06. A muerte

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Soundtrack:
— "La balada del diablo y la muerte"— La Renga, Argentina, 1996.

Madrid, España, 2019.

 Al volver de estar una semana en Alemania por unas tareas pendientes con la CIA, en donde en sus ratos libres y al volar sobre Europa, reflexionó todo lo que más pudo acerca de Martín y qué hacer.
Decidió ir a buscarlo a Palermo, donde residía desde que dejó de vivir en el Monasterio con Andrés. Pero primero debía ir a buscar sus cosas y a ver un rato a Alicia, que la esperaba con unas sorpresas para ella, en una cálida bienvenida.

Necesitaba hablar con su hermano, darle aunque sea unas palabras de disculpas, tratando de reconciliarse para que su madre los viera unidos y no se llevara la desilusión del año.
Que Cecilia pensara que todo estaba bien, era culpa de Emiliana, quien para no sumarle problemas a la enfermedad que transitaba, le mentía como las mejores.
Diciéndole que todos los fines de semana, iban a la cancha con Martín, que todo seguía exactamente como la última vez que los había visitado como hacía unos años.

— Hola, cariño— al entrar a su casa, Alicia la abrazó fuerte, sintiéndose aliviada de que su pareja llegara sana y salva a su hogar.
Comisario maullaba entre los pies de ambas, contento de ver a su madre humana.

— Hola, Alicia— respondió con una sonrisa, acariciando su espalda en señal de saludo, la pelirroja besó sus labios dulcemente, reviviéndole las mariposas de la panza, que habían estado muertas de tanto pensar en Martín, en Andrés y claro, en Ágata.
— Pensé que estarías trabajando— dijo mientras tomaba a Comisario en sus brazos para caminar hasta su habitación con las valijas a cuestas, renovando la ropa.
Alicia la siguió por la casa mientras hablaban.

— Claro, he estado toda la noche con el joven Aníbal. Hasta le he tomado cariño. Deberías estar celosa porque me aburría tanto sin ti en el trabajo ni en casa que he pasado más tiempo con él de lo debido— le dijo y Emiliana soltó una pequeña risa.

— ¿Habló?— fue lo único que quiso preguntar mientras acariciaba al felino que la había extrañado tanto como Alicia.

— Sueño con el Profesor de tantas veces que le pregunto. Pero vamos, que el chaval no quiere decir nada— respondió la inspectora y la argentina se relajó completamente olvidando el tema de Martín hasta que en su ropero mientras buscaba la ropa, se topó con una camiseta de Boca Juniors, el equipo favorito de ambos, ese que iban a ver todos los partidos de chicos y la sonrisa se le borró.
— Hablé con Tamayo y me ha dicho que la misión les fue de lo mejor en Alemania. Y lo mejor es que tendrás unos días libres para estar con nosotros que te hemos echado tanto de menos, cariño...— sonrió Alicia haciéndole upa a Comisario mientras veía cómo Emiliana al desarmar la valija, volvía a llenarla mientras internamente maldecía a Tamayo por cagarle la mentira de que tendría que volver a viajar para concretar la misión.

— ¿Q...Que vuelves a viajar?— preguntó algo desilusionada la pelirroja, ya que hacía un mes entero que no pasaban tiempo juntas, empezando la primera semana en la que la argentina se fue con Gandía por la discusión que tuvieron y las otras tres semanas, había estado en Alemania, y Alicia en las afueras de Madrid con Aníbal Cortés.

Emiliana no quiso ni mirarla, sabía que esa expresión de desilusión le haría dar marcha atrás en eso que tanto le había costado, en ir a encontrarse con la persona que más la odiaba en la faz de la tierra, su hermano.
Pero la pelirroja notó esa mirada triste de su pareja y supo que las cosas no estaban bien y que no viajaba por cuestiones laborales.

— ¿Ha ocurrido algo con tu madre?— preguntó preocupada, aferrándose a Comisario.

— No, viajo a Palermo— respondió distante, tirando dos remeras en su valija rápidamente, llena de nervios y cerrándola con apenas dos prendas para levantarse y salir rápidamente de la habitación.

𝓐𝐆𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐒𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora