Un choque de amor [NIALL HORAN]

Capitulo 1

Ya era de día, lo sabías porque el sol te daba en tus ojos cerrados. No podías entender como a algunas personas les pareciera agradable, personalmente no lo soportabas. Diste un par de vueltas en la cama pero no podías volver a quedarte dormida, así que no quedaba opción, tenias que levantarte. 

Miraste el reloj que tenias al lado de la cama, eran las 11am pero te daba igual, habías llegado aquella noche y estabas muy cansada. De repente algo se te vino a la cabeza... la prueba. Saltaste de la cama y fuiste directa al armario, ¿cómo se te podía haber olvidado? Tenias la prueba de trabajo a las 11:30am. Cogiste algo cómodo, vaqueros, jersey y unas zapatillas, te diste un pequeño vistazo en el espejo, estabas más o menos bien.

Saliste corriendo hacia la boca del metro, la encontraste rápido y te subiste a tu metro. No habías encontrado un gran trabajo, pero por algo tenias que empezar. Llegaste a tu estación y fuiste hasta la calle. Te paraste enfrente de del bar, estabas tan nerviosa.

Ayer habías llegado a Londres, era la primera vez que vivirías sola,  allí no conocías a nadie, y este trabajo era tu esperanza de empezar con buen pie. Tu cabeza se lleno de ideas diciendo que todo saldría mal. Respiraste hondo para despejarte un poco, pero dentro de ti había algo que te decía que debías salir corriendo de allí y volver a España, pero no podías hacer eso, llevabas esperando esto desde que tenías 13 años. Así que cogiste fuerzas y te dirigiste hasta la puerta. 

Estabas ya delante de ella, cuando alguien de dentro la abrió y te dio. Caíste al suelo de espalda golpeándote con en la cabeza. Estabas todavía un poco aturdida. Fuiste abriendo los ojos y viste que delante de ti había un chico en el suelo mirándote. Tenía unos ojos azules preciosos, y ese pelo rubio le quedaba genial.

- ¿Estás bien? -dijo el chico

Te constó un poco reaccionar

- Si, -contestaste un poco mareada- bueno creo.

- Lo siento muchísimo, no te había visto -contesto con una sonrisa- ¿puedes levantarte?

Se levanto y te extendió la mano, cogiste la mano y fuiste a levantarte, pero estabas demasiado mareada y caíste de nuevo. Entonces el chico se agachó y te ayudo a levantarte agarrándote por la cintura. Una vez incorporada el mareo se te fue pasando, y ahora no podías parar de mirar aquellos preciosos ojos.

- ¿Estas ya mejor? -volvió a preguntarte

-Sí, muchas gracias -conteste

- No me las de, he sido yo quien ha hecho que te des el golpe, -dijo con esa perfecta sonrisa- para agradecértelo si quieres te invito a algo 

Entonces te acordaste, la entrevista.

- Lo siento ahora no puedo, -dijiste mientras maldecías aquella prueba de trabajo.

- Ah, vale, bueno adiós

-Adiós.

Os despedisteis con dos besos en la cara. Y te quedaste mirándolo mientras se marchaba. Cuando volviste en ti, entraste en el bar, fuiste a hablar con una chica que había en la barra, ella te dio el uniforme para tu día de prueba.

Fue horrible, no pudiste descansar en toda la mañana. La gente era muy borde, y tu no dabas más de ti. Cuando llegó las cuatro de la tarde por fin acabo aquella horrible prueba. Ahora te dirían si estabas o no contratada. Sabrías si aquella mañana habría merecido la pena. Fuiste ante la mujer que llevaba el bar.

- Bueno, Lina, hoy has trabajado muy duro, y parece que le has gustado mucho a la clientela, así que... enhorabuena, ¡el puesto es tuyo! -dijo la mujer

Estaba tan emocionada, lo había conseguido. Mi pequeño sueño se estaba haciendo realidad.

-¡Muchísimas gracias! -conteste con una sonrisa de oreja a oreja.

Tras esa increíble noticia me explicó los turnos que tendría. Salí del bar contentáis, y me dirigí hacía al metro. Ya eran las cinco, y en Londres anochecida muy temprano.

Llegaste al piso y te tiraste en tu cama, estabas muy cansada, pero al mismo tiempo feliz por lo que habías conseguido aquel día. Te quitaste la chaqueta y buscaste el móvil para poner la alarma para el próximo día. Entonces tocaste un pequeño papel en el fondo del bolsillo, lo sacaste curiosa y lo abriste:

"Espero que la próxima vez tengas tiempo"

¿Quién podría haber metido la nota en tu chaqueta? ¿Podría haber sido alguien del bar? 

La verdad es que la idea te daba un poco de miedo, pero estabas demasiado agotada para pensar en eso ahora. Cenaste algo ligero y te acostaste. Sin poder dejar de pensar de quién podría ser aquella misteriosa nota, lo que no sabías en que muy pronto conocerías la respuesta.