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Capítulo seis

— Joaco, bienvenido a Miami —saludo emocionado el rubio antes de abrazarlo cuando vio a mí novio afuera de su departamento.

— Gracias Niko —agradeció.

Okay, ¿Podrías soltar ya a mi novio?

— No puedo creer que por fin te veo —dijo.

Joaquín rompió el abrazó con el rubio y lo miro con una sonrisa.

— Pasen —dijo, se quitó de la puerta y ambos pasamos.

— ¿Y Elaine? —Pregunto el castaño.

— Está en el baño, ahorita viene —dijo—. ¿Quieren tomar algo?

Puso su mirada en el castaño.

— No, así estoy bien —miro alrededor del departamento—. Muchas gracias.

— Yo si quiero —mencione estirando mis brazos nervioso cuando me senté en su sofá.

El rubio me miró sorprendido, como haber olvidado que yo estaba ahí y dijo—: oh claro, ¿que quieres?

— ¿Que tienes?

— Agua, café, coca~cola —enlisto.

— Un café está bien —dije.

El rubio asintió y desapareció rumbo a la cocina.

— ¿Hace cuanto no ves al chico? —Le pregunté a mi novio, quién se le quedó viendo a una pared con fotos de su amigo.

— Desde que fue su cumpleaños, cuando discutimos en el cumpleaños de tu hermana —contó.

— Oh, ¿Era el —señale hacia donde se había ido—, el chico de la fiesta a la que fuiste cuando discutimos? —El castaño asintió volteando a verme.

Antes de que el castaño pudiera responderme una chica de cabellos rojizos apareció y corrió emocionada hacia mi novio y lo abrazó igual que el chico anterior.

— ¡Poliamoroso! —Le grito cuando lo vio.

Miré confundido el como había llamado a mi novio, ¿poliamoroso? Mi novio no es ningún poliamoroso.
Jamás lo aceptaría, el castaño se ponía celoso cuando las cajeras de McDonald's me sonreían, aún sabiendo que no estaban en mi zona.

— Hey, hola —saludo nervioso el castaño volteando a verme—. ¿Cómo has estado, Elaine? —Le pregunto cuando se separaron.

— Excelente ahora que te vi, poli —le dijo—. Niko y yo te...

Carraspeo mi garganta esperando que la chica se de cuenta que yo estaba presente y se alejará de mi novio.
No era como que me pusiera celoso, porque obviamente no pasaba, ella era una chica y estaba lejos de los gustos de mi novio, pero eso no quitaba que me pusiera incómodo la manera en la que tomaba la pequeña cintura de mi novio.

La pelirroja me miró extrañada y me sonrió.

— ¿Tu eres...? —Me preguntó y por fin se separó de mi novio.

— Emilio —dije—. El novio de Joaco —aclaré.

— Aquí está tu café, Emiliano —llego el rubio y puso mi café en la mesa.

— Es Emilio —corregí.

— Como sea —dijo el sin más—. Me da gusto ver a mi relación poliamorosa, por fin junta —hablo el rubio al ver a mi novio y a su novia juntos.

Lo mire extrañado, busque la mirada de Joaquín que solo se encogió de hombros cuando me miro.

—Bueno —la pelirroja dio un aplauso—. Menos bla, bla y mas acción, ¿no?