62.

105K 9.8K 6K
                                    

Maratón 3/4

¡No se olviden de votar y comentar!

CAPÍTULO SESENTA Y DOS

Demian

Los días van pasando sin muchos altibajos, pero la tensión en la casa es evidente. Vik y yo pasamos bastante tiempo juntos, tratando de resolver qué hacer con papá, pero no encontramos muchas cosas, más que intentar hablar con él, pero no lo logramos.

El hombré está cada vez más callado y consumido, sin dejar que nadie lo ayude.

Todos los días discuto con él, entro a su habitación y lo fuerzo a salir de la cama, pero la situación me está superando y los únicos momentos de paz que encuentro son cuando logro hablar con Lianna y su voz ligeramente ronca me alegra las tardes.

También he logrado hablar con Andrei, Nik e incluso Gemma me ha escrito. Lo cierto es que tener el apoyo de la rubia me resulta agradable y saber que, luego de su relación fallida con Iván y Dante ella está teniendo algo de paz con mi primo y mi amigo es agradable.

También le escribo a Adabel. Mi prima, que se ha mantenido lejos del radar por algunos años, no me responde. No es algo que me asuste, en realidad, porque ella está completamente alejada de nosotros, por decisión propia. Sé que está en Alemania, trabajando como veterinaria y algunas veces la he buscado en redes sociales para saber algo de ella, pero prácticamente no tiene actividad.

Solo quiero decirte que papá no está bien y que, aunque estés alejada de nosotros, deberías saberlo. Espero que estés bien, ¿Qué tal el clima en Alemania?— Demian.

Sin embargo, tal como supuse, no obtengo una respuesta por parte de mi prima.

...

Por la noche, llamo a Lianna. Ya ha salido del trabajo y son las cuatro de la tarde allá.

—¿Qué tal tu día?— me pregunta.

—Aburrido— respondo honestamente—. Creo que extraño tener que ponerte en tu lugar— bromeo.

Se ríe.

—Pero si yo sé comportarme— murmura en respuesta—. Seguro extrañas mis preguntas.

—En realidad, sí, lo hago— admito—. ¿Quieres preguntarme algo para recordar las viejas épocas?

—Sólo han pasado unos días— me dice lentamente.

—Lo sé, pero de todos modos se siente como más tiempo— bufo—. Viktor ha hecho un muñeco de nieve y le ha puesto tu nombre— le digo, porque el tonto de mi hermano lo ha hecho en serio.

Lianna se carcajea.

—Oh, Dios. Tu hermano y yo tenemos que ser amigos.

Suspiro.

—Pues... sí, quizás deberían— digo—. ¿Cómo está tu mano?

—Mejor— dice lentamente—, ya no duele tanto, pero está un poco morada— añade—. ¿Qué tal tu padre?

—Está bien, pero no quiero hablar de él.

—¿El clima está frío en el país de la negación?

—Estoy en Rusia— le digo con un bufido—, pero no quiero hablar de mi padre porque he estado detrás de su culo todo el día y no quiero hablar sobre él.

—De acuerdo.

—Dime qué tienes puesto— demando.

—Un vestido, ¿Por qué?

Sinestesia | SEKS #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora