25. Judas Iscariote

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Soundtrack:

 "Crimen"Gustavo Cerati, Argentina, 2006.

 "Guerras" Residente, Puerto Rico, 2017.

Madrid, España, 2019

Las lágrimas de un rostro cargado con las pequeñas arrugas, dignas del pasaje de los años, recorrían la sequía de una piel con toda ausencia existente enraizada al desamor y a la pena.

La mañana anterior, abandonaba la rutina aparentemente eterna de efímeras despedidas que tan solo duraban apenas una semana.
Servirle a las fuerzas de seguridad significaba sacrificar no sólo de la vida, sino, en términos más agudos, todos los implicados del santo tiempo.

Buscar por qué de una infidelidad, de esa traición imperdonable, para Alicia sería detener todo el reloj bruscamente y aprisionar toda su felicidad confiada, dudando totalmente de todas las imágenes que atesoraba para revivir el día de su muerte, simbolizando el buen viaje por ese mundo terrenal.
Con una primicia como aquella, vivenció su tiempo paralizado, la inexistencia de un corazón.

Emiliana era mentira.

Absorbida por el delirio de un alma partida en dos, su mente se agobiaba sin saber qué era real de esa mujer.
Con ella, estaba dispuesta a compartir todos sus días pero una traidora de tal magnitud, no había sido capaz de compartir algo tan esencial, como qué era realmente.
Alicia consideraba a su vida tan grisácea que nadie más que Germán solía pretender con amor de cartón.
Y le era todo un acontecimiento que alguien tan maravillosamente bella e interesante, le quisiera robar el corazón.
Con estúpida ilusión, se lo brindó abierto entre las manos e incluso mutó su bondadoso ser para convertirse de una forma tan despiadada que ascendió de concretar tareas pasivas en una comisaría, a torturar hasta la locura a delincuentes a quienes consideraba una plaga digna del exterminio fusilador.

Si bien solía empatizar con todo el mundo, prefirió vivir al modo de su pareja y caminar a la par suya, siendo el mundo mismo y aplastando a quienes se oponían contra ellas.

Todo había sido una vil y cruel trama.
Ese era el pensamiento que rondaba en su mente mientras lloraba entre las carpetas de su trabajo. Incapaz de poder siquiera caminar, con tanta pena dentro.

Sus lágrimas cayeron sobre la imagen del expediente solicitado esa misma mañana.
Andrés de Fonollosa había sido nombrado tanto por Martín como por Emiliana e investigarlo le dejaba en claro el prontuario del criminal.
Lo consideraba parte de un pasado, relacionado con una persona tan importante para ella como Tatiana pero ese entierro estaba más que concreto.

El atraco al Campo Eliseos en Francia. Joyerías, casas de subastas y furgones eran las principales víctimas del saqueo ambicioso de un delincuente guantes blancos con agudos delirios de grandeza.
Con una superioridad marcada ante sus compañeros de la banda y una absoluta falta de empatía, la descripción tipeada en ese informe policial, se hacía carne en la persona de Emiliana.

Su enemigo, era el espejismo trastornado y personal de quien consideraba el amor de su vida.
La conocía tanto que sabía que toda su lealtad estaría abocada a alguien como ella, por eso mismo se encargó de convertirse en ese despojo de mujer, pero ese tal Berlín, le ganaba.

El rostro de Andrés de Fonollosa, no solo la transportó al pasado lejano, sino que confirmó toda duda. Todo temor.

¿Por qué una exitosa mujer con alto rango en el ejército español dejaría todo para descender de puesto, de violencia y discreción para unirse al Centro Nacional de Inteligencia? Reflexionaba Alicia, entre sollozos, todo lo que alguna vez vivió como naturalmente el amor de Dios bajado de los cielos.

𝓐𝐆𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐒𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora