veinticinco: miedo.

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Con dificultad, Yoongi se removió entre las sábanas, tratando de encontrar una posición cómoda para seguir descansando. La cabeza estaba a nada de estallarle y sus ojos no daban más al estar hinchados por haber llorado toda la noche.

Se sentía miserable.

Todo lo sucedido en el parque no dejaba de atormentarlo; las duras palabras que le dijo, cómo fue capaz de dejarla sola y, sobre todo, el saber que había lastimado a Jimin no hacía más que crearle un vacío en el pecho.

Merecía no haber podido dormir con tranquilidad, apostaría lo que sea a que la rubia se encontraba igual o incluso peor que él. Y el simple pensamiento no hacía más que matarlo.

Dolía tanto que incluso su lobo se negaba a comunicarse, dejando que el omega cargara con el peso de sus acciones solo. No iba a perdonarle a su parte humana el haber herido de esa manera a su alfa, sin importarle cuánto suplicó para que no lo hiciera.

Yoongi maldijo en voz baja cuando su cabeza volvió a punzarle, ni siquiera tenía fuerzas como para levantarse y buscar unas pastillas. Aunque las tuviera, no sería seguro tomarlas con el estómago vacío y lo último que deseaba era comer; seguro terminaría vomitando todo.

La situación se había salido de sus manos, le costaba creer cómo las cosas podían cambiar de un día para otro. En un momento, estuvo pasando una tarde increíble con Jimin y, al siguiente, terminó rompiendo su corazón sin pensarlo dos veces.

No se suponía que la relación de ambos tendría ese desenlace. No cuando había sentido que tocaba el cielo cuando la alfa le confesó que estaba enamorada de él, cuando le dijo todas esas preciosas palabras que lograron hacer latir su corazón como nunca y que revivieron la esperanza de poder ser querido de verdad por alguien.

Solo el universo sabía cuánto deseó responderle que sí, que entendía a la perfección ese sentimiento de querer abrazar, cuidar y hacer feliz a alguien más. Que anhelaba lo mismo que Jimin.

Pero recordó que eso no era para él, que cuando la alfa se enterara de aquello que ocultaba con tanto recelo, no querría volver a verlo en su vida. Las crueles palabras de su familia se apoderaron de su mente, llevándose consigo esa pequeña chispa de felicidad que nació con la confesión de Jimin, dejando el profundo y ya tan conocido miedo.

Miedo a que la historia se repitiera, miedo a esa mirada de decepción y asco, miedo a ser juzgado y, sobre todo, miedo al rechazo. No podría soportar todo eso, menos viniendo de una persona tan importante para él como lo era la alfa.

No quiso salir lastimado otra vez, por lo que prefirió herirla antes que pasar por lo mismo.

Se odiaba.

Lentamente, se movió para quedar en posición fetal y abrazar su almohada. Necesitaba a Jimin, la extrañaba tanto que daría lo que sea a cambio de tenerla a su lado, aunque sea por una última vez.

Quería disculparse, quería decirle que su amor no era unilateral, que él estaba tan enamorado de ella que ocultarlo se le había hecho casi imposible. Deseaba que lo supiera, sin importar si la alfa terminaba alejándose de él cuando descubriera la verdad de su vida.

Aún tenía pánico por lo que pudiese pasar, pero, a estas alturas, le lastimaba más el hecho de saber que Jimin estaba sufriendo por su culpa.

⎯ L-Lo siento... ⎯ murmuró, cómo si ella estuviera escuchándolo ⎯ L-Lo siento mucho... ⎯ con lágrimas en sus ojos, se aferró más a la almohada. Quizás, sí era posible morir de un corazón roto ⎯ J-Jiminie ⎯ sorbió su naricita y continuó ⎯, t-también te quiero, Jimin. Te quiero tanto.

all about you ☽ jimsu [fem! jimin]Where stories live. Discover now