De camino de vuelta a casa con Wyatt, hablamos de nuestros cumpleaños, bueno algunos no todos.
—Me acuerdo una vez.— Empiezo a contarle.
—Bueno ahora me río pero en aquel momento lo pasé fatal. El caso es, que era mi cumpleaños, un cumpleaños pues normal, yo tendría unos cinco años creo, mi madre llevaba un año siendo alcholica y había empezado a drogarse, ella intentaba no hacerlo pero... lo acababa haciendo siempre, aquel día escuché a mi padre decirle que no tomase ni una gota de alcohol y menos se drogara, era obvio que lo iba a hacer de todas formas, pero al menos no apareció por casa para avergonzarnos.— Le explico.
—Bueno o eso creia yo. Cuando la fiesta estaba apunto de terminar mi querida madre apareció mas borracha que una cuba, tambaleandose y hablando super lento, se tropezo y se tragó el suelo, los pocos amigos que tenía se quedaron alucinando al igual que sus madres y padres, yo no pude evitarlo y empezé a reírme a carcajadas, mi padre la llevó a la habitación, mis amigos se fueron y sus padres les prohibieron volver a hablarme. Sí fue una mierda pero ya está superadisimo.— Le digo mientras el me mira preocupado a la vez que confuso.
—Tranqui. Esta bien enserio. Son anecdotas de las que he aprendido a reírme. Si siempre estuviesemos llorando por algo del pasado nunca seriamos felices ¿no crees?— Me mira y me dice.
—Totalmente. Toda la razón.— Levanta una mano en el aire con el dedo indice en el aire y riendo.
—Ahora que me acuerdo, yo también tengo una historia buenisima de uno de mis cumpleaños.— Continua.
—Veras. Esto fue en Enero de esre año claro. En ese momento la relación de mis padres estaba empezando a tambalearse por la cuerda floja. Lo mejor no fue eso. Lo mejor fue que mi padre, estaba tan centrado en su otra vida secreta que se le olvidó mi cumpleaños.— Se empieza a reír. Parecemos lunaticos riendonos de estas cosas.
—Mi madre me felicito. PERO. Mi padre no. Eso hizo cabrear mucho a mi madre y en vez de una fiesta de cumpleaños o un alucinante regalo tuve la pelea de mis padres. Aunque trajo los beneficios de la culpabilidad y con ellos el regalazo de una moto y poder empezar a sacarme el carnet y ahora donde me ves el mes que viene seguramente ya lo tenga, podré llevarte a todos los sitios que quieras sin necesidad de cansarnos andando.— Me dice.
—Bueno, me gusta andar contigo.— Le digo mirando al suelo mientras saco una sonrisa tímida.
—Si. A mi también.— Me coge de la mano.
—Ostia me acabo de acordar. Una vez en uno de mis cumpleaños. Era más pequeño que ahora seis o siete años, trajeron a un payaso a la fiesta creyendo que era buena idea. Ese día descubrí mi fobia a los payasos.— Me dice riendose a carcajadas.
—¿Te asustaste mucho?— Le pregunto intrigada.
—¿Que si me asusté? Me meé encima.— Empezamos a reirnos tan fuerte que una señora mayor a lo lejos nos pone mala cara.Llegamos a casa de Wyatt y se pone a recojer las cosas del picnic, deja la cesta encima de la mesa, va sacando los envoltorios y las demás cosas para guardarlas.
—Podrías tirar la manta a lavar ¿porfa?— Me pregunta ya que la manta ha tocado el césped del parque.
—Claro.— Le digo.Seguidamente cojo la manta y voy en busca de la habitación de la colada, de camino mientras la busco, abro una habitación pensando que es la de la colada pero en lugar de eso me encuentro con la que creo que es la habitación de su madre, prefiero no entrar, nada de lo que hay en esa habitación me incumbe, antes de volver a cerrar la puerta veo un precioso vestido como el que se puso Rayna el día que la conocí, la verdad no me extraña, ese vestido está en una tienda muy conocida, lo debe tener la mitad de la población, cierro la puerta y sigo buscando.
Cuando por fin encuentro la habitación de la colada entro, tiro la manta a lavar y me voy.
Entro a la habitación de Wyatt para dejar mi bolso, lo dejo colgado en la silla de escritorio de Wyatt, cuando me doy la vuelta y veo una preciosa foto de Wyatt cuando era pequeño, está cubierto de tarta, con sus característicos rizos morenos y una tierna sonrisa.Vuelvo al salón donde encuentro a Wyatt acabando de recojer las cosas.
—¿Quieres que veamos alguna peli, o serie?— Me pregunta apoyandose en la encimera.
—Si. Guay.— Le digo.《Guay? Enserio Olivia. Pareces tonta. Quien dice guay ahora.》 Pienso en mis adentros.Nos sentamos en el sofá y Wyatt pone Spider-man, me gustan estas pelis, no me encantan pero estan bien, a Wyatt le flipan, en su habitación tiene varios posters de Marvel, es tan fan que si te fijas bien en su brazo tiene tatuado encima del codo un pequeño Spider-man.
Tengo mucho sueño asique dejo a Wyatt mirando la peli y yo me voy a dormir, entro en su cuarto y me quito los zapatos, me meto en la cama y ojeo un rato el móvil, hasta que lo dejó y empizo a dormir. Al rato puedo sentir la presencia de Wyatt, que ha entrado en la habitación, se quita la ropa y seguidamente se mete en la cama y se acerca a mí para abrazarme, yo hundo mi cabeza en su pecho que huele a su colonia, me encanta, huele genial, él apoya su barbilla encima de mi cabeza, mientras me abraza acaricia mi pelo y eso hace que me entre el sueño mucho mas rápido.
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P.D. Para siempre
RomanceOlivia es una chica normal de 16 años que empieza a cursar el bachillerato con su mejor amiga Leyda. El primer día conoce a Wyatt, un chico del que se enamorará y con él, también todo lo que eso conlleva, problemas en la relación y muchas mentiras...