Madrid, España, 2019.
El hecho de ver a Emiliana Sierra a los ojos, no era como ver a un boxeador al finalizar el tercer round, porque si bien había sido destruida internamente por su avaricia dejando de lado al primer amor de su vida, aún estaba a la defensiva.
Martín no se equivocaba al afirmar que la completa debilidad de su hermana eran las mujeres, pero también eran su fortaleza. Alicia era fuerza vital para Emiliana, desde el primer día que sus ojos azules se cruzaron con los celeste verdosos de la pelirroja, supo que viviría por y para ella.
En primer lugar por la misión acerca del espionaje y la manipulación de decisiones al momento de ejecutar su plan y el de Andrés.
Pero supo que Alicia no sería una persona a la cual traicionar y utilizar como a todo quien se cruzara ante sus ojos, incluso Ágata.Cada una de las muestras de afecto de la pelirroja y de su incondicional apoyo cada vez que se derrumbaba en aquellos tiempos difíciles entre el pozo de haber dejado a Ágata, la convencieron de que no debía alejarse una vez que terminaran la misión.
Emiliana quería vivir y morir junto a Alicia si fuera posible.
Ágata ansiaba saber qué era de la vida de quien pensó tanto desde el día que la abandonó. La agente no era un boxeador destrozado, sin alientos para seguir.
Era un toro frente al color rojo vivo, dispuesta a atacar con toda su cornamenta y los ojos incendiados.Es que todo a la par del ritmo de sus grandes borceguíes negros, se incendiaba. Y Nairobi se desesperaba internamente por saber qué era la causa de ese fuego vivaz.
— Quiero que me cuenten que han hecho hasta mi llegada— habló ella viendo a cada uno de ellos.
Detuvoo su mirada en el asqueroso Bogotá, cuidando con total sigilo y un rastro de celos, de que esos ojos masculinos no se fueran hacia Ágata.La única que casi tartamudeó pero sin emitir palabras, fue Estocolmo.
— Y antes de eso, quiero que me digas tu nombre. Ya me parece mucho tu situación con este delincuente de barrio precario, y es demasiado que lleves el nombre del síndrome que padecés— interrumpió Matanza.
En la cabeza de cada uno de ellos, incluso en la de Tokio que acababa de entrar junto a Helsinki que la había liberado de esas cadenas, estaba el interrogante de por qué Nairobi no contradecía ni enfrentaba a la nueva jefa al mando siendo que desde los comienzos de la banda, ella habla sido primera protestante de los ególatras que calzaban en mono rojo.
— Podrías dirigirte mejor hacia mi esposo. No debe importarte nuestra situación familiar, eres una...— soltó Estocolmo al juntar valor suficiente como para hablarle a los ojos de esa bestia incapaz de tener compasión.
ESTÁS LEYENDO
𝓐𝐆𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐒𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀
Fanfiction"Todos los días y las noches se parecen demasiado. Si hay algo aprendí en esta ciudad es que no hay garantías. Nadie te regala nada. Todo podía terminar terriblemente mal, pero este atraco había que ejecutarlo" Gustavo Cerati. [oc female x sierra ]...