Capítulo 14

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En lo que queda de trayecto pillo a Gael mirandome dos veces y esas dos veces yo le fulmino con la mirada un poco cabreada y él simplemente me pone una sonrisa maliciosa la cual ignoro.

Por fin llegamos a casa de Wyatt, cuando salimos del coche hace un frío horrible, asique cubro mi precioso vestido con mi chaqueta negra, caminamos hasta la casa de Wyatt.

—Con ese abrigo te das un aire a Cruella de vil.— Me dice Gael y empieza a reírse a carcajadas.

Entrecierro los ojos a la vez que le digo.
—Que te den.— Acelero el paso y cada vez escucho su risa mas floja.

Porfin llego a casa de Wyatt. Debido a que ido más rápido que los demás al acelerar el paso, les espero en la entrada y cuando ya están más cerca toco al timbre. Justo cuando se escucha un pitido para avisarme de que la puerta se puede abrir, llegan mi padre Rayna y Gael hasta donde estoy y entramos todos. Después de unos segundos silenciosos caminando hasta la puerta porfin llegamos, Wyatt está de pie esperando a que lleguemos, cuando llego a su altura le doy un pico y entro, seguidamente Rayna y mi padre le saludan y entran, luego al llegar Gael, Wyatt suelta.

—¿Y este quien es?— Dice Wyatt.
—Su hermanastro capullo.— Oigo murmurar a Gael, pero al parecer soy la única que lo escucha, por suerte porque si le llegan a escuchar quizá se hubiese armado una buena.

—Es mi hijo.— Dice Rayna.
—Ah.— Dice Wyatt.

Seguidamente Wyatt saluda a Gael, los dos con poquísimas ganas. Vamos al salón que es enorme y nos sentamos en el sofá ya que aun no es la hora de cenar, yo me siento al lado de Wyatt, a mi lado se sienta Gael, al lado de Gael hay otro sofá donde se sientan Rayna, mi padre y la madre de Wyatt. Mientras Rayna y mi padre hablan con la madre de Wyatt y Gael bueno observa la conversación Wyatt me rodea con un brazo y me acerca a él.

—Ojalá estuviesemos los dos solos ahora
mismo.— Me susurra Wyatt a la oreja. Le aparto un poco.
—Pero que coño te pasa hoy.— Murmura Wyatt.
—Nada, solo que no quiero que me babosees delante de nuestra familia.— Me paro a pensar lo que he dicho y sonrío mentalmente al darme cuenta que he llamado familia a Rayna y bueno a Gael también.

Gael se inclina hacia nosotros y susurra.

—Que pasa que sois ricos o algo asi.— Susurra descaradamente a Wyatt, pero no le replico en parte yo tambien lo he creído desde que me trajo aquí por primera vez hasta que me dijo que no eran ricos simplemente su madre sabía manejar el dinero.

—Y a ti que coño te importa imbécil.— Le suelta Wyatt.
—¿Enserio? Acaso eres gilipollas.— Le digo apartandolo de mi y poniendo los ojos en blanco.

Wyatt se da cuenta al instante de que lo ha dicho en voz alta, por la cara que pone me da la sensación de que lo ha pensado y las palabras han salido de su boca sin querer.

—Perdón Olivia. A ti no te voy a pedir disculpas que lo sepas.— Dice en dirección a Gael.
—Tampoco te las he pedido principito.— Le dice Gael con una sonrisa burlona.

Wyatt no le contesta, en vez de eso se levanta y coge un regalo del arból.

—Toma.— Me dice Wyatt sonriendo y alargando la mano con el regalo hacia mí, de repente noto todos los ojos fijos en mí y en el regalo.

Arranco el papel de regalo y me encuentro con una pequeña caja, cuando la abro veo un collar me ilusiono pero la ilusion desaparece rapidamente de mi cara cuando en el colgante plateado veo esculpido el nombre de Wyatt.

—Es una puta broma verdad.— Le digo dirigiendome a él poniendole cara de asco y sin importarme que todos me esten mirando. Gael se tapa la boca en un intento de reprimir su risa pero no lo consige y acto seguido murmura.
—Menudo capullo.— Solo yo le he escuchado y al parecer también Rayna ya que le ha echado una mirada asesina. Salgo del salón y subo las escaleras, me encierro en el primer baño que encuentro y empiezo a llorar.

—¡¿Pero que pasa?!— Oigo gritar a Wyatt.
—¡Acaso no te enteras, le has regalado un puto collar con tu nombre en vez el suyo por ejemplo como si fuera de tu puta propiedad!— Le grita Gael en mi defensa.

Escucho a alguien subir por las escaleras y rapidamente me seco los ojos pero no sirve de nada porque se me ha corrido el maquillaje descubriendo así que he llorado. Alguien pica a la puerta del baño, es la única que está cerrada asique es evidente que estoy aquí.

—Dejame en paz Wyatt.— Digo entre sollozos.
—No soy Wyatt.— Escucho a través de la puerta y puedo distingir perfectamente la voz de Gael.

Levanto medio cuerpo del suelo y le abro la puerta, él entra y la vuelve a cerrar tras él.

—Mira, apenas te conozco pero mi madre me ha contado que eres una chica de la ostia. Que no eres la típica chica sabes.— Se sienta a mi lado.

Me mira mientras yo sigo llorando con la cabeza escondida entre mis piernas, tengo las piernas agarradas con los brazos.

—Habria venido mi madre pero está abajo diciendole de todo a Wyatt.— Se ríe.
—En mi opinión es un gran capullo pero no voy a ser quien te diga que hacer ni mucho menos, apenas me conoces.— Me dice.

Sin pensarlo me giro hacia él y le doy un abrazo, esto claramente le pilla por sorpresa porque no me rodea hasta unos segundos más tarde.

Al rato de que Gael me haya consolado o al menos lo haya intentado salimos del baño, Wyatt está abajo esperandome y cuando bajamos me coge de el brazo y me dice.

—Podemos hablar un momento por favor.

Asiento con la cabeza y el me guía hasta el jardín, cierra la puerta y me ve helada asique me ofrece su chaqueta, me la coloca por encima de los hombros y aunque desearía poder rechazarla porque estoy cabreada no puedo porque tengo demasiado frío como para hacerlo.

—Mira. Lo siento vale no se porque pensé que sería una buena idea soy gilipollas y no debería haberlo hecho si quieres puedo ir a la tienda. Podemos ir los dos y escoges el que tu quieras. ¿Te parece?— Me pregunta.
—Me parece.— Le digo. Un colgante no es mucho lo mio, no es algo que me muera por tener pero puede que encuentre uno que me guste.
—He sido un gilipollas perdón.— Me dice.
—Y muy grande.— Le digo. Entonces el me besa y seguidamente me da un abrazo.

Entramos de vuelta al salón y abrimos unos cuantos regalos mas, despues cenamos el riquisímo bistec que ha hecho la madre de Wyatt y hacia las doce de la noche volvemos a casa.

P.D. Para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora