Capítulo 32

591 52 34
                                    

סPor Corona!×

Poco a poco la Luna ocultaba todo rayo de luz del Sol, causando que Rapunzel se debilitara y Cassandra se fortaleciera, pese a la pelea todo esfuerzo fue en vano ante la presencia de Zhan Tiri, finalmente obtuvo la piedra y la gota que ella proclamaba como suyos y el siguiente paso era destruir el amado Corona de Demanitus. Ahora con su verdadera forma podía hacerlo sin ningún problema.

Los constantes temblores en el castillo causaron derrumbes que cayeron sobre la máquina y se estropeó. (T/N), enojada, respiraba de rabia por todas las máquinas que fueron despedazas, era hora de terminar con esa terrible maldición. De inmediato todos corrieron a la explanada del castillo, donde observaron a Zhan Tiri surgir desde una ventana, exclamando su poder y la derrota de Corona.

Eugene les ordenó huir, pero se opusieron para salvar su hogar.

—Ha llegado el momento, (T/N)— dijo Varian subiéndola al lomo de Rudiger.

—¡Por Corona!— gritaron los dos enfrentándose a la muerte. 

La gente intentaba despistar al enemigo para salvar Rapunzel, Rudiger esquivaba las piedras amarillas que brotaban del suelo tratando de encontrar un camino que llegara hacia la princesa. Zhan Thiri simplemente reía por lo patético que se veían los coronenses impidiendo que destruyeran su hogar, pese a la falta de armas o fuerzas no se rendían porque su voluntad era más grande que su miedo, siendo ellos mismos podían destruir a ese "calamar".

(T/N) disparaba las flechas con furia, estaba molesta de que no podía realizar sus proyectos sin verse interrumpida por una catástrofe. Varian hacía diferentes mezclas en lo que su pareja disparaba y una vez que estaba lista se lo daba para que el daño fuera más eficaz.

—¡Oye Zhan Thiri!— advirtió el alquimista mientras unía la botella a la flecha de su amada.

—¡Atrápala!— gritaron al unísono los jóvenes y le dieron un buen golpe —¡Sí!

Sin embargo, ningún ataque le causaba daño, era como un simple juego en el que Zhan Tiri sabía que saldría victoriosa, sólo se entretenía viendo a los coronenses gozar antes de su muerte no sin antes de que ellos fueran espectadores de la destrucción de su hogar. Ya cansada del espectáculo, empezó a encerrar a quienes tenían el valor de enfrentarla, por eso Varian y (T/N) quedaron encerrados en las garras de las piedras, las rejas eran estrechas por lo que no podían salir.

La inventora golpeaba el material sólido como si estuviera en prisión intentando de salir. Su vida no podía terminar así, Varian creaba más compuestos que los sacaran de ahí, era inútil, era como si estuvieran atrapados en ámbar. Miro a (T/N) que forcejeaba desesperada, la tocó del hombro y ella volteó con lágrimas de fuego, estaba invadida por el coraje.

—¡Esto no puede terminar así!— exclamó (T/N) sin detenerse —¿Verdad?

Varian la rodeó con sus brazos y cayeron al suelo, tenían miedo de lo que les fuera a suceder.

—Si algo nos sucede...— suspiró el alquimista tomando la mejilla de la inventora —. Espero encontrarte en otra vida para amarte de nuevo.

—Y así será, Varian— chilló, aferrándose más a su cuerpo —. Te lo prometo.

Rudiger, atemorizado, se unió a ellos a un costado, observando si Eugene podía contra la bestia, pero siendo sujetado con fuerza ya era imposible lograr escapar. Ahora tenían que esperar que llegara lo peor. 

Cuando Las Luces Se Apaguen (Varian x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora