El cielo está nublado y no veo ni el más mínimo rayo de luna mientras volamos en dirección al mar negro. Mantenemos un profundo silencio y lo único que oigo es el batir de las alas de los dragones.
Adrien no parece soportar el silencio y cuando llevamos un rato sin articular palabra, piensa que abrir la boca ayudará.
-¿Habéis visto alguna vez una sirena? - Pregunta mirando a Silver y Akihiko. El último vira la vista hacia él.
-He oído hablar de ellas, pero jamás he visto una. Dicen que sus cánticos vuelven loco a cualquier hombre.
-Estás en lo cierto.
Ni Silver ni yo hablamos y mantenemos la vista al frente.
-Es decir, conoces lo de sus voces - Continúa Akihiko, Adrien asiente-. Entonces ¿tienes alguna poción que la anule?
El hechicero se mantiene en silencio durante unos instantes.
Quizás demasiado largos.
-¿No tienes nada para evitar sus voces? - Repito la pregunta sin dejar de mirar al frente.
-Esto...
-Es increíble - Se queja Silver-. Las sirenas son mortales sobre todo por sus voces ¿y me estás diciendo que no tienes ninguna manera de anularlas?
-Mi intención era evitar a las sirenas y sacar la perla de su lugar... - Comienza Adrien con un hilo de voz.
-Pero hay que tener un plan B - Intento explicar con calma-. Si sale mal, debemos encontrar una manera de evitar que las sirenas os vuelvan locos.
-Puedes matarlas tú ¿no princesa? - Pregunta Akihiko. Yo me muerdo el labio.
-Sí, esa es una opción. Pero suelen ir en grupos muy grandes, no puedo garantizar matarlas a todas antes de que maten a alguno de vosotros.
-Confiamos en tí, princesa - Akihiko sonríe.
-Deja de meterle presión, Kumi tiene las cosas claras - Inquiere Silver y mira a Adrien-. Al contrario que otros.
-Ya os daré la solución para respirar bajo el agua ¿queréis más?
-No morir ¿te parece buena opción?
La discusión se acaba ahí, la lluvia comienza a caer hablándonos la vista y no tenemos más remedio que aterrizar. La arena desaparece y se abren paso rocas llenas de musgo. Silvia envuelve a sus dos jinetes bajo sus alas y Dyul hace los mismo con nosotros.
-Nos quedaremos así hasta que acabe la lluvia - Le explico a Adrien mientras froto mis brazos congelada.
-¿Tienes frío? - Pregunta. Lo miro y veo como su pelo está completamente empapado y varias gotas de lluvia gotean de su flequillo. Niego con la cabeza.
-Se me pasará
-No creo que ese atuendo sea muy bueno para los días de lluvia - Comenta con una media sonrisa.
-Todos vamos así.
-Pero eres la princesa.
-¿Y? Que sea la futura soberana no significa que deba tener ventajas, significa que debo proteger a todos.
Adrien se queda en silencio y no objeta nada.
-Pero eres humana... - Dice con un hilo de voz-. Te puedes resfriar
Se quita la chaqueta lila que cubre sus hombros y la sacude varias veces en el aire. Posa una mano sobre la tela y comienza a salir humo de ella lentamente. Me mira y sonríe acercándose a mí.
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Fantasía de pesadilla
Fantasy4 reinos, 9 razas, todas separadas por un inmenso desierto. Una extraña magia se cierne sobre ellos amenazando con estallar la guerra y acabar con la poca paz que aún queda. A Kumi le va a tocar vivir esta gran amenaza de primera mano ¿tomará la sol...