12. Estocolmo

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Madrid, España, 2019

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Madrid, España, 2019


Todo el oxígeno posible entró por las fosas nasales de Emiliana y cerró sus ojos por un momento mientras entraba al Banco de Madrid en el paralelismo más grande de su vida.

Entraba a atracarlo, a traicionar por primera vez a Alicia en un operativo, a no contarle cada detalle verídico de la operación y a no proteger al gobernador como lo había hecho en sus años volcados a la organización del golpe con Andrés y de vez en cuando, Martín, quien aportaba sus conocimientos matemáticos.
Pero ya nada era igual, ellos ya no estaban.

Ni Andrés, ni el perfecto plan que poco se asemejaba a la manera de sobrellevarlo de Sergio y Raquel, y Martín también estaba por ausentarse en esa locura. Porque cada minuto que pasaba, sus compañeros sentían cada vez más el peso de perderlo.

Rendirse jamás estaba en el vocabulario mental para sí de Emiliana Sierra.
En ese momento al hacer unos pocos pasos en esos borceguís negros ingresando al banco, sabiendo que estaría la persona de quien se había dedicado a huir por años y que su plan y el de Berlín estaba partido, sintió que estaba cerca de hacerlo.
De rendirse y dejar que Sergio se las arreglara y Ágata se las arreglaran por si solos y que el destino decidiera qué hacer con Martín.

El plan que tanto años y sacrificios les había llevado a Andrés de Fonollosa y a su musa inspiradora, estaba tan partido en pedazos como la lealtad adversa de Emiliana.
Otras personas estaban ejecutándolo, con otras normas. Con otro objetivo que era salvar absurdamente a Aníbal Cortés.

La agente Sierra sentía que todo su esfuerzo había sido en vano, que todo esa trascendencia al abandonar a quien más amaba y haberse volcado a ese sueño que compartía con Martín y Andrés había sido pisoteado por la banda de Sergio.

— Cariño, ¿Me oyes?— la voz dulce de Alicia la sacó de todos esos pensamientos llenos de negatividad y furia, ansiosos de venganza hacia esos payasos vestidos de rojo, que le atravesaban la mente.
Al caminar de la mano de Denver al interior del banco y estaba a punto de rendirse.

Todo el afuera considerado mundo, conocía a Alicia Sierra como la peor integrante de la policía española.
Hasta los Dalí le tenían terror.
Incluso Andrés sabía de la absoluta crueldad de la mujer de cabellos anaranjados, por lo que a su musa le encomendó la misión de adentrarse en su vida.

Emiliana llevó a cabo cada una de las órdenes de su amigo para la ejecución del plan, pero tanto se adentró en el papel y en el lugar tan cálido del corazón de la inspectora que abrigaba su manantial después de dejar a Ágata. Y le fue imposible querer salir y evocar nuevamente a la pura traición.

El afuera no importaba, lo que había entre Alicia y Emiliana era un mundo completo del amor más verdadero e integro que podía existir. 

La agente no respondió.
Dejó que su pareja siguiera hablando mientras veía un panorama general del Banco de Madrid, encontrándose con un grupo de rehenes, Mónica Gaztambide y Bogotá.

𝓐𝐆𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐒𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora