Episodio 11

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Dos meses y un día en este pueblo.

El tiempo pasa muy rápido, el trabajo me mantiene ocupada y extraño a la familia imperial pero no me siento tan sola con la compañía de la pequeña gatita.

En este momento como era ya medio dia aderese unos pescados con limón y ajo antes de dejarlos al rededor del fuego, en el centro de la fogata había un caldero de fierro hirviendo, en su interior tenía arroz, papas picadas e una que otra verdura dándole más sabor.

Cuando estuvieron listas prepare una ensalada para mi, tomé una de brochetas con pescado y salí de mi cabaña en dirección a la gatita.

Kagome: esto es tuyo.- Lo deje enfrente de ella.

Kagome: eres identica a una gata que aparece en mis sueños junto a una mujer que cargaba un bumerán gigante en su espada

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Kagome: eres identica a una gata que aparece en mis sueños junto a una mujer que cargaba un bumerán gigante en su espada.- Le acaricié el lomo.- ella la llamaba, Kirara.- Movió sus orejas y me miró, sintiendome consternada volví a pronunciar el nombre-....kirara.- Se levantó soltando un mullido antes de acercase a mi.- con ésto confirmo que no son simples sueños.

Solte un resopido poniéndome de pie con la intensión de volver al interior pero escuche a Kirara gruñir y al voltear vi que miraba un punto fijo del bosque, tenía todo su pelaje encrespado.

Mire a esa dirección y en medio de los arbustos apareció el hijo menor del emperador, Kirara se puso en medio cubriendo su cuerpo de fuego transformándose en el gato que destrozo al monstruo de la vez pasada

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Mire a esa dirección y en medio de los arbustos apareció el hijo menor del emperador, Kirara se puso en medio cubriendo su cuerpo de fuego transformándose en el gato que destrozo al monstruo de la vez pasada.

Toya: ¡madre!.- Me miraba asustado y luego a la gata.

Kagome: no lo ataques.- Corrí hacia él, me rodille y me abrazo con mucha fuerza.

Toya: ¡porque te fuiste!.- Su cuerpo temblaba y mi hombro estaba humedeciendose.- ¡me sentía solo sin ti madre!.

Mi pecho se estremeció dándome unas inmensas ganas de llorar al oírle sollozar, me sentía culpable por haberme ido sin despedirme pero quise hacerlo o mi partida hubiese sido realmente difícil.

Kagome: lo siento....perdon.- Musite mientra le daba un abrazo constrictor, Kirara resfrego su cabeza en mis piernas consoladome y me separe acariciando las mejillas de Toya quitando rastros de sus lágrimas.- ¿sus hermanos?.- Limpie mi rostro y lo ayude a levantarse.

Toya: nadie sabe qué vine a buscarte.- Su estómago rugio hambriento.

Kagome: acompáñeme almorzar.- Tome su mano llevándolo a mi cabaña.

Toya observo el interior con mucha atención y tocó la mayoría de las hierbas que tenía colgadas incluyendo algunos jarrones pequeños que tenían medicina en polvo.

Kagome: no es igual la comida que sirven en el palacio pero espero que sea de su agrado.- Se sentó a mi lado y le serví un plato abundante de comida.

Tomo unos palillos y comenzó a comer tranquilamente como lo hacía su padre, tome mi plato y comí a su ritmo, varios minutos después me nombró, note su rostro sonrojado manteniendo su cabeza gacha.

Toya: ¿puedo..repetir?.- Sonreí y le di otra porción.

Para que tuviera tan hambriento debió saltarse muchas comidas en el viaje, no pareciera tener experiencia en este tipo de entorno así que dudo que supiera cazar.

Kagome: su padre...como esta..

Toya: no lo se..no sale de su oficina, mi hermano Syusuke dijo que lo dejara solo por ahora y Erina me explicó que él esta muy triste porque no estás.

Kagome: no volveré joven maestro.

Toya: pero madre..- Dijo angustiado.

Kagome: debe entender que algunos adultos no tienen la misma forma de pensar, eso los irrita y tienden a distanciarse un tiempo para encontrar soluciones a sus problemas.- Acaricié su mejilla.- por eso no puedo volver.

Toya: ¿cuando lo encuentres volverás?.

Kagome: no puedo asegurarselo pero habrán ocasiones que iré a visitarlos si su padre lo permite.

Dejó el plato vacío frente de él y se acercó más a mi para abrazarme dejando su cabeza en mi pecho.

Toya: los adultos son crueles..

Kagome: no todos..a veces son las mejores decisiones para no seguir lastimandonos.

Toya: ¿estás lastimada madre?.- Levantó su mirada.

Kagome: será mejor que duerma un poco, su viaje debió ser muy agotador.- Le sonreí para luego guiarlo a mí cama acostandolo.- esta seguro aquí.- Bese su frente antes de recostarme a su lado y apretó mi ropa con sus manos impidiendo que me aleje e espere a que se durmiera, me solte de su agarre para levantarme, lavé lo que ensuciamos y salí de la cabaña.- Kirara quiero que lo protejas, iré al pueblo, si algo pasa llévalo contigo y búscame no importa que te vean los humanos.

Maullo y se acostó a un lado de Toya, tome una canasta con varias hierbas y medicina antes de irme.

En el pueblo note a una persona nueva en una tienda de dangos, quizás sea un viajero.

Comence con mis rondas anuales, solo había pocos casos de sarpullidos, algunas por el sol otras por alergia y raspones de los niños por jugar, sin embargo, habían algunos que ya estaban atendidos, el trabajo realizado era bueno.

En mi recorrido fui difamando mi próximo viaje lejos del pueblo, algunos me comentaron que esa mañana había llegado un forastero diciendo que era médico y atendido algunos niños que por lo visto hacía buen trabajo.

Al terminar mi última ronda volví a mi cabaña y Toya aún seguía dormido.

solo espero que al volver al palacio no me encuentre con el emperador, cada vez que pienso en él y en lo que pasó me duele el pecho

Kagome: eres un gran rastreador pero tu padre debe estar muy preocupado por ti.- Musite mientras lo veía dormir.- tienes que volver a casa.- Acaricié su mejilla apartando algunos cabellos rebeldes.- eres un niño travieso muy valiente.

Asalto (Sesshome).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora