P.D. Para siempre

Capítulo 15

Gael

No se que puto problema tiene el novio de mierda de mi hermanastra. Y ni siquiera la conozco aún no deberia importarme pero me importa, es de muy capullo regalarle a tu novia un puto colgante con tu nombre, en que momento piensa uno que eso es una buena idea. No había visto a un gilipollas tan grande desde hace tiempo. A ella le ha molestado que flipas, se le notaba en la cara, bueno se le notaba a todos, quizas no soy el único que no traga a ese capullo.

Voy a la cocina, abro la nevera y observo cuales son mis opciones para un tentenpié. Un yogur, zumo, batido de chocolate... Decido coger un yogur y me voy a mi habitación, mientras me lo como sentado en mi cama, observo mi habitación completamente vacía y el montón de cajas al rededor, no voy a sacarlo y ordenarlo todo ahora ni de coña son las doce pasadas, pero cuando me acabo el yogur lo llevo a la cocina y dejo la cuchara en el fregadero, cuando vuelvo a mi habitación y veo a mi querida nueva familia y a mi madre sentados en el sofá.

—Gael cariño, ¿no quieres ver la peli con nosotros?— Me pregunta mi madre. Me paro en seco y me giro en dirección a ellos.
—No. Voy a sacar algunas cosas de las cajas. Pero gracias mamá.— Le contesto y seguidamente vuelvo a mi habitación.

Me pongo los cascos, enciendo el móvil, voy a Spotify, me meto en mis canciones y le doy al botoncito de aleatorio, entonces empieza a sonar False Confidence de Noah Kahan. Perfecta. Esta canción es perfecta para ordenar, es como si Spotify me leyese la mente y supiese lo que estoy pensando.

Antes de abrir las cajas que me ha ayudado a subir mi querido y atento padrastro, abro una de las maletas primero para sacar toda la ropa que tengo. Cuando he dejado mi casa esta mañana ha sido un poco raro ver toda mi habitación vacía, solo la cama y el escritorio llenaban la habitación. Antes de irme me he despedido de mi padre de mala gana y de mi mejor amigo Jorge que ha venido a casa para despedirse. Justo cuando yo me iba a coger el avión el camión con mis cajas se iba y cuando hemos llegado yo y mi padrastro el camión aún no había llegado pero ha tardado poco en llegar.

Voy dejando toda la ropa que saco encima de la cama, para cuando acabo hay una gran montaña y empiezo a meterla en el armario, los pantalones largos y cortos doblados encima de una estantería que hay dentro del armario, el resto, las camisetas, sudaderas chaquetas... colgadas en las perchas. Cuando al fin acabo meto las maletas vacías en el armario de al lado, al fondo, hay tres armarios, es genial, de momento solo he llenado uno con ropa, miro la hora y ya son la una y media, asique cojo mi cepillo de dientes y voy al lavabo, de camino al lavabo me doy cuenta de que ya se han ido todos a dormir, me parece raro que mi madre no haya venido a echarme la bronca por irme a dormir tarde aunque ellos tambien se han ido tarde asique no creo que le haya preocupado mucho.

Abro la puerta y me encuentro a mi hermanastra en pijama, con unos pantalones largos de ositos, una camiseta de tirantes, una sudadera negra con cremallera y capucha puesta encima y con dos trenzas, se está lavando los dientes justo lo que he venido a hacer yo y cuando abro la puerta y me ve reflejado en el espejo detras de ella, se sobresalta.

—Mierda Gael que susto.— Me dice con el ceño fruncido.
—Lo siento pensaba que estabais todos dormidos.— La informo. —¿Puedo?— Le pregunto.
—Pues claro.— Me dice.

Tomandole la palabra entro al baño y cierro la puerta tras de mí para no molestar a su padre ni a mi madre. Pongo pasta de dientes en el cepillo y empiezo a lavarme los dientes al igual que Olivia, al vernos a los dos en el espejo empezamos a reirnos, empezamos a hacer caras raras y nos reimos aun mas, tanto que temo que nuestros padres puedan escucharnos, acabo y escupo la pasta de dientes, acto seguido sorbo agua y mientras me enjuago la boca lavo el cepillo quitandole la pasta de dientes con el agua que cae del grifo, cuando acabo escupo el agua y me dirijo a la toalla, al parecer Olivia iba a enjuagarse la boca y chocamos al ir los dos en una dirección distinta, nos quedamos mirando unos segundos y tras la incomodidad me aparto para que ella pueda pasar, seco el cepillo de dientes y mi boca en la toalla y le digo.