Habían llegado desde hace unos minutos a la pequeña laguna y Joaquín estaba completamente fascinado alimentando a los patos.
—¡Mira Mailo, tienen patitos chiquitos! — habló con una sonrisa observando como algunos patos se acercaban con sus hijos a buscar el pan que tiraba el castaño.
—¿Por qué esa cara? — preguntó el menor preocupado dejando el pan a un lado y acercándose al rizado.
—Porque les estas dando de mi pan, y yo no comí— se quejó con su ceño fruncido mirando a los patos.
—Pero el mío ya me lo comí y ellos tenían hambre, Mailo— acunó el rostro del alfa con sus manitos.
Emilio no pudo evitar sonreír, se le dificultaba demasiado tan solo enojarse con el menor.
—¿A si? ¿te lo dijeron? — preguntó mirando los bonitos ojos de contrario.
—Sip— dijo haciendo énfasis en la "p" del final.
—¿Qué te dijeron? — preguntó alzando una ceja.
El castaño hizo una tierna mueca para pensar.
—Dijeron que tenían mucha hambrecita y que tenias que aprender a compartir— dijo besando la punta de la nariz del rizado.
El rizado rio y le devolvió el beso en la punta de su naricita de botón.
Joaquín tomó la mano del rizado y lo jaló para que se acercara a la orilla del lago.
Estuvieron unos minutos sentados en la orilla hasta que un pequeño gatito se acercó al castaño, quien lo vio con sus ojitos brillando.
—Aww, que bonito— murmuró viendo como el diminuto animal se subía a su regazo para quedarse ahí.
—¿Crees que me haga algo si lo acaricio? — preguntó acercando con miedo su manito hacia el suave pelaje.
—Quizás te coma la mano, pero nada grave— dijo para luego soltar una carcajada al ver la cara de espanto que tenía el castaño.
—A mi me gustan mis manitos— las puso detrás de su espalda.
—No te va a hacer nada si lo acaricias con cuidado, bonito— habló calmando tomando la mano del castaño.
El menor acercó su mano con cuidado hacia el suave pelaje y lo acercó con vista fija en el gatito.
(...)
—Eli me va a matar, Joaco— dijo con su mirada fija en el camino y sus dedos pegándole al volante siguiendo un ritmo cualquiera.
—¿Por qué? Es muy linda— acarició al pequeño animal que se encontraba descansando sobre sus piernas.
Habían estado todo el día en el lago, luego de muchas suplicas por parte del castaño, el alfa había aceptado que se llevara al animal.
A Emilio le hacia completamente imposible negarle algo al castaño.
Según Joaquín tenia una clase de conexión con el gatito y por eso no lo podía dejar solito.
—Quizás Eli ni siquiera te deje quedarte con esa bolita de pelos, no te encariñes con la gata— habló estacionándose fuera de la casa de Joaquín.
—No me encariño, y se llama Canela, no bolita de pelos— dijo ofendido bajándose del auto con la gatita en brazos.
Emilio bajó con calma hasta que escuchó un grito que venia dentro de la casa.
—¡Controla a esa bola de pelos, Joaquín! — gritó histérica al ver al animal acercarse a ella.
—¡Se llama Canela, no bola de pelos! — chilló con sus mejillas infladas luego de tomar a la gatita en brazos.
La atrajo hacia su pecho y corrió por las escaleras hasta su habitación en donde cerro la puerta con seguro.
(...)
—Joaco...— murmuró tocando nuevamente la puerta.
El omega se había encerrado y no tenía intenciones de salir, desde entonces el rizado se había sentado con la espalda pegada a la puerta esperando a que le abriera.
—Te quieres llevar a Canela— acusó desde el otro lado abrazando a la gatita, Emilio podría jurar que tenía un puchero en sus labios y el ceño fruncido.
—Bonito, a tu madre no le gustan los gatos— habló con calma.
—Entonces que se vaya y Canela se queda— sugirió acariciando a la pequeña gatita que simplemente ronroneaba.
—Bonito, la casa es de tu madre— dijo con una sonrisa —si me abres lo podemos solucionar.
—¿Lo prometes? — preguntó sin quitar su tierno puchero.
—Lo prometo, Joaco— afirmó con una sonrisa al escuchar la puerta abrirse.
Rápidamente se levantó y entró a la habitación abrazando al castaño.
—Te extrañe— murmuró besando el hombro del menor sin soltarlo.
—Solo fueron dos horas, bobo— se separó del abrazo y sus mejillas se ruborizaron al sentir los labios del alfa sobre su mejilla.
Joaquín dejo el animal sobre su cama y se sentó a su lado, el rizado imita su acción.
—Ahora eres tío, Mailo— dijo riendo mientras acariciaba por detrás de las orejas a la gatita.
El rizado hizo un puchero, él no quería ser el tío.
—¿Y no tendrá padre? — preguntó si quitar su puchero.
Joaquín lo pensó unos segundos y negó.
—Soy madre soltero— afirmó riendo.
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Ahora Canela es una gatita jaja
Les presento a Canela:3
Si hay algún error me dicen.
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¡Feliz año nuevo a todos! Espero y se la hayan pasado de lo mejor. :)
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Sweet Love |Emiliaco|
FanfictionJoaquín un tierno y dulce omega. Emilio un alfa protector y cariñoso pero tan solo con su pequeño omega. Se conocen de toda la vida... y es algo obvio lo que pasaría después. Un simple amor dulce. . . . . . Todos los derechos/créditos de la historia...