07. Caer del cielo

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Soundtrack:

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Soundtrack:

— "Caen"— Kiddo Toto, Argentina, 2019.

Madrid, España, 2019.

— ¿Por qué no pudimo' trae' al Comisario, tía?— preguntaba el pequeño Juanito, quien estaba a caballito en los hombros de la amiga de su padre, paseando por pleno Madrid.
Aquellos paseos eran recurrentes, y distendían a la agente de todas las cosas malas. Ese día, la niñera del pequeño, no pudo ir a trabajar a lo de Gandía. Así que mientras el andaluz protegía al gobernador en otro día seguramente aburridísimo, sin cumplir su sueño de ser el héroe, Emiliana cuidaba de su hijo.
La vida de Gandía era un fracaso tras otro, diez años enamorado de la misma persona que jamás lo miraría con los mismos ojos que él la admiraba sintiendo que tenía el cielo bajo sus pies. Diez años enamorado de la misma lesbiana, siendo el amigo incondicional y ni siquiera una segunda opción.

El andaluz había conocido a Emiliana mucho tiempo atrás, incluso, antes de que Andrés llegase a la vida de los hermanos Berrote.

La época dorada en el CNI de la mujer, seguía invicta y él la admiraba desde antes también.
En el año 2005, cuando ambos tenían apenas veintidós años y la argentina se adentraba en el mundo de la corrupción y la mafia, le tomaba la mano al mundo del crimen.

No había un solo día en el que Gandía soñase con que Emiliana fuera la madre de Juanito pero se le borraban las expectativas al recordar el primer rechazo de miles en todos esos años. Al recordar el nombre de Ágata, quien había estado antes que Alicia en el corazón de la agente marcada a fuego
.
FLASHBACK
14 años antes.

— ¿Una mujer mandándome a mí?— gritaba Gandía en los pasillos de el edificio de inteligencia de Irak, sumándose a uno de los escuadrones más sucios del mundo, que estaba al mando de una mujer— Cuando vea una pistola se larga a llorar o la utiliza de mechero pa' prender la cocinita.

— No. Verá usted... La jefa es medio hombre— respondió queriendo defenderla el pakistaní que caminaba a su lado, pero sumergido también en ese sexismo asqueroso que manejaban en el contexto del año 2005. Donde las mujeres eran amas de casa y como mucho, llegaban a ser abogadas aunque nadie confiase en ellas. Siempre los hombres llevaban el campeonato ganado, y más aún en ese ambiente extremadamente patriarcal. Pero con la llegada de la argentina, que tenía la sangre más hirviendo que todos ellos, aquello había cambiado.

Emiliana Berrote era jefa de todos los hombres que trabajaban para ella, era la dueña del completo hacer de tal organización.
Gracias a las facultades que le habían otorgado sus superiores  al ver que lo que sus hombres resolvían en semanas y con una decena de muertos, Berrote lo resolvía en días y sin muertos.

— Emiliano Berrote, es una hembra con ganas de ser macho— rió el español que iba al lado de Gandía mientras abrían la puerta de la oficina de la jefa al oír disparos provenir desde ese lugar, el más alto de la torre— Hasta se acuesta con las mujeres. Jamás he visto tantas ganas de ser hombre— comentó mientras se encontraban con una escena sanguinaria con tres empresarios muertos. Pero Gandía no le prestó atención a aquello, sino al pedazo de mujer que se estaba limpiando las manos. Con tan solo una mirada, al joven andaluz se le subió la temperatura y se le anudó incontrolablemente la garganta, sintiendo una gran intimidación por la matriarca.

𝓐𝐆𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐒𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora