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Capítulo veintitrés

Diciembre 15, 2017.
Centro de relajación social:
"HEMISFERIOS, MÉXICO"

—¿Como es que logras meter un celular, una cámara y un trípode? —Preguntó el chico.

—Mi hermana es amiga de la directora —respondió con obviedad, como si el castaño lo supiera.

—Vale —la llamó—, no te lo tomes a mal, pero no creo que este dé ánimos para grabar un video.

—Anda ángel —pidió.

La chica había comenzado a llamarle así desde la noche anterior, cuando lo vio dormir y se imaginó que los ángeles así dormían.

—Será rapidín —dijo.

Valeria intentaba acomodar la pequeña cámara en el trípode, mientras Joaquín recordaba el como su rizado hacia lo mismo.

—Puta madre —se quejó.

Joaquín se rio al verlo.

Emilio llevaba más de cinco minutos intentado acomodar la cámara, misma que se caía y caía, mientras Joaquín que estaba sentado en la cama jugaba con un cubo de rubik.

—No te rías moco —se quejó con burla—, esta chingadera no se queda quieta.

—Deberíamos comprarnos un trípode —sugirió—, cada que vamos a grabar un video siempre es lo mismo.

—Ni madres —dijo—, esa cosa cuesta un buen. Si nos compramos una, nos cortan la luz por falta de pago.

El castaño asintió en confirmación y siguió jugando con su cubo, él sabía que eso iba para largo.

Cuando el rizado logró su cometido después de más de cinco minutos, se acercó al castaño y besó castamente sus labios para luego ponerse aún lado de él e iniciar con el vídeo.

—Okay —dijo—, cuenta del uno al tres y grabas.

Keil asintió detrás de la cámara.

—Uno...dos..tres —contó y pulsó en grabar.

—Recuerdo aquel día como si fuera hoy —comenzó la chica —, no hay nada como ella, ni siquiera me encontró.

—Recuerdo todavía la vez que lo besé —siguió el castaño—, fue mi primer amor y ahora escribo su canción.

—Hay algo más inexplicable como su mirada —cantaron ambos—, Inigualable como la manera en que me cela. Y trata de disimular que no está mal.

Vale tomó la mano de Joaquín por debajo del enfoque, pues lograba notar el nerviosismo de su compañero.

—Voy a cuidarte por la noches —Vale sonrió al ver a los ojos al castaño—, Voy amarte sin reproches.

—Te voy a extrañar en la tempestad —canto Joaquín—. Y aunque existan mil razones para renunciar.

—No hay nadie más, no hay nadie más —siguieron ambos al unísono.

—Hola bebés, soy Vale Garzón y bienvenidos a un nuevo video —saludó—. Acá el video del año —se burló de sí misma—, como pudieron ver en sus pantallitas por primera vez, no estoy sola.

Vale sonrió al mirar a su acompañante.

—Hola, soy Joaquín —saludó hacia la cámara y moviendo su manita que salía de la manga de su suéter.

La chica sonrió tiernamente y dijo—: ángel y yo les grabamos este video con mucho amor. Espero que les haya gustado y si es así denle mucho amor.