Capítulo treinta y tres

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—Vamos a pintar frente a ustedes —mencionó el castaño frente a la cámara.

Emilio lo miraba desde lejos y sonreía inconscientemente, en verdad estaba muy enamorado de ese castaño.
No sabía cómo en algún momento de su vida llegó a odiarlo.

—¿Como vas? —le preguntó al sentarse a su lado.

—Maso —respondió sin mirarlo—. Podría ir peor —defendió.

Joaquín se mantenía recostado sobre la mesa sin soltar aquel plumón negro de su mano.

—A mi me gusta —dijo al inclinarse a ver lo que estaba pintando el menor—. Todo* —susurró por lo bajo provocando que las mejillas de Joaquín se volvieran rosadas.

Joaquín giró a verlo para ocultar aquel rubor ante los presentes de aquel en vivo y se puso de pie al no lograr bajar aquel rosado color de sus mejillas.

Emilio leyó uno de los tantos comentarios en su mente y sonrió por dentro.

—Todos preguntando si Mailo tiene novia —dijo el mayor al bajar su mirada y hacer una mueca fuera del enfoque—. No —respondió—, novia no tengo —terminó con todos aquellos rumores.

A Emilio siempre le molestaban esos rumores donde aseguraban que tenía una novia escondida por debajo su manga.

—Ustedes generan mal la pregunta —dijo fuera del enfoque el menor al escuchar aquello.

Emilio levantó la vista de lo que hacía y sonrió hacia la cámara antes de encogerse de hombros y volver a pintar.

Joaquín regreso y se sentó aún lado del rizado y le sonrió tiernamente.

—Te extrañe —dijo el mayor.

—Ay —dijo al mirarlo.

Emilio se acercó al castaño y al tomarlo por las mejillas, beso castamente su cabeza. Lo soltó y siguió dibujando con sus plumones.

El castaño leía los comentarios en su mente.

—Confirma tu relación con Vale —leyó el castaño en voz alta—, confirmó —dijo hacia la cámara con burla.

Emilio lo miró de reojo y sonrió forzadamente.

—Amamos el cover —leyó el castaño—. ¿Neta? Nos encanta leer eso, nos tomó mucho escoger una canción y...

—Gracias a ustedes por ayudarnos a elegirla —mintió al levantar su cabeza y mirar hacia la cámara.

El castaño asintió.
Emilio volvía a leer aquellos comentarios en su mente.

—A todos...no Natalia —negó el mayor al leer aquel comentario en su mente—, Jovale no es real.

El rizado río nerviosamente al decir aquello y sin pensarlo su mano se había posicionado encima de la rodilla del menor por debajo del enfoque.

—No Naty, Jovale no es real...era una pequeña broma —agregó el castaño.

Ambos rieron.

—Era una pequeña broma —se burló el rizado—, Maico es real —dijo antes de que de sus labios se escapara una pequeña sonrisa traviesa.

Ambos chicos chocaron sus cabezas con delicadeza y sonrieron cómplices.

—Vale es como mi segunda hermanita —mencionó.

El rizado asintió.

—Es la primera vez que me shippean con una chica —informó el castaño al recordarlo.

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