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Salgo de la cueva tras poner a todos los centauros a descansar. Silver y yo vamos a ver a los dragones, organizaremos a los nuestros para el viaje. Nos acercamos al pie de la montaña y justo antes de que llevemos nuestros dedos a los labios...

-Princesa - Nos damos ambos la vuelta para ver a un chico. Su pelo negro se le pega al rostro y lleva aún un hacha a la espalda. Sus ojos celestes se posan en mí y luego en Silver. No dice nada más.

-¿Qué ocurre? - Pregunto. El chico se sobresalta quitando su vista de encima a Silver y la dirige a mí de nuevo, recuperando el habla.

-He escuchado que iréis al bosque para ver lo ocurrido con los unicornios y los pegasos.

-Has oído bien - El chico asiente decidido y pone una rodilla en el suelo. El puño lo apoya sobre la grava mientras posa su vista a mis pies.

-Por favor, permítame acompañaros en esta empresa, quiero luchar por mi pueblo.

Silver se cruza de brazos con una mueca.

-Espera, ¿tú no eres el único hombre que no tiene dragón? - Veo como aprieta su puño, pero no levanta la vista ni contradice las palabras de mi amigo-. ¿Estás loco? ¿Cómo pretendes acompañarnos sin un dragón?

-No me hace falta, soy un gran luchador en tierra...

-Pero es justo eso lo que debemos evitar, desde el aire podemos luchar mejor y tendremos menos bajas. ¡Siempre ha sido así!

-Mi padre... dio su vida para proteger a esta tribu y a usted, princesa - Levanta la cabeza y veo como sus ojos desprenden decisión -. ¡Yo también quiero protegerlos a todos!

Me quedo en silencio y el chico vuelve a bajar la cabeza.

-Está delirando, Kumi. No puede venir sin un dragón. ¿Qué irá? ¿Andando hasta el bosque? ¡Está a kilómetros de aquí!

Yo me quedo en silencio analizando las palabras del chico.

-¿Cual es tu nombre?

-Akihiko, mi lady.

-Bien, Akihiko. Partirás con nosotros mañana al amanecer.

-¿¡Qué?! - Silver me mira como si me hubiera vuelto loca y Akihiko levanta la cabeza de golpe -. A no ser que sepas teletransportarte, chaval, no creo que puedas venir.

-Eso tiene arreglo, compartirás dragón con otro.

-¿Y quién será ese desafortunado? - Se ríe el chico cruzándose de brazos

-Pues tú.

-¿Qué? - Se encara a mí con una mueca -. ¿Por qué yo?

-Por hablar - Doy un paso hacia adelante y le ordeno a Akihiko que se levante tocando su cabeza. Cuando se pone de pie se lleva una mano al pecho.

-Juro que le protegeré con mi vida, princesa - Se gira hacia Silver -. Y a tí, mi lord

-No vuelvas a llamarme así - Gruñe.

-En el fondo le gusta, aunque no lo admita - Le susurro al oído y él asiente decidido.

Me vuelvo a girar hacia la enorme montaña y me llevo los dedos a los labios. Un silbido atraviesa el aire llamando a mi dragón.

-¿Y por qué no va contigo? - Pregunta Silver sin dejar de mirar a Akihiko.

-Por que a Dyul no permite que lo monte nadie más que yo.

-Menuda excusa más barata - Con un rugido, Dyul aparece entre las nubes, descendiendo en círculos hasta mi lado. Silver suspira antes de llevar sus dedos a los labios y silvar de igual manera. No tarda en descender una dragona de escamas rosadas con un aterrizaje impecable. Luego añade mirando a Akihiko -. Saluda a Silvia.
Presenta orgulloso a su dragona.

Fantasía de pesadilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora