Epílogo

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El suave canto de un ave indica que el día estará soleado, los campesinos trabajan en sus cultivos bajo la custodia del nuevo líder: Varian. Si no hay nada que supervisar acata los trabajos que se le requiere en Corona, Rapunzel toma su obligación de reina sin ningún conflicto, ha mantenido su optimismo por años y así será hasta que otorgue su lugar a Anastasia, una niña educada y traviesa que corre por los pasillos, Eugene siempre va detrás de ella para evitar conflictos, sacó el espíritu libre de su madre. Pero la princesa se controla cuando la tía Cassandra va de visita y le regala objetos raros de sus aventuras.

(T/N) permanece en casa, por ahora no puede trabajar porque tiene una bella hija que cuidar y otro en camino, la pequeña Amelia se entretiene escuchando la historia de sus padres, la inventora lo narra omitiendo partes de su pasado al igual que los de Varian, no quería asustarla contándole que su padre casi quería exterminar el reino, por lo que lo cambiaba por fantasía.
Varian llega y es recibida por las diminutas manos de su hija, la carga entre sus brazos y ve si su esposa se encuentra sana, (T/N) con dificultad se levanta del asiento y camina unos pasos pero es interrumpida por el alquimista, diciéndole que no haga tantos esfuerzos.
Amelia ve que todavía es de día y pregunta si puede salir a jugar, los padres aceptan con la cuestión de que no fuera tan lejos y ella sale corriendo hacia un árbol para visitar a Rudiger, pero su abuelo la atrapa corriendo y se divierte con ella.

Varian sostiene a su amada para que llegue al marco de la puerta, (T/N) se recarga en ella y suspira, se percata que a lo lejos Attila Vie de vista con varias cajas en mano, iba a saciar su antojo.

El viento respira hondo, la frescura invade sus cuerpos mientras observan la vida transcurrir.

—Oye, mi reina— habló Varian —¿Te apetece una manzana del árbol donde nos conocimos? Esta vez no podrás golpearme.

—Con mucho gusto, querido— rio (T/N), en su mente surgió el recuerdo de dos adolescentes jugando —. Jamás perdiste tu luz.

—La perdí por un tiempo— dijo, se colocó en frente de ella y acarició su mejilla —. Pero cuando las luces se apagaron, te volví a encontrar.

Aunque la barriga estorbaba un poco, Varian dió un tierno beso y sintieron como regresaban al pasado, como si el tiempo jamás hubiera avanzado.

Y en esos ojos, las luces brillaban a su máximo esplendor.

×Fin×



Créditos a The Family Crest por inspirarme con su su música:
In The Avenue- Capítulo 23
When The Lights Go Out- Capítulo 37
It Keeps Us Dancing- Capítulo 39

Doy por terminado esta historia, les agradezco mucho por haber sido pacientes y disfrutar del fanfic. En serio que sus comentarios me animaban a escribir y henos aquí, el final.
Mas tengo planeado hacer otro pero con su versión vampiro, ¿Les gustaría?
¡Muchas gracias por su apoyo!

Cuando Las Luces Se Apaguen (Varian x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora