Cada corazón tiene su propia melodía, y tú conoces la mía. (Gemeliers)

Bajo la lluvia.

-¡¡¡Parad!!! Por favor.- dije entre lágrimas mientras intentaba separarlos.

María lo obsevaba todo paralizada mientras Jesús intentaba ayudarme a separarlos.

Entonces dije...no dije nada ya que se escuchó un ruido enorme, el ruido provenía de fuera, era lo que más me temía, el ruido venía de una pistola, de haber disparado a alguien, tenía un mal presentimiento.

***Narra María***

Se estaban peleando, cuando se escuchó un disparo, instintivamente salí de la habitación y ví a los otros dos secuestradores, a cuatro policías, al padre de Paula y al de los gemelos. Mi padre estaba en frente de uno de los secuestradores, este con el arma que propició ese disparo entre sus manos, mi padre tenía las manos en su barriga, me miró, nos miramos, cayó al suelo. La sangre iba saliendo de su abdomen a gran velocidad, derramé una lágrima.

-¡¡¡PAPAAAA!!! -grité en el momento en el que cayó al suelo, lloraba, lloraba muchísimo,me acerqué y me senté a su lado, lo abracé -no, por favor, no te vayas te necesito conmigo, papá-dije entre susurros, todos nos miraban, lo policías cogieron a los secuestradores. Los demás estaban allí paralizados, Paula llorando en los brazos de su padre, en ese momento nada volvería a ser como antes, en ese momento daría mi vida por volver al pasado,en ese momento simplemente daría la vida por él. -"No llores estaré bien".-me susurró mientras se lo llevaban en la ambulancia, me quedé allí de rodillas sin asimilar todo lo ocurrido en este día, me levanté y me puse a pegarle puñetazos a la pared y gritando palabras sin sentido, alguien me cogió de la cintura.

-Sueltame joder, déjame-gritaba mientras lloraba.

-Tranquila, para, te vas a hacer daño.-y Jesús tenía razón, me iba a hacer daño. Tenía los nudillos sangrando, me dí la vuelta y me abracé a él.-shh no llores, todo va a salir bien.

***Narra Paula***

Me encontraba abrazada a mi padre, llorando. Lloraba por todo, por todo lo ocurrido en tan sólo dos días, y sabía que a partir de ahora nada iba a ser como antes.

Me separé de mi padre, miré a María llorando entre los brazos de Jesús, estaba destrozada. Miré a Dani, sólo, tirado en el suelo contra la pared, llorando. Se me rompió más el corazón, si es que era posible...Fui hacia él. Me senté a su lado y lo abracé, él me abrazó también.

-Dani...-susurré yo.

-¿Lo amas? ¿Era todo verdad?-me dijo Dani dolido.

-Yo...no. Dani, él me dijo que si me quedaba con él os dejaría marchar...-dije yo.

Él me abrazó, y no fue un simple abrazo, fue de esos que paran el tiempo, estes donde estés.

Empezó a llover.

-Dani yo...-empezé a decir.

-No, deja que hable.-me interrumpió.- Nadie me había hecho sentir como tú me hiciste sentir en tan sólo una semana, nadie me había hecho reír con la más mínima tontería, nadie había conseguido ganarse mi corazón, había ido entregando pequeños trozos de mi corazón a mi familia, mis amigos...pero mi corazón es tuyo desde la primera vez que te vi. Y con esto quiero decirte que te amo, que te amo y te amaré hasta que muera, y si hay una vida después de esta, te amaré también entonces.

Empezé a llorar, nunca nadie me había dicho algo tan bonito.

-Dani...-dije, no tenía palabras para decirle cuánto lo amaba.

-Sé que a lo mejor no sientes lo mismo pero...-dijo Dani.

-Anda calla tonto, y bésame ya.-dije sonriendo.

Acercó sus labios a los míos, y poco a poco nos fundimos en un beso. Fue el típico beso perfecto, la lluvia caía sobre nosotros y nos mojaba. Pero todo nos daba igual, sólo estabamos nosotros dos, el mundo ya no importaba. Hasta que...

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