Un choque de amor [NIALL HORAN]

Capitulo 42

Niall se separó de ti, dejando pocos centímetros entre vosotros. Estabas demasiado nerviosa y asombrada por lo que acaba de pasar. Es decir, él había ido a besarte a ti, pero, ¿por qué? Te sentías confusa, ¿se estaba riendo de ti? Hace unos días eras solo “su amiga” y ahora te besaba, ¿qué pasaba?

Los dos estabais en silencio, mientras a vuestro alrededor se oían los gritos de la gente. Tenías los ojos clavados en los tuyos. Una sonrisa apareció en su precioso rostro, haciendo que te relajases un poco.

-¿Puedes venir? –dijo ofreciéndote la mano

Ni siquiera pudiste responder, tan solo agarraste su mano y te dejaste guiar por él. No te importaba a donde fueseis si estabas a su lado.

Subisteis a la planta de arriba y te llevó a un lugar más silencioso, donde apenas llegaba el ruido de la fiesta.

-Bueno, -comenzó a decir- supongo que te debo una pequeña explicación

No podías hablar, seguías en shock por aquel inesperado beso.

-¿Lina? ¿Estás bien? –te preguntó

-S-si… -respondiste

Con dificultad conseguiste mantener un poco la calma y hablar sin tartamudear.

-Es que, lo que ha pasado antes ha sido… -dijiste

-Increíble –dijo Niall acabando la frase

Al oír eso tu corazón empezó a acelerarse.

-Lina, yo sigo sintiendo cosas por ti… -parecía un poco nervioso por lo que estaba diciendo- Desde que volviste, todo lo que había sentido por ti volvió y cada día que pasaba contigo se hacía cada vez más y más grande.

Tu corazón se estaba acelerando demasiado.

-Pero, ¿entonces por qué dijiste que el beso bajo el muérdago había sido un error? –lograste decir

-Porque pensaba que tú no sentías nada por mí, y pensé que así no te volvería a perder. Pero me equivoqué completamente. Tras escucharte y descubrir que me seguías queriendo, me sentía muy culpable y confuso por todo, así que me fui, y me quedé en casa pensado, aclarando mis sentimientos hacía ti.

Las piernas empezaban a temblarte a causa de los nervios

-Al final, decidí revelarte todos mis sentimientos hoy. Pero cuando llegaste, notaba como si me evitases. Por eso te llevé conmigo al jardín, pero de nuevo te marchaste. No sabía que hacer para que me escuchases… y se me ocurrió esto… besarte

-Bueno… ahora estoy aquí… cuéntame lo que quieras

-Lina, yo… te quiero

El corazón se te iba a salir del pecho. Tenías ganas de saltar y gritar si parar.

-Bueno, y espero que todavía sigas sintiendo lo mismo que hace unos días… Claro, que si no, no pasa nada, es decir, seguiremos siendo amigos y eso…

Comenzó a decir cosas sin mucho sentido, notabas sus nervios al hablar.

-Niall, basta

Él dejó de hablar, y te miró.

-¿Qué pasa? –preguntó preocupado

Una sonrisa apareció en tu cara

-Te quiero

-¿De verdad?

-Claro, te quiero ahora y te he querido siempre, pero soy demasiado idiota como para haberme dado cuenta antes

-Entonces, ¿me sigues queriendo, verdad?

-Sí

Sin pensarlo dos veces volvió a besarte, haciéndote quedar atrapada de nuevo en él

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