Un choque de amor [NIALL HORAN]

Capitulo 3

Aquel día no tenías que trabajar, así que aprovecharías para ir a visitar Londres.

Tu pequeño tour empezó por la columna de Nelson, y después fuiste viendo el Parlamente, el cambio de guardia, el Big Ben, el London Eyes…  Disfrutaste como una niña pequeña, todo eso era nuevo para ti. Comiste en un pequeño restaurante cerca del Támesis, y seguiste con tu tour. Cuando te diste cuenta ya era muy tarde y tuviste que volver a casa. Aquel día había sido increíble,  menos porque no había estado él. Pero eso no importaba, mañana tendrías que trabajar de nuevo, y con suerte lo volverías a ver.

En cuanto llegaste a casa te dormiste muy pronto, querías descansar bien para el día siguiente.

La alarma sonó y en 20 minutos ya estabas lista, cada día lo hacías más rápido. Fuiste en dirección al bar, pero cuando estabas todavía a varias calles comenzó a llover. Empezaste a correr para llegar lo antes posibles. Cuando llegaste estabas empapada de la cabeza a los pies. Fuiste a por el uniforme y te cambiaste. Como tenías el pelo también mojado te hiciste una cola. Ya estabas mucho mejor, pusiste tu ropa en un cuartillo para que se secara un poco.

Tras eso el día fue normal, no vinieron muchos clientes por la lluvia pero así fue mucho más cómodo. Lo peor de todo es que no vino, Niall no apareció por allí en toda la mañana. Con las ganas que tenías de verle. Cuando terminó tu turno te fuiste para casa, la verdad es que no te encontrabas muy bien, sería por lo de esa mañana.

Al llegar a tu casa te diste cuenta de que te habías dejado la ropa en el bar y habías llegado con el uniforme, mañana lo recogerías.

La siguiente mañana en cuanto sonó la alarma te levantaste. En ese momento empezaste a marearte, te dolía mucho la cabeza y te encontrabas realmente mal. Fuiste al botiquín y sacaste el termómetro. Tenías 39ºC de fiebre. Hoy no podrías ir a trabajar, llamaste a Sophie y se lo dijiste, luego volviste a meterte en la cama y dormiste.

La gripe te duró unos 3 días, 3 días sin verles. Sin ver aquella sonrisa, esos ojos, ese pelo… Nunca habías tenido tantas ganas de recuperarte de una gripe, pero al fin había llegado el día. Ya no tenías fiebre, el dolor había desaparecido y volverías al trabajo.

La noche anterior ya le habías dicho a Sophie que irías, la verdad es que se había portado muy bien contigo estos días. Se acercó después del trabajo los 3 días para verte y ayudarte un poco.  Le debías un gran favor, y pronto te darías cuenta de que solo había empezado a ayudarte