Vivir cada día como si fuera el último.

158 16 1
                                    

-Bueno pues...a ver, como todos habéis visto, y sino lo habéis visto, sabed que he dejado sobre el ataúd el discurso que tenía escrito y una canción que le tenía preparada a mi padre a piano, que lamentablemente ya no podrá escuchar. El discurso, no lo voy a leer porque sinceramente, no tengo ganas de leer algo que escribí antes de que mi padre muriese-hize una pausa-así que como no voy a leer eso pues voy a hablar sobre el piano, como sabreis mi padre lo tocaba, y lo hacía genial, cuando yo tenía 6 años me empezó a enseñar, el piano está en mi casa, en el sótano, que está insonorizado. Ahí es donde pasaba más tiempo con mi padre, aunque no fuese tocando, charlábamos, jugábamos, o nos escondíamos de mi madre-derramé una lágrima que limpié con mi puño, todos me miraban espectantes-también en aquel piano es donde mi padre me decía que nunca podría tener novio, y que si tenía se lo haría pasar mal, desde que fuimos a Toledo yo sabía perfectamente que mi padre estaba al tanto de que yo estaba con Jesús, y la verdad que si os soy sincera me daba miedo lo que mi padre le pudiese hacer o decir, pero simplemente no dijo nada, estoy totalmente segura, de que mi padre, por su forma de ser, lo único que quería cuando me decía eso a los 10 años era proteger a su niña, porque yo era su niña, con la que aunque se peleaba la quería más que a nada. Este último año la verdad es que mi padre y yo nos habíamos distanciado más, aunque teníamos esos pequeños momentos de tocar el piano, la verdad que no voy a decir que me arrepiento, porque no lo hago, porque esos pequeños momentos eran los mejores, y espero que este donde este se acuerde de mí, porque yo lo haré, porque yo quería que me acompañase del brazo hasta el altar el día de mi boda, porque quería que estuviese con sus nietos, porque quería que les enseñase a tocar el piano como lo hizo conmigo, pero lamentablemente el mundo no es una fábrica de conceder deseos, y lamentablemente el mío no me lo ha concedido, solo os quiero decir que aprovechéis, esos pequeños momentos, los que parecen insignificantes, porque cuando miras atrás, al pasado, te das cuenta de que son los más importantes, son esos que por mucho que quieras no podrás volver a vivir nunca, esos por los que daría la vida.

***Narra Paula***

Todos empezaron a aplaudir, la mayoría de ellos estaban llorando. Incluida yo, todo lo que pasaba últimamente era malo. Y esto tenía que acabar...

Era de noche. Estabámos María, Jesús, Dani y yo en casa de María, los demás estaban en el tanatorio, María había querido ir, pero no le habíamos dejado. Todo esto era demasiado para ella por hoy, menos mal que Jesús estaba con ella. Dani estaba conmigo, estaba un poco distante, no podía seguir así. Tenía que solucionarlo antes de que volvieran a Mairena, así que...

-Ostia Dani...mira allí-exclamé.

Se giró y empecé a reírme, no era nada, claro, y él se dio cuenta. Se tiró encima mía y empezó a hacerme cosquillas, estallamos en risas. Cuando nos dimos cuenta de la posición en la que estábamos, nos sonrojamos, me perdí en sus ojos, tal y como lo hice la primera vez y...


¿Qué creéis que pasará ahora? Votad y comentad porfii, besitoss♡

Cada corazón tiene su propia melodía, y tú conoces la mía. (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora