Capítulo 2

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"La Vida Real"
(T/N)

Desde que Varian fue encarcelado, ser la única habitante de Viejo Corona era tenebroso, vivir en completa soledad y tener que sobrevivir con poca comida y agua fue un desafío, tuve que adaptarme.

También estaba la situación del señor Quirin, leía los libros de Varian para saber contra que me estaba enfrentando, pero la mayoría contenía un lenguaje que sólo él podía comprender, así que opte por inventar máquinas que pudieran atravesar el ámbar, ni siquiera lograba hacer un rasguño y las ideas se acaban hasta que caía dormida a altas horas de la noche.

Esta vez he soñado con lo que más anhelo, Quirin a salvo y Varian libre, abrazándome hasta perderme en sus bellos ojos. Lástima que fue un sueño, despierto para continuar la misma rutina.

—¡Está despertando!—giro la cabeza y veo borrosamente a un chico parecido a Varian —. (T/N), pronto te recuperarás conmigo a mi lado.

Esa voz tierna no era de cualquiera, mi vista se aclara y era él, Varian.

—¡¿Varian?!— iba a levantarme pero el movimiento rápido me mareó —¡Agh, mi cabeza!

—Evita hacer movimiento bruscos, (T/N)— advirtió él, ayudándome a recostar mi cabeza sobre la almohada —. Luego tendremos tiempo para hablar, por ahora tienes que sanar.

Entonces recordé lo que había ocurrido previamente, no era un sueño, era la vida real, la vida que he estado esperando recuperar, aunque se presentaban unos detalles, la ocasión en la que lo besé o la carta, ambos expresaban que estoy enamorada de él, tal vez él lo haya olvidado pero yo siempre lo recordaba cuando entristecía. Por lo visto, Varian tiene mucho que contar, se ve entusiasmado, su expresión ha cambiado, donde antes había oscuridad ahora hay luz, esa luz que me cautivo.

Se dirige a mí con una charola en mano, se sienta en la cama y me ayuda a sentarme, me toma con delicadeza y trata de no lastimarme:

—Mi padre y yo te hicimos esto— extiende un sándwich de jamón a mi boca, está siendo muy bondadoso, doy una mordida —. Mi padre está ocupado reubicando a la gente a Viejo Corona, espero que lo veas pronto.

Asiento con la cabeza, el sabor del sándwich me lleva al pasado, como la vez que vi bailando a Varian por la visita al castillo.

—¿De qué te ríes?— me pregunta, sonrojado —¿Ya te diste cuenta que estoy más guapo que antes?

Trató de no morir ahogada, me concentró un poco para ingerir el bocado y luego me rio con fuerza, aliviada de que él estaba de regreso, que él cambió, que él está a mi lado, de repente empiezo a llorar mientras rio.

—¡No era para que lloraras!—grita preocupado, se coloca enfrente mío y une nuestras manos —. No era mi intención hacerte llorar, lo siento mucho.

Suelto sus manos y me abalanzo a él, lo abrazó fuertemente y agradezco que estemos juntos de nuevo:

—¡Te extrañe demasiado, Varian!—siento su respiración en mi cuello y como me estrecha ante su cuerpo —¡Varian, tú eres mi luz!

—Así como tú eres la mía, (T/N)— nos separamos y coloca su frente en la mía, para luego acariciar mi mejilla húmeda —. Esta vez te prometo que nada ni nadie nos separara, te lo prometo.

Con un sándwich mordisqueado, una manzana y leche de chocolate esperándome, sé que todo estará bien, Varian ha regresado y su luz también, que habrá nuevos retos y aventuras que nos resguardan, en donde él estará ahí para cuidarme como yo lo haré guiándolo en el camino.




Cuando Las Luces Se Apaguen (Varian x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora