Capítulo 30

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Llega la hora del patio, Leyda y los demás se van y yo me quedo sentafa en mi sitio, saco las galletas que me he traído y las abro. Wyatt está en la otra punta de la clase. El profesor que ha venido no lo había tenido nunca solo le he visto un par de veces por los pasillos. Voy comiendo galleta por galleta pensando que estará haciendo la pandilla, vaya mierda, deben estar divirtiendose más que yo aquí. Sin darme cuenta empiezo a pensar en Gael, me da pavor el hecho de que nuestros padres puedan pillarnos porque eso solo significa dos cosas, o bien se lo toman fatal y nos separan o se lo toman genial y nos dan total libertad para estar juntos, pero prefiero no descubrir lo que pasaría, me aterra la idea de que nos separen, es raro pero siento una conexión extraña con él, me hace sentir muy agusto cuando estamos juntos, es difícil de explicar y un pelín raro.

—Ahora vengo.— Dice el profesor.

Mierda me va a dejar sola con este ser.

—¿Aguas mayores?— Pregunta Wyatt.
—Mayores.— Responde el profesor.

Vale. Que acaba de pasar. Como es que un profesor contesta a eso tan tranquilamente a un alumno al que apenas ha visto de paso, no lo había visto en mi vida.

Sigo a lo mío aún me quedan algunas galletas y mientras como me pierdo en mis pensamientos.

Cuando me quiero dar cuenta Wyatt se está acercando un poco, no le doy importancia, hasta que se sienta justo delante de mí.

—Que coño quieres.— Le digo.
—Alguien no tiene un buen día.— No le contesto, cojo otra galleta de la bolsa y me la llevo a la boca.
—¿Puedo?— Me dice señalando la bolsa de galletas.
—Ni en un millón de años.— Le digo. Sonríe. De que coño se ríe.
—Oye. Sé que acabamos mal. Pero...— Me dice y posa una de sus manos en mi brazo acariciandomelo, lo miro de reojo. —Sé que en realidad tu no querias romper conmigo, me deseas.—
—Deseo darte otra patada. ¿La quieres?—
—Preferiria otra cosa.—

Cargada de ira le escupo la galleta que estaba masticando en la cara y le aparto su mano de golpe de mi brazo.

—Ala ya tienes la galleta que querias. ¿Quieres otra?— Le digo. Se limpia la galleta de su cara.
—Mira puta de mierda. A mi no me vas a fastidiar lo entiendes.— Me dice cogiendome del brazo y a centimetros de mi cara.
—Wyatt quitame las manos de encima ahora mismo o te juro que...— Empiezo a decirle.
—Que, qué. ¿Me vas a dar una patada? Adelante lo estoy deseando.— El miedo me
paraliza. —Tienes miedo verdad. Pues claro. Vas de dura pero la verdad es que eres muy débil.—
—Que está pasando aquí.— Dice la voz del profesor desde la puerta lo cual me alivia muchisímo. Wyatt se aparta rápidamente de mí.
—Nada señor Gómez.— Le dice Wyatt poniendo cara de bueno.
—¿Nada? Porque a mi me parece que estaba usted agarrando muy bruscamente a la señorita Martinez y a ella no se la veia muy contenta. Usted se viene conmigo ahora mismo al despacho del director, ella no tendría que estar aquí castigada, te merecías la patada que te dio. Voy a llamar a tus padres y veremos que opinan ellos de esto. Olivia tu te puedes ir lo que queda de recreo.— Le sonrío, cojo mi mochila y me voy.

Lo que acaba de pasar es muy surrealista, sabía que Wyatt era un capullo pero no sabía hasta que punto no quiero ni imaginarme que hubiera pasado si el profesor no hubiese vuelto del baño tan rápido.

P.D. Para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora