Capitulo 13

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Te despertaste descansada. Te estiraste un poco y bostezaste, fuiste levantándote y viste las fotos del otro día, sonreíste como una idiota y fuiste a preparar tu desayuno.

Luego te vestiste y te hiciste una cola alta para que no te molestara el pelo, después saliste de casa

Hacía una mañana buenísima así que decidiste no coger el metro e ir andando. Se notaba que ya iba empezando el invierno. Los arboles con sus hojas caídas, y los que aún tenían de ese precioso color cobrizo. Siempre te había gustado aquel color, muchas veces pensaste en teñir tu pelo de él pero nunca te atreviste.

Al rato llegaste al bar, te sentías tan a gusto. Te pusiste el uniforme y empezaste a hacer cosas. Miraste el reloj, las 8 menos cuarto, ¿cómo es que Sophie no había llegado todavía? Cómo si te hubiese oído sonó tu teléfono, era ella

-¿Lina?

-Sí, ¿cómo es que no has llegado todavía?

-La cosa es que me he resfriado, ¿podrás encargarte tú sola del bar?

-Claro que sí, mejórate

-Gracias

Colgaste. Esperabas que el día no fuese como el de ayer, no estabas del todo convencida que pudieses tú sola con tanta gente.

La mañana fue pasando y para tu suerte, fue muy tranquilo. Poca gente, pedidos pequeños, todo muy fácil, pero también aburrido. Al no tener a Sophie allí no podías hablar con nadie, y ni Harry ni Niall habían ido hoy. Te pusiste en la barra y miraste el reloj deseando que el tiempo pasara rápido.

-Hola –dijo una voz desconocida

Volviste al mundo real

-Hola, ¿qué desea? –dijiste feliz

-Un café

-Ok, marchando –lo preparaste rápido y se lo diste- ¡Listo!

-Gracias –dijo mientras sonreía

El chico te siguió hablando un rato, y como no tenías nada mejor que hacer le seguiste la conversación. Os tirasteis un rato hablando, hasta que fueron las cinco y ya te tenías que ir.

- Bueno, me lo he pasado muy bien -dijo

-Yo también –contestaste.

-Si algún día quieres hablar- escribió algo en un papel- Toma, este es mi número.

-Vale

Os disteis dos besos y le acompañaste hasta la puerta, allí le despediste con el brazo. Entonces viste a Niall en la acera de en frente y saliste corriendo hacía él.

Cuando ya llegaste a donde estaba, le abrazaste y le diste un beso.

-¿Y esto? –dijo sorprendido

-Nada, es que tenía muchas ganas de verte. Hoy me he aburrido mucho  -respondiste

-¿No ha venido Sophie?

-Que va, esta mala

-Vaya…

Fuisteis al bar. Te ayudó a recoger las cosas y fuiste a cambiarte.

-Ahora vengo –le dijiste

Te cambiaste rápido y saliste.

-¡Ya estoy! ¿Nos vamos?

Niall estaba en los asientos de la barra, un poco serio y tenía un papel en las manos. Te pusiste delante de la barra para tenerlo de frente

-¿Qué te pasa?

-¿Qué es esto? –dijo mientras te enseñaba el papel.

Lo cogiste y lo leíste, era el teléfono del chico de antes.

-Nada, el número de un chico que ha estado aquí antes

-¿Y por qué te ha dado su teléfono?

-Porque estuvimos hablando y me lo dio, solo eso.

-¿De verdad? ¿Y cómo era?

Tú reíste

-¿Estas celoso? –preguntaste

-No

-Ya, seguro…

-Es verdad, no estoy celoso, pero me molesta si alguien le da el teléfono a mi chica

-¿Mi chica? –dijiste apoyando el hombro en la barra para estar más de él.

-Claro que sí, tú eres mi chica

-MI-CHI-CA –dijiste separando las sílabas – Sí, me gusta mucho como suena.

-Es lo que eres, mi chica.

Sonreíste y te beso. Definitivamente adorabas esos besos. Salisteis del bar y empezaste a andar por la calle

-¿Quieres ver las fotos? –le preguntaste poniéndote delante de su camino.

-¡Claro, vamos!

Llegasteis, y subisteis hasta tu piso, abriste la puerta y les enseñaste las fotos.

-¿Y estas? –dijo mirado las que salíais dormidos

-Creo que las hizo Harry cuando dormí allí.

-Puede ser

Después de eso Niall se fue y te quedaste en la casa sola. Llamaste a Sophie para ver como estaba, y ya se encontraba mucho mejor, mañana volvería a trabajar. Hablasteis un rato hasta que Sophie colgó porque tenía cosas que hacer.

Volvías a estar aburrida, eran las 6 de la tarde y querías hacer algo. Cogiste de nuevo el chaquetón y saliste a dar una vuelta. Como no conocías muy bien el sitio todavía aprovechaste para verlo. Viste varias tiendas de ropa muy bonitas, irías algún día, también había varios restaurantes y algunas tiendecitas de comestibles y cosas así. Compraste un paquete de frutos secos y fuiste al Hyde Park que estaba cerca, te sentaste en un banco y empezaste a comer lo que habías comprado. Algunas ardillas se te acercaron y les diste unas pocas. Recordabas que una vez de pequeña viajaste a Londres y te encantaron aquellas ardillas. Cuando acabaste de tomarte los frutos secos te levantaste y empezaste andar sin una dirección concreta. Cuando comenzó a anochecer volviste para casa. Llegaste antes de que hubiera anochecido. La verdad es que te lo habías pasado muy bien. Cuando tuvieses de nuevo una tarde libre irías aquellas tiendas que habían cerca. Te tumbaste en el sofá y sin darte cuenta te dormiste.

Un choque de amor [NIALL HORAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora