17.

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Llegó el día siguiente y Silver no dijo ni una palabra de lo que ha pasado ayer. Le estoy agradecida. Nos encontrábamos en frente del pueblo cuando la luna comenzaba a salir. Ya me había despedido de mi padre y de todo el pueblo, cuando nos disponemos a ir a buscar a los dragones.

Ya en la falda de la montaña, Adrien mira hacia todos los lados.

-¿Dónde están los dragones? - Pregunta, lo llamo y señalo hacia arriba. El hechicero levanta la vista con la boca abierta.

-Alto ¿verdad? - Dice Akihiko poniéndose a su altura-. Yo también lo pienso.

-¿Y cómo los llamáis?

Sonrío volviendo a mirar hacia arriba. Silver y yo nos llevamos los dedos a la boca casi al mismo tiempo. Dos silbidos completamente distintos rasgan el aire hasta desaparecer entre las nubes. No ocurre nada por unos momentos y Adrien me mira.

Antes de que pueda decir algo, un rugido nos envuelve de pies a cabeza y reconozco la silueta de dos dragones descender de la enorme montaña. Ambos se posan al lado de sus dueños. Adrien mira confundido a Akihiko cuando tanto Silver como yo nos montamos en los dragones.

-¿Y tu dragón?

-Yo no tengo dragón - Explica con la cabeza gacha, visiblemente avergonzado.

-Y no lo necesita para nada - Silver habla por encima de los dos haciendo que todos lo miremos. Se inclina hacia adelante apoyado en los codos-. No necesitas tener un dragón para ser un gran guerrero. ¿De verdad nos consideras tan dependientes?

Pregunta con una sonrisa burlona.

-¿De verdad me consideras un gran guerrero? - Pregunta por su parte Akihiko dándose la vuelta. Sus ojos brillan.

-¿Yo he dicho eso? - Continua Silver confuso.

-Sí, acabas de decirlo - Contesto por parte de los presentes guiñándole un ojo. El chico se incorpora de golpe.

-No es cierto.

-Sí que lo es - Se divierte Adrien, que se gana una mirada furiosa de Silver.

-Tú no te metas, brujo de pacotilla.

-Que yo vaya sin dragón es lo mejor, llamamos menos la atención y además a Silvia le parece más cómodo que repartamos nuestro peso en su espalda - Akihiko camina hacia el dragón, se monta y desliza sus manos alrededor de la cintura de Silver-. Así que esta es la mejor manera de que la misión se realice con éxito.

Silver no había apartado la mirada de Akihiko en su monólogo, miró sus manos apoyadas en su cintura.

Luego miró hacia nosotros, de nuevo a Akihiko y por último nos dirigió una enorme sonrisa.

-Lo que ha dicho - Se acomodó-. El chico parece que está aprendiendo rápido del mejor.

-El mejor no sería la princesa - Se burla Adrien acercándose a Dyul.

-Cierra la boca.

-Silver es igual de fuerte que la princesa, muchos lo consideran nuestro príncipe.

-¡Esa si que es buena! - Se ríe Adrien-. Con lo que estáis prometidos.

-¡NO! - Gritamos los tres a la vez. Akihiko se aclara la garganta-. Siempre están juntos y resuelven los problemas como nuestros soberanos.

-Lo que he dicho.

-No-es-un-ma-tri-mo-nio - Dice despacio Silver antes de hacerse hacia atrás y susurrarle algo a Akihiko al oído. El chico asiente y Silver vuelve a incorporarse.

-Vaaaale - Adrien posa una mano sobre Dyul y este gruñe haciendo que el hechicero de un salto hacia atrás. Acaricio la cabeza de mi dragón.

-Tranquilo Dyul, está conmigo.

-Dyul identifica al mal ganado - Se rie Silver mientras Silvia también frunce el ceño al mirar al hechicero. Le lanzo una mirada matadora para que no diga nada más y el chico se queda callado, pero admirando junto con Akihiko el gracioso momento.

-No te preocupes - Movió la mano frente los ojos del dragón.

Frunzo el ceño y me bajo de mi dragón colocándome frente a Adrien. Lo agarro del cuello de la camisa con una mano y lo acerco a mi rostro.

-Ni se te ocurra hacerle ni un sólo truco de esos a mi dragón o te juro que te descuartizo con mis propios dientes.

Veo la duda en sus ojos, primero piensa en mofarse pero al ver la determinación en mis ojos se lo piensa dos veces y se pone serio.

Asiente una vez.

-Bien - Lo suelto de golpe y vuelvo a subirme a Dyul.

-Dyul, debemos irnos. Deja que suba - Mi voz se ha vuelto áspera y mi dragón decide obedecer sin rechistar. Cuando Adrien se monta detrás de mí despegamos directos al mar negro.

Con un plan no muy concreto y del cual lo único que se es que Adrien nos ayudará a respirar bajo el agua

Con un plan no muy concreto y del cual lo único que se es que Adrien nos ayudará a respirar bajo el agua

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