Capitulo 5

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No podías creer lo que estaba pasando, ibas a ir a una fiesta, y él estaría allí. Todo gracias a Sophie, os conocíais de menos de una semana, y ya le debías muchas.  Luego pensaste de nuevo en Niall, ¿como en una semana te podías haber enamorado tanto de alguien?

De repente sonó el teléfono, era Sophie.

-¿Cómo vas? –te preguntó

-Todavía ni he empezado a prepararme –dijiste- ¿y tú?

-Estoy terminando. Date prisa, recuerda que a las 10 pasaran a recogernos.

-¿¡Qué pasaran a recogernos!?

-¿No te lo dije?

-¡NO!

-Ups, culpa mía. Bueno te dejo, no te entretengas, un beso.

-Espera…

No te dio tiempo, había colgado. Miraste la hora, eran las 9, tenías que comenzar a vestirte. ¿Qué te podías poner? No querías ni algo muy formal, ni algo informal. Después de un largo rato lo decidiste. Te pondrías uno pantalones pitillos negros y una blusa blanca con el cuello negro. Te ondulaste el pelo y te pintaste un poco. Te miraste en el espejo, estabas bien, muy bien.

En ese momento sonó el timbre. Miraste la hora, las 10, habías acabado justo a tiempo. Cogiste el bolso y abriste la puerta.

-Hola

-Hola –contestó Niall, te miró de arriba a abajo- Vaya, estás preciosa

Te sonrojaste

-Tú también –dijiste con una pequeña sonrisa

Hubo un pequeño silencio

-¿Nos vamos? –dijo de repente

-Claro que sí.

Cerraste la puerta, y te fuiste con él hasta el coche. Os sentasteis atrás ya que en el asiento del piloto iba Harry y al lado suyo estaba Sophie.

-Hola –les dijiste a los dos

-Hola –contestaron a la vez

En el camino Harry y Sophie no paraban de hablar, mientras que Niall no paraba de enviar cosas con el móvil. Tú te quedaste mirándolo casi todo el camino, perdida entre sus ojos.

La casa de Harry estaba a las afueras de Londres. Como no había nadie cuando llegasteis os enseño un poco la casa, la verdad que era muy bonita.

A la media hora comenzó a llegar mucha gente. Harry y Niall fueron a dar la bienvenida a los invitados, mientras tú y Sophie empezasteis a hablar

-La casa es preciosa –dijiste

-Bueno, no solo la casa –dijo mientras miraba a Harry

Tú te reíste y al poco tiempo ella también. La música empezó a sonar y todo el mundo se puso a bailar. Estuvisteis dos hora bailando sin parar, pero tú ya estabas un poco cansada, así que saliste afuera. El jardín era precioso y no había nadie más, así que te sentaste en unos escalones  y te quedaste mirando el cielo. De repente alguien te tapó los ojos por detrás.

-Sophie te lo repito, no tiene gracia –dijiste riendo

Te quitaste las manos de los ojos y te diste la vuelta. En ese momento te volviste a perder en aquellos ojos.

-Me da que no soy Sophie –dijo Niall- ¿Puedo sentarme?

-Claro que sí –le contestaste

Os quedasteis un rato en silencio mirando las estrellas. Tú querías decir algo, pero te daba demasiada vergüenza. Pero entonces él empezó a hablar

-¿Puedo decirte algo? –dijo

-Claro.

Empezó a hablar y las pulsaciones de tu corazón se fueron acelerando.

-Haber –comenzó- ¿Recuerdas el primer día que nos conocimos? Cuando te di el golpe con la puerta

Tú asentiste

-Ese día noté algo cuando estuve contigo, por eso te escribí aquella nota y te la metí en el bolsillo.

-¿Fuiste tú?

-Sí. –hizo una pausa- Al siguiente día volví para ver si te veía, y así fue.  Acabas de empezar a trabajar allí, y eso significaba que te podría ver todos los días.

Me senté un rato pensando en que podía hacer para hablar contigo, y entonces fue cuando os vi detrás de la barra agachadas, y como tenías un rato libre empezamos a hablar los dos solos.

Mientras hablábamos noté lo que había sentido el día anterior era solo el principio. Pero cuando nos quedamos callado y  te fuiste, creí que tal vez no sintieras lo mismo por mí, así que me fui sin volver el día siguiente. Pero entendí que era una tontería y volví los 3 días que estuviste mala, así que no te pude ver.

Aquellos cuatro días sin verte te eché tanto de menos, y fue cuando me di cuenta en lo mucho que me importabas, pero no entendía cómo era posible, apenas te conocía de dos días y casi no habíamos hablado. Por eso al verte hoy, se me ocurrió invitaros a esta fiesta, para así conocerte mejor y decirte lo que sentía. Y bueno es lo que acabo de hacer.

Te quedaste mirándolo sin creértelo. Aquel chico tan perfecto e increíble por el que te habías colado en menos de una semana sentía exactamente lo mismo que tú.

-Di algo por favor, no sabes lo que me ha costado decirte esto –dijo mientras intentaba sonreír.

-Bueno, me has cogido por sorpresa, entiéndelo.

Cogiste aire para lo que tenías que decir.

-Haber, es que no puedo asimilarlo todavía, ¿no será una broma, no?

-Claro que no, ¿me ves pinta de que sea una broma? –dijo

-La verdad es que no. Lo que pasa es que siento lo mismo por ti, desde el principio, y me sorprende tanto que alguien como tú se haya fijado en mi.

-¿Alguien como yo?

-Claro, la gente tan perfecta como tú, no se suele fijar en las chicas corrientes como yo

-Pues o yo no soy tan perfecto, o tú no eres tan corriente.

Te sonrojaste y agachaste la cabeza, haciendo que algunos mechones se cayeran en tu cara. Te puso su mano en la barbilla y te la levanto con suavidad, mientras que con la otra te quitaba aquellos mechones del rostro. Luego te miró a los ojos, y tú le miraste sus preciosos ojos azules.

En ese instante notaste como si os trasladaseis a otro lugar, dejando aquella fiesta. Ahora solo estabais vosotros dos, uno enfrente del otro, mirándoos fijamente. Todavía tenía puesta su mano en tu barbilla, y aquel simple contacto hacía que saltasen chispas a vuestro alrededor.

Un choque de amor [NIALL HORAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora