoy necesitada, y lo deseo mucho.
—Dormitorio —digo contra sus labios. Es todo lo que puedo decir. inuyasha nos mueve a través del espacio, dirigiéndose a la habitación en la que ha estado durmiendo, mientras devoro cada centímetro de piel de su cuello. Me lleva a la habitación y cierra la puerta detrás de él. —¿Tiene cerradura? —pregunto.
—No.
—moroha podría despertarse y entrar.
—Nena, no se despierta por nada ni por nadie. Cierto. Cuando mi chica está dormida, está dormida.
—Vale —respiro. Entonces, lo beso de nuevo. Me lleva a la cama y me pone en el borde. Da un paso atrás. Sus ojos vagan sobre mí, me hace temblar.
—Desnúdate —dice, con voz grave. A la orden, tomo el dobladillo de mi blusa y la paso sobre mi cabeza antes de que el sentido entre en mi cerebro. La tiro al suelo y digo:
—Solo porque estemos haciendo esto, no significa que volvamos a estar juntos.
—Mmhmm —es su respuesta.
—inuyasha. —Frunzo el ceño.
—Paloma.
—Dilo. Sus cejas se juntan.
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Ruin (Adaptada) (InuKag)
FanfictionY el nuevo campeón mundial de los pesos pesados es... Esas son las palabras que Inuyasha Taisho ha estado esperando escuchar desde que se puso por primera vez un par de guantes de boxeo. Simplemente no pensó que vendrían con una tragedia que cambiar...