39.

7 2 0
                                    

El viaje resulta ser de lo más tranquilo, Lionel creo que se ha quedado dormido abrazado a mí y yo trato de aminorar la marcha para no despertarlo. Noto su respiración calmada sobre mi piel y eso me reconforta mucho más de lo que imaginé.

Debo pensar en algo que decirle a la reina de las sirenas, algo que pueda explicar el por que me llevé su perla. Pero debe ser algo rápido, lo suficiente como para que no tengan tiempo de llevarme al agua y ahogarnos.

Suspiro pesadamente, al final habría sido mejor traerme a Silver, habríamos estado hablando e inventando estrategias para cuando llegáramos al mar del Norte. Sin embargo ahora todo es silencio.

Si pretendemos enfrentarnos a los brujos, debemos tener un ejército más grande que nunca, debemos unirnos con todas las razas que puedan luchar. Pero la única que tiene magia a parte de ellos son las sirenas y no se pueden desplazar por tierra.

Quizás si lleváramos a todos ellos al mar... podríamos tener una posibilidad. Pero ellos no son los que nos persiguen a nosotros, no nos seguirán hasta ninguna trampa. Lo único que harán cuando lleguemos será defenderse y punto.

Quizás la reina tenga alguna idea y si unimos pensamientos podamos sacar algún plan para ganar esta guerra. Por que si no lo hacemos...

Un enorme escalofrío recorre mi cuerpo y el sabor amargo de decepcionar a Rosé y a mi padre se apoderan de mi. Me encuentro mareada de repente y toco varias veces el cuello de Silvia. La dragona comienza a descender.

-¿Qué pasa? ¿Ya hemos llegado? - Pregunta Lionel elevando su cabeza de mi espalda.

-No aún no, voy a descansar un poco... Perdón por despertarte.

-¿Se encuentra mal alteza?

-No estoy perfectamente, solo... estoy un poco cansada...

-Su tono de voz es pesado - Indica deslizando su mano por mi cuello hasta alcanzar mi frente y luego a mi mejilla. -. Está sudando.

Me muerdo el labio y mi malestar cada vez es más notorio. Eso no es sudor Lionel...

Miles de pensamientos cruzan mi mente mientras las lágrimas siguen mojando la mano del muchacho.

-Puede que tenga fiebre, aterrice lo antes posible por favor.

-Sí...

"A sus órdenes, princesa"

"Confíe en mí, ¿qué voy a hacerle?"

El sabor amargo aumenta y el pecho se me oprime. Mi respiración tiembla cuando casi estamos en el suelo. Lionel lleva su mano a mi pecho y siente como me cuesta respirar.

El chico hace un peligroso movimiento aun con la dragona en el aire y se sienta en mis piernas frente a mí con las suyas enredadas en mi cintura. Lionel abre los ojos de par en par al verme en aquel estado. Aparto mi mirada cubriendo mi boca y nariz con la mano tratando de tragarme las lágrimas.

"Eres preciosa"

"¿No hay hueco para el amor en tu vida?"

"Toma mi abrigo"

"Durmamos así para que no tengas frío"

"Te mereces ser feliz Kumi"

Un quejido se escapa de mis labios y el corazón vuelve a partirse en mil pedazos al recordar la escena en donde ese maldito malnacido nos había traicionado. Lionel está desconcertado y no sabe como actuar ante esta situación.

-Majestad...

-Estoy bien - Sorbo mi nariz y trato de tranquilizarme -. Estoy bien.

Parece que trato de convencerme a mí misma antes que al contrario. El chico suspira largamente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 30, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Fantasía de pesadilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora