Joaquín iba con sus ojos vendados, nuevamente. Además, estaba en los brazos del alfa ya que este lo había alzado excusándose de que si tocaba el suelo iba a saber en dónde estaban.
El castaño escuchaba los pies del rizado chapotear contra el agua, el fuerte viento y Emilio bajando las escaleras con él en brazos.
—¿Falta mucho? — preguntó moviendo sus piecitos en el aire mientras que su mejilla estaba apoyada en el hombro del mayor.
—No, solo unos minutos más, bonito— habló con una sonrisa mientras seguía caminando.
Tal como Emilio había dicho luego de unos minutos habían llegado al lugar.
Bajó al menor de sus brazos y quitó la venda dejando al menor impresionado.
Era una gran habitación con una cama matrimonial en el centro del lugar, estaban debajo del agua literalmente, lo único que separaba a los peces, al agua y a la habitación era una especie de vidrio.
—¿Te gusta? — preguntó el mayor pasando sus brazos por la cintura del omega mientras que su barbilla la apoyaba sobre la cabeza del más bajito.
—¡Esto es hermoso, alfa! — chilló como un niño pequeño.
—Aún falta la mejor parte...— murmuró ganándose la atención del menor inmediatamente.
¿Había algo mejor que eso?
—Necesito que te des la vuelta— pidió.
El menor frunció su ceño confundido, pero finalmente lo hizo.
Emilio abrió un pequeño mueble sacando de ahí treinta girasoles ya que habían pasado treinta días desde el inicio de su cortejo.
—Ahora puedes volver a darte la vuelta hacia mi— habló con una sonrisa.
Nuevamente el castaño obedeció y al ver al alfa, sus ojitos se humedecieron.
—¿Quieres ser mi omega? — preguntó sintiéndose más indefenso que nunca.
Al omega no le salían las palabras así que solo atinó a asentir con su cabeza mientras que las lágrimas corrían por sus mejillas.
—¿Sí? ¿dijiste que sí? — preguntó ansioso a lo que el menor asintió.
Dejó las flores sobre la mesa para recibir al omega entre sus brazos.
Joaquín inmediatamente comenzó a llorar contra el cuello del mayor, el cual lo tenía acunado entre sus brazos.
—Amor, sh...sh...sh, ya calma ¿sí? — murmuró sentándose en la orilla de la cama aun con el omega entre brazos.
(...)
Paso casi una hora y el castaño recién se había tranquilizado. Aunque el rizado pensó que sería una buena anécdota para contarle a sus hijos.
—¿Quieres ver los peces, bonito? — preguntó con cariño rozando su nariz contra el cuello del omega.
—Shi...— murmuró sorbeteando su naricita.
El alfa sonrió y con su omega aun en brazos se acercaron al vidrio que rodeaba toda la habitación.
—¡Mira alfa, es verde como tus ojos! — rio feliz apuntando al animal que rápidamente se alejó.
—Pero mis ojos son más bonitos, ¿cierto? — preguntó besando las mejillas del menor con cariño.
—Claro, alfa— rio nuevamente al sentir los labios del mayor contra su piel.
Apreciaron a los animales unos minutos más hasta que Joaquín apoyó su mejilla en el hombro del rizado, siempre hacia eso cuando tenía sueño y su alfa ya lo sabía.
—Eres como un bebé, duermes mucho y solo quieres amor y comida— habló con una sonrisa mientras dejaba al menor sobre la cama.
Fue en busca de un pijama para su omega y una vez la encontró se acercó a quitar la ropa del menor con cariño y cuidado.
Joaquín quedó desnudo con tan solo su ropa interior puesta y no se sentía incómodo porque sabía que la mirada del mayor no era con hambre o lujuria, solo ternura y cariño, sin segundas intenciones.
—Mi bonito omega, solo mío— sonrió estirándose para besar la naricita del omega.
Sus mejillas dolían cada que estaba con el menor porque se la pasaba sonriendo.
Le puso su pijama y lo recostó para luego arroparlo en la cama como si fuera un bebé.
Se cambió de ropa y se acomodó al lado del menor, siendo el rizado la cuchara grande.
—Ahora eres padre— comentó el omega de la nada.
—Fantasía— murmuró acariciando la pancita del menor.
—Canela es tu hija ahora— ambos sonrieron.
—Urra...— murmuró sacándole una sonrisa al omega.
El silencio los inundó nuevamente hasta que finalmente el rizado habló.
—Te amo, omega.
—Te amo más, alfa— se dio la vuelta para besar a su lindo alfa con ternura.
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Sweet Love |Emiliaco|
FanfictionJoaquín un tierno y dulce omega. Emilio un alfa protector y cariñoso pero tan solo con su pequeño omega. Se conocen de toda la vida... y es algo obvio lo que pasaría después. Un simple amor dulce. . . . . . Todos los derechos/créditos de la historia...