(Varios días después)
Han pasado varios días desde que pasé la noche con Wyatt, más allá de besarnos y verle luciendo unos preciosos boxers negros, (ya que no se avergüenza de su cuerpo y no tiene porque) no paso nada del otro mundo, mejor para mí, no estoy preparada para nada mas allá de besarnos. Me quedo pensando en mi cama, es Diciembre, yo y Wyatt ya llevamos un mes saliendo, se acerca la navidad y con ello el hecho de que tendré que conocer al hijo e Rayna, no es que no tenga ganas, todo lo contrario, pero me da un poco de nervios y miedo, nunca he tenido un hermano, bueno hermanastro, dadas las circunstancias seguro que se vendrán aquí a vivir, nunca he tenido que compartir nada con ningún hermano o hermana, aunque siempre he querido tener un hermano mayor, aunque tenemos la misma edad, nadie es mayor que nadie, bueno el pero por unos meses.
Me levanto de la cama, meto mis pies en mis zapatillas, me froto los ojos, tengo tan pocas ganas de ir hoy al instituto, me agarro el pelo en un moño y voy al baño, me duelen muchísimo los ovarios, empiezo a pensar je me ha bajado la regla, llego al baño, me bajo las bragas para mear y confirmo que, si efectivamente me ha bajado, odio cuando me baja, me duele muchísimo la cabeza, los riñones y los ovarios, lo peor es que suelo ponerme de mal humor y muy muy sentimental, me quito las bragas, me pongo unas nuevas y con ellas una compresa y un tampón, ya que los primeros días hay tanta que no me fío, lavo las bragas que llevaba puestas porque las he manchado un poco, ayer creí que me iba a bajar pero se me olvido por completo ponerme la compresa, mientras las lavo y la mancha no se va, empiezo a pensar que tendré que tirarlas, no me rindo, sigo frotando ya que son mis favoritas y no quiero tener que es hacerme de ellas. Después de un rato frotando, La Mancha sigue ahí, no se ve tanto pero sigue ahí, desisto, me las llevo a la cocina y las deshecho en la basura.
Llego a mi habitación y me doy cuenta que no llevo pantalones, vuelvo al baño y cojo mis pantalones, miro los pantalones para asegurarme que no han sufrido la masacre sanguínea, por suerte no están manchados, vuelvo a mi cuarto y los dejo encima de la cama, la próxima vez no se me olvidara ponerme la compresa. Abro el armario y saco unos pantalones pitilleras negros y una sudadera ancha y una camiseta corta, también saco del cajón un sujetador, me lo pongo, seguidamente me pongo la camiseta corta y encima l sudadera, sienta tan bien, después me pongo los pantalones y los zapatos, después de atarme los cordones sentada en el suelo, me levanto, cojo el móvil y salgo de mi cuarto sigilosamente para no despertar a Rayna y a mi padre, que duermen plácidamente en el cuarto de mi padre, que se esta convirtiendo también en el de Rayna, ya que se queda mucho a dormir y me encanta es muy maja y espero que su hijo también, seria lo peor si fuera un plasta, un incordio, un gruñon o cosas por el estilo.
Abro uno de los armarios de la cocina y cojo una taza, mi favorita, tiene estampada a Bob Esponja y los personajes de la serie a su alrededor, la coloco encima de la encimera, abro la nevera, cojo la leche, lleno la taza hasta la mitad, vuelvo a guardar la leche, cojo el colacao, echo tres cucharadas en la taza, cierro el pote, lo dejo donde estaba, cojo la taza, una cuchara y mientras voy al salon con la taza en la mano remuevo su contenido con la cuchara para disolver el cacao con la leche, llego al salón, me siento en el sofá, cojo el mando, enciendo la televisión y mientras me bebo la leche, hago zapping pero no dan nada interesante al menos para mi, así que la apago y mientras acabo de beberme la leche ojeo el móvil
Voy al baño, cojo mi cepillo e dientes y mientras me lavo lo dientes, oigo una puerta abriéndose, intuyo que Rayna o mi padre se ha despertado, mi padre aparece entonces en el baño haciendo desaparecer mis dudas.
—Buenos días.— Me desea mi padre, pero nada mas alejado de la realidad.
—Para nada. Nada de buenos. Son horribles.— Le informo, con una expresión de tristeza en mi cara.
—¿Y eso porque?— Me pregunta mi padre, con preocupación en su rostro.
—Papá.— Le digo señalando mi barriga con las dos manos.
—¿Que? No lo pillo.— Me pregunta desconcertado.
—De verdad que no te enteras eh cariño. Que le ha bajado la regla.— Le informa riendo Rayna apareciendo tras el en el baño y apoyando una de sus manos en el hombro de mi padre.
—Exacto.— Le digo.
—Aaah. Bueno te dejamos acabar tranquila.— Dice mi padre y desaparecen en el salón cerrando la puerta del baño.Me lavo la cara, me peino el pelo y salgo del baño, voy a mi cuarto, me pongo el abrigo, cojo la chaqueta y voy al salón antes de irme a buscar a Leyda. Cuando llego al salón me encuentro a Rayna y mi padre de pie como si estuvieran esperándome para decirme algo.
—Acércate un momento Olivia.— Me dice mi padre cogiéndome del brazo y acercándome a ellos. Me asusto al instante mi padre rara vez me llama por mi nombre.
—Papá. ¿Que pasa?— Le pregunto preocupado.
—No nada. Tranquila. Es solo que... Bueno, que hemos estado pensándolo y s te parece bien Rayna se vendría a vivir con nosotros. Y su hijo también cuando venga claro.— Me informa mi madre.
—Para nada pretendo hacerte de madre
Olivia.— Le dice Rayna entonces.
—No. Tranquilos de verdad. Me encantaría que te vinieras a vivir con nosotros, enserio.— Les informo.
—¿De verdad?— Me pregunta mi padre sorprendido.
—De verdad.— Le digo riendo.
—Genial.— Dicen los dos al unísono.
—Bueno. Pues me voy ya.— Les digo.
—Adios.— Me dicen a la vez, me despido con la mano y salgo por la puerta.Cuando llego a la calle y alcanzo la esquina, un Wyatt por lo que puedo observar recién despertado, con la nariz sonrojada a causa del frío, unos pitillo azules, sudadera negra y botas negras también me sorprende.
—¿Que haces aquí?— Le pregunto con sorpresa.
—Te vengo a buscar.— Me sonríe a la vez que me coge de las dos manos.
—Eres. El mejor. Novio.— Le digo sonriendo.
—Y tu. Olivia. Eres. La mejor. Novia.— Al instante nos emepzamos a reir a carcajadas, Wyatt me suelta una mano pero seguimos cogidos de la otra, entrelazando las manos, me acerco a el y le beso.Llegamos a casa de Leyda y cuando sale y nos ve cogidos de la mano nos dice.
—Enserio. Sois suuuper monos. Pero muchisímo.— Sonríe. Mientras vamos de camino al instituto Leyda nos cuenta que la noche anterior sus padres tuvieron una fuerte pelea y su padre acabo durmiendo en el sofá.
—Siento que hayas tenido que estar ahí Leyda.— Le digo.
—No pasa nada. Espero que cuando vuelva esté todo arreglado.— Nos explica cuando llegamos al instituto, Leyda ve a Jannette y sale corriendo hacia ella. Wyatt me rodea por detras.
—¿Que te pasa? Estas como apagada.— Me dice.
—Tengo la regla y como podrás deducir es una mierda grande y gorda.— Le digo.
—Pues menuda mierda.— Me dice. —Bueno piensa que solo falta una semana y llegan las vacaciones de navidad.— Me relaja pensar eso aunque a la vez no porque me pone nerviosa el hecho de conocer a mi hermanastro.—Ya bueno. Pero tendré que conocer a mi hermanastro. ¿Y si es un capullo y le caigo fatal?— Le digo preocupada.
—Venga ya Olivia. No le vas a caer mal ni de coña eres la mejor.— Me tranquiliza y entramos a clase.
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P.D. Para siempre
RomantizmOlivia es una chica normal de 16 años que empieza a cursar el bachillerato con su mejor amiga Leyda. El primer día conoce a Wyatt, un chico del que se enamorará y con él, también todo lo que eso conlleva, problemas en la relación y muchas mentiras...